Testimonio 8: No creo en los ángeles

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Cuando tenía cinco años uno de mis tíos abusó sexualmente de mí

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Cuando tenía cinco años uno de mis tíos abusó sexualmente de mí. Me pidió con un dedo en la boca que no dijera nada. Esto terminó cuando casi cumplía los ocho años. Pero durante ese tiempo también uno de mis primos intentó abusar sexualmente de mí, solo que esa vez pude evitarlo.

Viví aturdida y atormentada por los recuerdos. Tenía miedo de que lo mismo fuera a hacerles a mis primos y primas más pequeños.

Hablé con mi madre con la intención de pedir ayuda, pero me la negó, diciendo que era mejor no destruir a la familia. Aun así, llegué a hablar de esto con psicólogos y profesores de la escuela, incluso con la misma directora de la institución. Nadie me ayudó.

A los diecisiete años un amigo de la familia también me tocó. Creí que, por los psicólogos que me habían atendido, que estaría preparada para hacer algo si volvía a ocurrir, pero no hice nada.

Creo que por lo mismo soy reservada. No tengo tanta confianza en la gente. Me pongo nerviosa con facilidad y no me gusta que nadie me toque para abrazarme o besarme. También tiendo a despertar espantada, ya que tengo pesadillas con frecuencia.

Hoy tengo veinte años. Yo odiaba y detestaba a muerte a mi primer agresor, el que comenzó con la historia que he venido arrastrando, llena de culpa y arrepentimientos. Entonces comprendí, que aunque fuera difícil y no pudiera darle cara a mi agresor, debía entender que él no era el ser perverso que imaginé, era solo una persona transgresora de las normas, alguien que necesitaba ayuda psicológica.

He seguido adelante gracias a que encontré algo a lo que dedicar mi vida: a la escritura. No llevo mucho de estar aquí, en Wattpad, pero llevo escribiendo desde los catorce años, cuando creía que no podía más y que no valía la pena vivir. Pienso en cuanto me he esforzado en seguir adelante, en mejorar mis valores, en ayudar a los demás, en proteger a los más pequeños, a no juzgar a nadie, a estar bien conmigo misma.

A lo mejor esperaban que dijera algo como: ‹‹Yo fui hasta él y le dije en su cara todas sus verdades, que es un maldito pedófilo violador y que lo voy a denunciar››, pero la realidad es diferente, es más atroz cuando no puedes hablar. Es fácil pensarlo, mas no hacerlo.

Sé que aún no estoy recuperada, y no sé si lo estaré algún día. Porque, al contrario de lo que los psicólogos me repetían: ‹‹Puedes superarlo, puedes superarlo, tu puedes superarlo››, no es cierto, no podrás superarlo jamás pero... puedes aprender a vivir con ello.

Quiero que quien lea mi testimonio aprenda que se puede salir adelante incluso si crees que no tienes la fuerza para hablar. No puedes superarlo, pero puedes aprender a vivir con ello.

Soy más fuerte que túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora