VII

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Durante el mes siguiente, Mark consiguió memorizar todas las actividades y lugares que eran resposabilidad de Doyoung. Las últimas palabras que pronunció al despedirse aquel primer día que parecía tan lejano calaron hondo en la mente de Mark: trabajó sin rechistar y nunca más volvió a dar su opinión sobre Cherry Bomb y lo que allí sucedía. Se obligó a sí mismo a convencerse de que no era nada malo; de que le daban el trabajo que anhelaban a los jóvenes drogadictos y el entretenimiento que requerían los consumidores. Repitiéndose esto una y otra vez logró que el dolor que sentía en su corazón se aliviara levemente. Por otra parte, el clan de las cerezas también participaba en la venta de esas drogas que destrozaban tantas vidas. Mark, para poder sobrellevarlo, se forzó a pensar —y acabó pensando— que la responsabilidad de destrozar esas vidas eran los propios consumidores, ya que ellos decidieron tomarlas en un principio. Así, en contraste, la venta de merchandise falso no le provocó ningún dilema moral.

Todo transcurrió con total normalidad: Mark aprendía de Doyoung y Doyoung le enseñaba gustoso. Repartían las drogas, recogían los artículos falsos y los llevaban a Jeno o, a veces, a Haechan. Comían donde Max y frecuentaban Cherry Bomb. A Mark, al principio, esto no le hacía ninguna gracia, mas consiguió acostumbrarse poco a poco. Doyoung, sin embargo, realmente parecía disfrutar de ese garito, ya que lo arrastraba hasta allí siempre que podía y más, y tenía constancia de que después de acercarlo a su casa, solía volver.

En alguna ocasión hubo alguna que otra trifulca con el clan 126 acerca de territorios y otros temas que Mark prefería ignorar, bastante tenía con lo suyo. En algunas de las trifulcas, ordenaron a Doyoung sustituir al compañero que se daba de baja, dejando que Mark ocupara su puesto. Las primeras veces que eso sucedió, Mark se sentía demasiado torpe, nervioso y juzgado pero, con el tiempo y con la práctica, dominó completamente el puesto. Y así se lo hizo saber a Doyoung:

—Creo que ya estoy capacitado para trabajar solo.

—Puede que todavía te falta mucho para eso, amigo. Jaehyun y Taeyong me han estado preguntando por tu progreso y, como te adaptas rápido, están considerando enseñarte otros trabajos.

Oh my God!

—Cuando terminemos el trabajo de hoy aviso a Jaehyun, ¿vale?

—Sí.

Tras transportar las falsificaciones a la tienda de Jeno, Doyoung escribió a Jaehyun. Éste llamó de inmediato. Quería hablar con Mark.

—¿Estás seguro de que lo dominas ya?

—Sí.

—Bien. Pásame con Doyoung.

La charla entre ambos fue breve. Sí, vale, entendido, respondía Doyoung.

—¡Tengo toda la semana que viene libre! Te toca sustituirme. Van a estar vigilándote así que más te vale hacerlo bien.

—¿Y qué pasa si la cago?

—Pueden pasar dos cosas. Si la cagas mucho, te matan. Si la cagas moderadamente, me llevo una bronca por confiar en un inútil.

Mark tragó saliva.

—¿A qué llamas "cagarla mucho"?

—A desobedecer las normas que te comunicaron el primer día.


Mark empezó su trabajo en solitario el lunes. Todo fue bien. Si le surgía cualquier duda o imprevisto, contactaba con Jaehyun, como le había aconsejado Doyoung. Ni se te ocurra molestarme en mis vacaciones. Si necesitas algo se lo pides a Jaehyun, que no te va a morder.

Al contrario que cuando trabajaba junto a Doyoung, no solía pasar su tiempo libre en Cherry Bomb, sino en el restaurante de Max, leyendo un buen tomo de Detective Conan. No le interesaba lo más mínimo el espectáculo casi grotesco que allí se ofrecía y, menos aún, los servicios personalizados. No obstante, en alguna de las entradas y salidas que debía hacer, se topó con su compañero. Sí que le gusta este antro, pensó, no me lo habría imaginado nunca.

A veces recordaba que lo estaban vigilando. Se percató de que ni siquiera lo notaba, y eso hizo que un escalofrío le recorriera todo el cuerpo. ¿Cuánto saben sobre mí? ¿Cuántas personas podrían estar vigilándome en este mismo instante? ¿Y si el clan 126 también está observando mis movimientos?

El viernes, Jeno le entregó un sobre.

—Toma, me lo ha dado Johnny. Dice que lo abras tranquilamente en tu casa.

Cenando su clásico bol de cereales con leche, lo abrió. Detro había una nota.

"Buen trabajo. Descansa este fin de semana. Ven a la base el lunes a las once. — Jaehyun"



N-City. La Ciudad Y El Infierno.Where stories live. Discover now