Sumergida en mis pensamientos, Jamie me saco de ellos después de percatarme de su mirada fija en mi.

—Oye... Te tengo una sorpresa.— me dijo emocionado. —¡Te conseguí trabajo!— sonrió abiertamente.

—¿Disculpa qué? ¿Que clase de hermano eres? Pensé que me amabas, ¿Quieres que exprima mi vida y mi juventud en un trabajo? Es la peor sorpresa que puedes darle a alguien, decirle que ahora tiene que comportarse como un adulto y ganarse las cosas por si mismo.

—¿Podrías bajar la voz?—  me advirtió con la mirada.

—Ay por favor, no es como si el patético de mi jefe estuviera sentado en la mesa de al lado.—  bufé.

—Detrás de ti, de hecho.— escuché una voz masculina provenir a mis espaldas.

—El es Louis Lerman, hijo del gerente, por lo tanto es tu jefe.

Volteé para encontrarme con un rubio qué me sonreía de oreja a oreja ¿Acaso se está burlando de mi? Lo miré de arriba a abajo y volví mi mirado furiosa a James.

—Yo no acepte ningún trabajo, esto es una estupidez ¿Sabes lo cerca que estamos de la universidad? Ni pienses que saldré uniformada de mesera.

—También estoy encantado de recibirte aquí.— Louis extendió su mano y yo dude estrecharla unos segundos, pero finalmente lo hice, con mala cara.

—¿Que ya no te conozco?— pregunte al percatarme de su perturbadora familiaridad.

—Tal vez de las tantas veces que he ido a tu casa y las veces que me has ignorado a mi y a Nick.— volvió a sonreir divertido, me enferma lo risueño que es.

—Lo siento, pero tengo la idea de que todo los amigos de mi hermano y Nicholas son unos idiotas, Louis.

—Ashton...— me reprocho Jamie.

—No importa, también he pensado eso.— el comenzó a reír y yo sonreí.

De acuerdo, esto no podría ser tan malo, de hecho podría sacar ventaja de esto. Se que Jamie lo hace solo para tener puntos en el tablero, pero ¿Adivina que? No le va a funcionar, nunca le funcionan sus planes. Jamie me sonreía feliz, demasiado feliz en realidad, lo fulmine con la mirada y me dirigí a otro lugar con Louis.

—No soy estúpida ¿Que clase de apuesta te hizo?

—Que no duraras ni un mes.— dijo divertido y yo me le acerque provocativamente.

—¡Pruebame! Un mes y estoy en el tonto cuadro de mesera del mes.

Su mirada se perdió en la mía y pude notar que sus ojos eran de un color miel intenso.

—¿O si no qué?

—Tendré una cita contigo.

—Yo no quiero una cita contigo, tengo novia.— titubeó unos instantes y se puso serio.

—Sabes que si quieres la cita, y sabes que no tienes novia, vivo con dos chicos ¿Que esperabas? Lo sé todo.

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No entiendo que es lo que me detiene, ¿Por que no puedo pararme en frente de el y decirle "Te Amo"?. El siempre dice las cosas tan espontáneamente mientras yo duro toda una vida tratando de averiguar que demonios le debo responder. No soy una persona temerosa, pero me vuelvo vulnerable cuando me enamoro.

Sumergida en mis pensamientos mientras pasaba uno tras otro cada canal sin prestarle la mínima atención, solté un suspiró y observé mi teléfono vibrar.

Rodé los ojos y salí de la casa para encontrarme a un Nick con los brazos abiertos tras su Audi.

—¿De nuevo haz olvidado tus llaves?

¡Pobre De Mi!Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin