Capítulo 18: "Vuelve a tu vida"

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Por la mañana había otras tres pinturas más de la mujer. Recorrí el comedor, observando su nueva obra de arte. En una, la misteriosa mujer bebía de un vaso de vino, en otra llevaba un vestido de color amarillo sol y la tercera pintura simplemente me molestó. Estaba tumbada en una cama con sólo una sábana blanca cubriéndola. Drew había capturado perfectamente los huecos y las curvas de su envidiable cuerpo. Tomó gran restricción no tirar la pintura por la ventana abierta.

Había estado muy concentrada en ayudarle a recordar su anterior vida, pero ahora sólo quería que olvidara su pasado y construyera un futuro conmigo. Sabía que era una forma peligrosa de pensar y que sólo conduciría a un corazón roto, pero no podía evitar estar enamorándome de Drew.

Trabajé en pulir mi tesis toda la mañana y parte de la tarde, hasta que escuché a Drew finalmente regresando a casa del trabajo. Había estado planificando y dibujando su mural antes de que la verdadera pintura comenzara en una semana o así.

Me encontró sentada en la mesa, el portátil olvidado, perdida en mis pensamientos mientras miraba fijamente la odiosa pintura de la mujer tumbada en la cama. Se colocó detrás de mí y me masajeó los hombros.

-Hola. ¿Necesitas un descanso?

-¿Hm? -murmuré, mirando sus increíbles ojos avellana- ¿Qué tienes en mente?

Se inclinó y me besó la sien. No pude evitar preguntarme si estaba siendo dulce conmigo para compensar el dejarme tirada anoche para pintar a otra mujer. Me recordé a mí misma que no era su culpa y me dejé disfrutar de este momento, del contacto de sus fuertes manos masajeando mis hombros, y la sensación de su cálido aliento en mi cuello.

-Eso se siente bien -murmuré, abrazándole por la cintura.

Lo arrastré contra mí y pude sentir que ya estaba duro.

Continuó con el masaje unos minutos más y luego me levantó de la silla, sosteniéndome contra su pecho y llevándome al dormitorio. Una vez que llegamos a mi habitación, con Tom pisándonos los talones, me soltó y le echó afuera, cerrando la puerta.

Se quedó allí, sonriéndome.

-¿Qué? -pregunté, alcanzándole.

-Te extrañé hoy. -Acarició mi cuello y dejó un rastro de suaves, húmedos besos.

Su confesión me sorprendió. Había asumido que estaba sola con los sentimientos que iba desarrollando por él. Cuando encontró mi boca, el beso se volvió frenético. Nuestros labios conectaron, las lenguas se acariciaron desesperadamente entre sí.

Gemí. -Drew. Te necesito.

Desabotonó mis vaqueros, bajándolos hasta los tobillos y ayudándome a quitármelos. Luego se desabrochó el cinturón, apoyándome contra la pared. Me empujó contra ella, sosteniéndome en el lugar mientras asaltaba mi boca con besos. Su mano serpenteó entre nosotros y me acarició hasta que estuve mojada y lista. Antes de tuviera que rogar, se bajó los pantalones y los bóxers lo suficiente como para liberarse, y luego me levantó, usando la pared como palanca para mantenerme en posición.

-Sí -susurré cuando le sentí empujando en mi entrada.

Su pecho retumbó con un profundo gruñido cuando se reunió con mi humedad.

-¿Sigues adolorida de anoche? -susurró.

Negué con la cabeza y comenzó a moverse de nuevo. Podía sentir cómo de tensa estaba alrededor de él mientras avanzaba su camino. Presionó su cara en el hueco de mi cuello y gimió, luego empujó hasta el fondo. Jadeé con la presión, y clavé mis uñas en su espalda.

«Amnesia, jb»Where stories live. Discover now