ANGEL [MINKEY]

Capítulo 3

ANGEL

Capítulo 3.

POV. Kibum

Todo en la agencia era un caos, maquilladores corriendo por todo el salón, aprovechando cada segundo para tenernos listos a todos.

Era mi turno, me estaban maquillando, entre rápido y prolijo, dejándome boquiabierto por como elegian los tonos perfectos para mi piel. Jinki apareció en mi vista y como era sabido, se me acercó.

-No lo olvides muchacho, sorpréndeme, ¿si? Haz que la quijada del público se caiga y sobre todo... que el patrocinador bese mis pies. -susurró en mi oído y me guiñó un ojo, yo asentí levemente, no dejando de mirarme en el espejo.

-¡¡¡¡¡ANGEEEEEEEEEEEEEL!!!!!! -se escuchó en todo el salón el grito de Sungjong. -¡AAAAAAAA! -vino corriendo con una caja en manos, pude ver la sonrisa de Jinki y me los quedé mirando con el ceño fruncido. -¡Mira lo que llegó! -me puso la caja enorme entre las piernas y yo lo miré sorprendido.

-¿Es para mi?

-Sí, es para ti. -se metió Jinki. -Ábrelo.

-Yo nunca recibí presentes en un desfile. -intervino Larissa a media maquillar.

-Quizás porque no los mereces. -Jinki puso los ojos en blanco.

Abrí la caja forrada de dorado y me quedé boquiabierto cuando vi un enterito rosa, lleno de lentejuelas y brillos, con plumas en las mangas. Wow, ¿Quién podría mandarme algo así?

-¡¡QUE LINDOOO!! -gritó emocionado, Sungjong. -Mirándome con los ojos brillosos, yo aun seguía muy serio, viendo aquel enterito... tenía muchas dudas, ¿Quién podría gastar dinero en mi? ¿Qué clase de persona regalaría algo así a alguien como yo, un simple modelo?

-¿Quién te lo dio, eh? -preguntó Larissa con tono triste.

Vi a Sungjong agarrar una tarjeta y la leyó en voz alta.

-Te deseo de verdad un buen desfile, no hay firma. -rió emocionado.

-Carita de Angel, pero es rápido en el ataque. -se metió Larissa a lo que Jinki la miró con muy mala cara.

-Larissa, guarda esa lengua venenosa, ¿si? -se dio vuelta mirándome a mi, esta vez. -Angel, ven conmigo mi amor y óyeme, trae lo que te regalaron sino alguna de estas perras son capaces de rasgártelo.

Colgó el enterito en mi vestidor personal y se lo quedó mirando.

-Lindo... Lindo, lindo.

-¿Crees que me quede?

-Te quedará como guante. -me guiñó un ojo. - Yo mismo le di tus medidas.

-Entonces sabes de quien es el obsequio. -di por hecho.

-De alguien muy interesado en conocerte.

-¿Hoy?

-Claro, él viene al desfile. -me sonrió. -Laic es una de las empresas del holding de él, los desfiles son un show, la ropa no va a las tiendas, pero divulgan la marca, pura inversión... como... tu enterito.

-¿Cómo dices?

-Él cree que le va a gustar conocerte, hoy hay un cóctel después del desfile, pero él se marcha, su chofer vendrá a buscarte.

-¿Y me va a llevar a donde?

-A la mejor suite de un hotel cinco estrellas, confortable... discreto, como conviene a los grandes hombres de negocios en sus encuentros privados.