Winter Jones, las sombras de invierno.

Las posibilidades de sobrevivir.

Abrí los ojos, un terrible dolor invadió mi cuerpo, un pitido intenso se hizo en mi cabeza.

—T...yler —tartamude tratando de enfocar la vista.

Tarde solo unos segundos, al parecer seguía dentro del autobús.

Gire la cabeza para buscar a mi amigo, nunca debí haberlo hecho.

Estaba sobre algunos chicos y algunos otros estaban sobre mi, no había ningún ruido lo que suponía todos estaban muertos.

Sentí un terrible nudo en la garganta que no me permitía respirar, todo lo sentí perdido.

—Tyler —dije encontrándolo cuando mire al otro lado— vamos amigo —pedí pero él no respondió.

Estaba muerto, aún tenía los ojos abiertos.

Trate de moverme pero lo único que conseguí fue dar un grito ahogado.

Estaba seguro que me había roto casi todo.

Con cuidado moví mi mano para lograr cerrarle los ojos que aún me miraban.

Lo tome del brazo y no lo solté.

Comencé a llorar desesperado solo quería morirme junto con mis compañeros, junto con mis amigos.

Llore un rato hasta que mi llanto fue cayado por un grito.

—Sofia —escuché a lo lejos— Sofia —gritó la voz desesperada acercándose más— Sofia —dijo la voz de Santiago.

—Auxilio —dije, aún no podía verle.

—Invierno —exclamó él sorprendido.

Él se levantó y dio la vuelta al autobús, este había quedado con las llantas hacia el cielo por lo que todos estábamos en lo que era el techo.

—Invierno, ¿Dónde está Sofia? —preguntó mirándome desde la ventana que estaba sobre mi.

—Ella bajo antes... no estaba... en el autobús —dije, me estaba costando hablar— tienes que ayudarme —respondí tosiendo sangre.

Él me miró aterrado pero más calmado.

—Si, tranquilo voy ayudarte —dijo él.

Santiago se encontraba recostado en la nieve para poder verme, tomó su teléfono y marcó con torpeza.

—Mierda no hay señal —exclamó viéndome y después a su teléfono— iré a conseguir ayuda de acuerdo —dijo a punto de levantarse.

—No, no me dejes —rogué aterrado— no me dejes —pedí seguido de un ataque de tos.

Él me miró y trató de pasar saliva, su vista se apartó a donde estaban sus amigos tendidos.

Se quedó así por unos segundos para después mirarme, sus ojos se llenaron de lágrimas.