Capítulo 4

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Carlos había pasado toda la noche en vela, sin poder quitarse de la cabeza el impulso que tuvo durante el baile, no sabía el porqué, pero lo había hecho o intentado, al menos.

Sabía que debía centrarse en el proyecto, que nada se interpusiera entre el puesto al que aspiraba y él. Pero, que Julia estuviera de por medio le descolocó completamente.

Sobre todo, le descomponía el hecho de que ella comenzase a formar parte en su vida de algo más que el puesto de una simple competidora.

Hay algo que no puedes controlar pero debes aprender a que ese algo no te controle a ti. Y Carlos estaba intentando enseñarse a hacerlo aunque, algo dentro de él no quería, prefería que eso tomase las riendas de su vida y dejase de estar tan esquematizada, simplemente perderse.

Esa misma mañana, el despertador sonó mientras el chico continuaba pensando mientras miraba el techo de su habitación, no durmió en toda la noche. Se levantó, siguió con su mañana rutinaria y marchó al trabajo. La única razón por la que iba a ir ese día, aunque lo quisiese negar, era por la compañía que iba a tener en el despacho pues la gaditana debía comenzar el proyecto, al igual que él.

Durante el trayecto al trabajo pensó muchas maneras de iniciar una conversación con ella. Se imaginó mil maneras de introducir el tema de la noche anterior pero, todas eran demasiado violentas y tenía miedo de espantar el interés de la chica sobre él. En su cabeza rondaba la probabilidad de que Julia sintiese algo por él y, aunque fuese minúscula, se aferraba a ella como si de una gota de agua en medio del desierto se tratase.

El despiste que llevaba impedía que se concentrase en la carretera y, de la misma manera que se saltó una señal de 'Stop' un coche envistió a otro para evitar colisionar contra el de Carlos. Ese suceso le hizo volver inmediatamente a la realidad pues, no es un juego ir al volante, debía poner todos sus sentidos en la conducción y no estaban ahí.

Tuvo que estar más de media hora haciendo papeleo y llegó tarde a su primer día de trabajo.

Al entrar al despacho la vio, su cuerpo reaccionó de una manera totalmente distinta a la que esperaba y de su boca no salió ninguna de las frases pensadas previamente. Parecía que su cerebro se había paralizado y solamente le venía la imagen de la noche anterior.

Durante el rato que estuvieron trabajando sobre el proyecto intentó poner en práctica su idea de entablar conversación, pero ella no pensaba de la misma manera y sus respuestas eran tajantes.

Algo dentro de él sintió una gran decepción, pues no esperaba esa reacción tan negativa por su parte.

La secretaria de McCall, el jefe de ambos, les llamó y salieron de su despacho para ir al encuentro. Cuando Carlos subió al ascensor esperaba que su compañera siguiese sus pasos, pero no fue así, ella marchó por las escaleras. Extrañado por ese comportamiento, el joven presionó la tecla para que se abriesen las puertas antes de que este subiese y decidió ir en su búsqueda.

En medio de las escaleras la vio subiendo con brío.

'Ahora o nunca' pensó entes de deslizar su mano para poder agarrar la muñeca de la joven e interrumpir su marcha. Ante él tenía a una chica que temblaba por completo, sus ojos reflejaban entre sorpresa y nerviosismo y decidió mostrar la poca tranquilidad que tenía dentro.

- Ahora, ¿me vas a contar por qué me esquivas? ¿qué te ha pasado para querer evitarme? - preguntó con un tono sereno consiguiendo que el cuerpo de Julia se relajase.

Las respiraciones reflejaban el estado de ambas personas y, asombrosamente, la chica estaba más tranquila que él.

- No sé de que me estás hablando - alegó ella mientras retiraba su muñeca de entre los dedos de Carlos.

Cybernetic InkWhere stories live. Discover now