Capitulo 2

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  •Me voy: Adiós, me fui, no me importa. 🎶•

—Pasajeros del avión en dirección a los Ángeles-California, por favor abordar.

Suspire y mire a mi madre. Ella me sonrió tristemente y me abrazo.

—Todo estará bien, tú hermano cuidara de ti.

—Mamá ¿Estas segura de que no será al revés?— Reí un poco y ella me siguió.

—Te extrañaré, hija.— comenzó a sollozar.

—Si algo malo le pasa a mi hermana por tú culpa, juro que...—La mire. Dios, no podía hacer esto. —No lo arruines.— La abrace fuertemente.

Me separe de ella y le desvíe la mirada de inmediato. Me parte el corazón verla así, no quería llorar. Mientras más rápido fuera, menos doloroso sería. Me agaché al frente de mi hermana, parecía que iba a abrazarme pero no se movió. Sus ojos azules me miraban con tristeza y esas trenzas la hacían ver adorable.

—Ashton ¿A dónde iras?— Ladeo la cabeza.

—Iré a visitar a nuestro hermanito, Jamie.

—Te iras. Igual que papá y Jamie. ¿Verdad? No volverás, ellos nunca lo hicieron... No estuvieron en mi cumpleaños.— comenzó a llorar.

—Jessie, Jessie mírame.— levanté su mentón para que me viera a los ojos —No soy como ellos, Jess. Prometo volver lo antes posible.— la abrace —Eres mi hermanita, no llores. Nos veremos pronto ya verás.— besé su frente —Jamás te abandonaré.

Ella me volvió a mirar y me abrazó.

5 horas. Sólo, 5 horas debía de estar en el avión y aquella pesadilla terminaría.

Cuando la azafata anuncio que ya habíamos llegado me sentí más feliz que nunca.

Al lograr salir del aeropuerto con todas mis maletas, mi mirada se encontró  con una versión mejorada de mi hermanito de 18 años posado en un auto negro sonriendome deliberadamente.

—¿Jamie?— Arquee una ceja divertida.

—¡Ashton!— dijo él sonriéndome.

El moreno alto dio una gran zancada hasta mi lugar y me abrazó. Comencé a reír y a decirle lo mucho que lo extrañé, sus ojos azules me penetraron  y su sonrisa era una perfecta fila de diamentes relucientes.

—James, mírate, eres todo un rompe corazones.— Reí mientras el guardaba mi equipaje en la maletera.

—Y tú estás demasiado "Wow".

—¿Y "Wow" es bueno o malo?— Reí.

—Bueno para los chicos de la Universidad, malo para el chico, o sea yo, que deberá protegerte con una escopeta y seguirte a todos lados.— Ambos reímos y seguimos contemplando el cambio del otro.

—Vamos, quiero que conozcas un lugar.

Luego de unas largas horas de charlas y risas en el auto nos detuvimos en un café para almorzar.

—¿De verás éste era el lugar que querías que conociera?

—Claro. Por supuesto, es el mejor lugar de toda la ciudad.

—Jamie, estamos en Hard Road.— Dije seguidamente de morder mi hamburguesa —Hay como cientos de estos en New York.

—Oh, no no no. Pero este Hard Road, es de los Ángeles, disfrutalo querida.

—Te juró que hasta las papitas saben igual a las de New York.

—¿Quieres cerrar la boca y disfrutar de tu hamburguesa, señorita sabelotodo?— reímos a carcajadas.

Al llegar a su casa no pude evitar conmocionarme, el jardín botánico era perfecto, la entrada estaba preciosa y nos esperaba una casa blanca totalmente enorme de dos pisos.

—Dime que no tienes sirvientes.

—No, pero tú sí.

—¿De qué hablas?— blanquee los ojos.

—Es un chiste ¿Como crees?— Ambos bajamos del auto. Apresurada por admirar mi nuevo hogar deje a mi hermano encargarse de todas las maletas. — Querida, mis llaves estan en mis bolsillos.

—Pues agárralas.— hice una mueca.

—Lo haría, si no tuviera tanto equipaje en mis manos.

—¿Por qué? ¿Por qué allí?— Fruncí el ceño y metí la mano en su pantalón, saqué las llaves y abrí la puerta.

Al entrar a la casa confirme mi teoría de que si era hermosa por fuera sería majestuosa por dentro, al girarme en dirección de mi hermano y felicitarlo escuchó una voz masculina tras de mi.

—¡AY POR DIOS! ¡UN LADRÓN!— Lancé un puñetazo al aire dejando al chico noqueado por unos segundos.

—¡Nicholas!— exclamó Jamie soltando las maletas y saliendo al rescate de su amigo.

—¿Nicholas? Por el amor a Dios ¿No es un ladrón? Creí que lo era.— grité.

—¿Un ladrón Ashton? ¿En serio? ¿Qué vivias en los suburbios?

—No dijiste nada de que hubiera otro hombre, esto es tu culpa.

—¿Mi culpa? Disculpame pero yo no fui quien lo golpeo. Creí que mamá te había hablado de Nick.

—Pues evidentemente no lo hizo.— contestó el chico casi arrodillado sosteniendose la nariz. —Que buena izquierda por cierto.

Y aquí estamos, el momento Ashton Schoenfield disculpandose repetida y vergonzosamente ante un chico guapo y con la nariz rota.

—Nick ella es mi hermana, Ashton. Mayormente ella no saluda a las personas de esa manera.— dijo Jamie tratando de llenar el silencio que se había hecho.

—Un placer en conocerte, Ashton.— dijo extendiendo su mano hacia mi y dedicandome una sonrisa pícara.

Demonios.

—¿Por qué tienes nombre de hombre, que significa?— Pregunto Nick mirándome de arriba a abajo. Primera mala impresión, es un morboso.

Y me desenamoré.

—Mi madre dice que significa "Ciudad del árbol de cenizas" lo cual tiene muchos significados, es difícil de comprender y nadie entiende realmente. Pero... puedes decirme Ash.— maldición ash. ¿Primero lo golpeas y después le dices que es un ignorante?

—Ash, lindo— Me guiño un ojo.

¿Hola? ¿Con el departamento de enamoramiento?

Después de ese extraño e incomodo incidente, Jamie me enseñó mi habitación, era el lugar perfecto para mi, en la casa perfecta, con él chico idiota pero casi perfecto con la nariz rota. Por primera vez sentia que cualquier cosa que hiciera sería por mí y por mí futuro. No por mamá, no por Jessie... Por primera vez, me senti libre.

¡Pobre De Mi!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora