Capítulo 6

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El tiempo pasaba y Julia continuaba sin abrir la boca, no sabía qué decir, tenía miedo, mucho miedo. Ese sentimiento que había intentado expulsar de su vida desde siempre ahora era lo que la gobernaba.

Algo en su interior le advertía de que lo que iba a decir no estaba bien, no era lo correcto y no sería buena idea pero, ¿desde cuándo Julia ha seguido órdenes de alguien?. Ni ella misma podía pararse así que, se armó de valor y confesó lo que verdaderamente sentía:

- Carlos tengo miedo, mucho miedo - dijo mirándole fijamente a los ojos.

Ahí ambos lo entendieron, ya no había secretos entre ellos. Al admitir la chica lo que le pasaba, comprendieron que ambos se habían abierto por completo el uno al otro y ya no había marcha atrás.

- Mira Julia - comenzó diciendo mientras volvía a coger sus manos - te comprendo, comprendo el miedo que tienes yo también siento algo parecido pero, por favor, no permitas que este controle tu vida. Déjalo a un lado y haz lo que creas conveniente, créeme que sé que no es fácil, pero es posible.

- No sabes exactamente cómo me siento ahora mismo, Carlos - interrumpió la chica mientras volvía a separar ambas manos.

- Pero lo supongo y sí que sé cómo hacer que dejes de sentir eso - espetó el joven mientras se acercaba un poco más a ella.

- ¿Cómo? - musitó Julia

- Abriéndote, dejando salir por tu boca todas las palabras y pensamientos que te atormentan - le aconsejó él.

- Es muy sencillo de decir pero no lo es tanto de hacer - reprochó esta mientras fruncía su ceño.

- Inténtalo, el no ya lo tienes - dijo el chico mientras esbozaba una sonrisa.

Julia se llenó de confianza tras esas palabras pero, aún así no se sentía nada segura. Se encontraba dentro de un ambiente que no le resultaba familiar, pues estaba en casa de Carlos. Y esa confianza que debería tener por sentirse en un lugar seguro no la tenía.

- De momento me conformo con el no, lo siento Carlos debo marcharme - dijo antes de voltearse para abrir la puerta.

- ¡Deja que te lleve por lo menos! - exclamó el chico mientras volvía a coger su mano - no veo lógico que gastes en un taxi, apenas hemos bebido y voy bien para conducir.

- Está bien - dijo la chica mientras daba el visto bueno.

El viaje fue mucho más cómodo de lo esperado, ambos conversaban animadamente mientras Julia jugaba con sus llaves de casa pero, sabían que tenían una conversación pendiente y esta no iba a esfumarse.

- Gracias por traerme - agradeció Julia mientras le devolvía la chaqueta que le había prestado el chico nada más bajar de su casa por el frío.

- Ha sido un placer, mañana nos vemos - dijo dándole dos besos.

Esta bajó del coche y Carlos esperó a que entrase en su portal y subiera al ascensor, no se fiaba de la noche y más cuando su portería se encontraba abierta de par en par.

Puso rumbo de vuelta a su casa pero, al minuto, la conducción fue interrumpida por una llamada proveniente de Julia. Sus alarmas saltaron por completo y paró donde pudo para cogerlo.

- ¿Julia? - respondió atemorizado.

- Hola Carlos - dijo ella tranquila - siento llamarte pero, ¿puedes mirar en el bolsillo de tu chaqueta? Creo que me he dejado las llaves - dijo maldiciendo por lo bajo.

El chico metió la mano en el bolsillo derecho, nada pero, al meterla en el izquierzo escuchó como el metal de estas chocaba entre sí.

- Las tengo aquí, ahora te las llevo - pronunció antes de colgar.

Cybernetic InkWhere stories live. Discover now