06 | No dejaré que nada te pase.

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  Porque a pesar de no decirlo estaba aterrado de que salga herida.

— ¿Tienes frío? — se estaciona junto a una casa y baja del auto, abre la cajuela del auto, buscando alguna chamarra

— Soy un hombre lobo Madison, mi temperatura siempre es alta, estoy bien.

—¿Qué pensaran de nosotros?—pregunta después de unos minutos al ver la expresión de aquellos que pasaban junto a ellos — Una adolescente y un hombre sin camisa y con una herida en el abdomen.

— La gente de aquí ha visto demasiadas cosas, esto no es nada.

— Si, tienes razón — toma las llaves.

— Madison— se apresura a bloquear su paso—¿Estás bien? Puedo sentir tus nervios.

—Yo...— desvía la mirada —Jamás me vi en una situación así, no sé porque me quieren a mi — comienza a hablar con mayor rapidez, cómo solía hacerlo cuando estaba nerviosa.

  El siguiente punto era llorar.

—Ni siquiera soy mujer lobo o algo sobrenatural, solo soy una simple humana. No hago nada productivo.

—No digas eso, Madison, me acabas de salvar la vida—da un paso hacia ella — Salvaste a Lydia de Blake hace un año, a Stiles con el noguitsune... Siempre nos apoyas aún sabiendo que puedes salir gravemente herida. Eres de la manada, eres uno de nosotros y aunque como Stiles no sean nada sobrenatural siempre nos aportan con su inteligencia. Siempre ayudan a resolver los problemas— se acerca más, acortando la distancia —Eres especial para nosotros, eres especial para mi, para muchos... y a mí —corrige—Me destrozaría si algo malo te pasara, la idea de saber que algo malo pueda pasarte me mata por dentro, no podrá vivir sabiendo que estás herida.

  Los ojos de ambos brillaban ante la cercanía.

— Estoy aterrada—confiesa finalmente.

  Toma su mano con delicadeza, entrelazando sus dedos, finalmente sintió el contacto con la mujer de quién estaba enamorado, sintió sus frías manos reforzar el contacto. Lo aceptó.

— No dejaré que nada te pase Madison, lo prometo.

—Esas cosas no pueden prometerse.

— Soy capaz de vivir a centímetros de ti para estar seguro.

  Su pulso se aceleró al notar lo juntos que estaban, sentia su respiración en su rostro y sus pechos estaban pegados, solo habían centímetros de por medio entre ellos.

— No dejare que nadie te lastime, Madison, nunca — confirma una vez más.

— No quiero perderte, Derek.

La confusión en sus ojos fue evidente.

— Sé que es pronto para decirlo y tal vez pueda ser malo o incomodarte, pero eres importante para mí y yo... — no pudo terminar de hablar, la mano de Derek subió a su cuello y la silencio con un beso que sorprendió a la adolescente.

  Sus manos subieron con lentitud por sus brazos, sintiendo sus brazos rodear su cintura y atraerla a su cuerpo, profundizando el beso, sus labios de movían al mismo ritmo, ninguno quería alejarse a pesar de sentir sus pulmones arder a causa de la falta de oxígeno.

  Un beso deseado por ambos.

  Se alejan con lentitud aún con los ojos cerrados, manteniendo sus frentes unidas.

—yo no te dejaré nunca — toma su rostro entre sus manos, respondiendo a sus palabras sin dejar de ver sus ojos — Estaré contigo todo el tiempo hasta que tú me saques a patadas de tu vida, Siempre voy a estar para ti.

— Gracias- El lobo no lo demostró en ese momento, pero el tono de voz con el que dijo esas palabras rompieron su corazón, y aceleró su pulso de manera que nadie más lo había hecho.

  Ella tenía miedo que él la deje, que la decepcione como Scott la decepciono hace unos meses.

Se acerca a Madison y besa su frente.

— Te quiero pero sube al auto, porque me estoy congelando.

— Yo debería decir eso, soy quien está sin camisa.

— Yo soy humana - niega con una sonrisa y deja un beso el su mejilla, abriendo para ella la puerta del auto.

   Abrocha el cinturón y conduce en dirección a su departamento, viendo al chico a su costado encender la radio y poner música.

— No sabía que te gustaba Justin Bieber.

— Sé que te gusta a ti, eso es suficiente.

  Sus mejillas se sonrojaron y una sonrisa iluminó su rostro.

  Se sentía feliz y cómoda con su compañía , y aunque le cueste trabajo admitirlo.

  Derek se estaba ganado su corazón con rapidez.

  El lobo le provocaba emociones que jamás había experimentado, todo a su lado era color dorado intenso, no dolía estar con él, era pacífico y alegre.
Jamás imagino que se convertiría en una persona importante para ella, jamás se imaginó besándolo junto a su auto después de casi verlo morir.

  Abre la puerta del departamento dando acceso al castaño, era de las pocas personas que sabía dónde vivía actualmente.

— ¿Tienes hambre? Tengo pizza en el refrigerador.

— Me encantaría - deja sus cosas en la mesa saca del armario de su madre una sudadera, regresando a la cocina, dónde el lobo calentaba la cena.

— Ponte esto, no puedes estar sin playera todo el tiempo — la extiende en su dirección.

— Gracias, no me gustaría que te aproveches de mí - lleva la mano a su pecho al escuchar la carcajada de la castaña — Eso me ofende.

— Eres un tonto.

High Hopes | D.H.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora