¿Quién manda?

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Un año después.

Era de madrugada, ambos padres dormían con tranquilidad hasta que el llanto de uno de los mellizos, Karai emitió un leve quejido dejando escapar un largo suspiro de saber que era la quinta noche en la que el más inquieto de sus niños los despertaba a altas horas de la noche.

Karai: Leo...Ryan esta llorando de nuevo

Leo: (despertando) no es mi turno

Karai: yo estuve con el dos noches seguidas, es tu turno

Leo: ¿un volado?

Karai: ¡Leonardo!

Leo: ¡bien! (se levanta) te recuerdo que Ryan es más tranquilo cuando tu lo cargas

Algo desganado, pero por orden de su querida esposa, el pelinegro se dirigió a la habitación de sus hijos donde al acercarse el llanto era cada vez mas fuerte. Entrando al cuarto y ver las lágrimas caer de los ojos color miel de Ryan, Leo delicadamente lo carga e intenta calmarlo.

Leo: ya tranquilo mi pequeño capitán Ryan, papá esta contigo a pesar de que no me has dejado dormir en los últimos días

Después de un largo rato intentando calmar a Ryan y acostarlo de nuevo en su cuna Leo intentaba irse hasta que Liam comenzó a llorar.

Leo: no Liam no (lo carga) eres más difícil

A la mañana siguiente.

Karai comenzó a levantarse, se dirigió a la habitación de los niños encontrándose con Leo durmiendo junto a Liam dentro de su cuna y a Ryan intentando escapar de su cuna.

Karai: demonios, son tan adorables, pero voy a tener que despertarlos (acercándose a Ryan) ¿O que opinas?

Ryan: ¡mami! (alzando sus brazos)

Karai: creces muy rápido (cargándolo)

La pelinegra se acercó a Leo y con un beso lo empezó a despertar.

Leo: cinco minutos más

Karai: lo siento mi amor pero hoy visitamos a Splinter

Ryan: ¡papá!

Karai: ¿lo ves? Ryan quiere que vayas

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