Capítulo 8

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- Ale - musitó Samuel mirándola atónito. La maldije con cuanto insulto se me cruzara por la mente.

- Lo siento.. humm, me voy - dijo rápido la muchacha, se acercó a besar a Samuel y luego a mí. Yo no la besé y se fue, miré a Samuel.

- ¿Ale? - pregunté tratando de no volver al incómodo tema de que me besaría... Pero ¿Y si no me quería besar? ¿Y si solo fue una ilusión mía y quedo al ridículo al sacar ese tema de conversación?

- Alejandra - respondió bajando la mirada. Asentí levemente y me levanté del sofá, parece que el ojo de Samuel ya estaba bien.

Caminé hacia el baño, una braga tirada en el suelo, y no era mía. Bufé y llamé a Samuel ¡Yo no voy a levantar eso!

- ¿Qué pasa? - preguntó desde el sofá.

- Ven y levanta lo que dejó tu personar tráiner - ordené de mala gana, no era con el pero estaba enfadada. Su maldita personal tráiner arruinó todo.

El caminó hacia mí y miró al suelo, vio la braga y e hizo una mueca. Se agachó a buscarla, me crucé de brazos y el la cogió con su dedo índice y su dedo pulgar, hizo cara de asco. Me confundí, un hombre normal y como todos los hombres -es decir babosos- estarían excitados o algo parecido al tener en sus manos una braga. Samuel no, Samuel hace cara de asco. La inevitable idea que habita en mi cabeza apareció… Homosexual. ¡No ___! ¡Reacciona! Me abofeteé a mí misma en mi mente.

- Listo - dijo cuándo la puso dentro del lava ropas. Me digné a mirarlo después de haber estado ignorándolo por mis estúpidos pensamiento.

Me miraba desde el lavadero con sus manos en los bolsillos del jean y con una cara insoportablemente irresistible. Me sonrió y me sentí derretir por dentro, me sentí como si mi sangre se empezara a derretir, de alguna manera lo hacía, aunque fuera imposible lo hacía. 

- No me mires así - solté sin pensar, me sonrojé, él sonrió más abiertamente.

- ¿Cómo?- se acercó más a mí. ¿Por qué hace esto? ¿Esto es al fin una ''declaración'' o ''demostración'' de que le gusto?

- A-así...- me puse nerviosa y ni si quiera sabía por qué... el me gusta; tendría que ir hacia el en vez de ponerme nerviosa y a la defensiva.

- Yo tendría que ponerme así cuando me miras antes de dormir - abrí mis ojos como platos, él lo sabía. Se acercó un poco más, ya estaba al frente de mí.

- Lo siento - musité mientras me daba dos pasos hacia atrás. Me detuve un segundo y volví a abofetearme mentalmente ‘‘¡Para ____!'' me exigí. Samuel se acercó a me y me cogió de la cintura. Entrelacé mis brazos por su cuello y quedamos a centímetro... Nuevamente Una imagen de Rubius pasó por mi cabeza, ostia tío ¡No sale de mi cabeza!

- ¿Pasa algo? - preguntó con las respiraciones chocando. Negué con la cabeza, volví a la realidad ¡Vasta de Rubius! Él me quiere como algo más pero no como yo pensaba, él me quiere como su pequeña hermanita. Samuel demostró que quiere estar con migo, pues me está por besar...

Acercó sus labios a los míos y no me resistí, estampé mis labios con los suyos agregando movimiento al asunto. El movía su mano de mi cintura hasta mi espalda, recorriendo mi columna vertebral y volvía para recomenzar el recorrido. Yo por mi parte otorgaba caricias a su cabello y su nuca. Se le agregó la lengua... Ese parte de la cavidad bucal que necesita ser conectada con la de otra persona para sentir la intensidad de amor al besar.

Sentí vibrar mi bolsillo de mi short, no le presté atención. Estaba en el paraíso probando un sabor que por ahora es mi favorito.

- Atiende – ordenó amablemente Samuel separando el beso, dejó sus manos en mi cintura mientras yo me dedicaba a atender la llamada... Y para quien no quiere la cosa...

Los amigos de mi hermano (Vegetta, Rubius y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora