Capítulo 5

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Cassandra

¿Cómo explico que conocí al hombre más sexy del universo? Lo vi y quedé impactada, Adam Miller o el "Súper papá" como los increíbles tres lo llaman, es el tipo de hombre que toda chica sueña, es muy alto y como a mi comparación es un hombre muy pero muy grande luce como un tipo que lucha por mantener a los suyos a salvo, tal y como lo demostró con sus hijos, al igual que los trillizos tiene un cabello castaño tan claro que casi es confundible con el rubio y sus ojos, maldita sea esos ojos son como hundirte en un bello tarro de miel tan... intensos. Él venía dispuesto a luchar por sus hijos y no pudo lucir más sexy aunque se lo hubiera propuesto.

— ¡Oh, Dios! ¿Quién era ese hombre? —alcé la vista y me encontré con Maia, una compañera regular del hospital además de ser la única con la que puedo mantener una conversación por más de cinco minutos.

— El papá de los trillizos—Esos pequeños ya eran noticia en todo el hospital aunque por respeto nadie murmuraba "muy alto", veo como Maia sujeta su cabello negro nuevamente en una coleta alta.

— Ese si es un hombre de verdad, pero bueno, hay que regresar al trabajo y dejar de babear por el hombre de traje hermosos ¿A caso viste ese trasero? Era tan perfectamente redondeado que me dieron ganas de...

— Señoritas...—Saludó el doctor Evans haciéndonos poner nuestra atención en él, vi como Maia se puso un poco roja de la vergüenza.

No la culpo, ¿Qué si vi el trasero del señor Miller? ¡Por supuesto que lo hice! Hasta que se perdió de mi campo de visión. Triste pero lo bueno de la vida solo dura unos pequeños instantes, como el trasero de Adam Miller.

— Buenos días Doctor Evans—la voz de Maia cambió a una profesional, apretó mi hombro como despedida y se fue por uno de los pasillos.

No tardamos en volver a la normalidad lo que me puso un poco deprimida, esos niños fueron como un soplo de aire fresco en mi día.

Conforme fueron pasando los días tuve oportunidad de crear la maravillosa rutina, era despertar, trabajar, ayudar a Maia con su proyecto de cafetería mezclado con repostería y volver al departamento a dormir. En esto se fue un mes donde afortunadamente aprendí muchas cosas y no solo hablando de contabilidad si no también en cuanto a cocina me hace realmente bien ayudar a Maia, además de que creamos un lazo de amistad si bien no muy fuerte sí es estable.

Por ello ver a mi hermano en un fin de semana a las cinco de la mañana no es algo normal.

— ¡Cassy! ¡Te amo hermana! ¡No peleeemosss mássss! —Por su apariencia y voz me resultaba obvio que estaba borracho, lo cual me llevó a una doble sorpresa, tenía entendido que había dejado el alcohol.

— David, ¿Se puede saber qué haces aquí a estas horas? —ajusté mi bata y lo ayudé a pasar para evitar alboroto entre los vecinos.

— ¡Se fue! —lanzó la botella que traía en su mano derecha, el estruendo de la botella provocó que uno de los cuadros en mi pared se cayera, creo que venía junto con el departamento.

— ¡David! ¡Vas a pagar eso! —le grité realmente enojada.

Por un momento creí que rompería de coraje, pero solo lo vi caer al suelo mientras escuchaba su irregular respiración, eso me asustó.

— Hermano mayor... ¿Quién se fue?

— Ella...—me respondió tan levemente que me esforcé para escucharlo— Yo creo que la amo, pero ya es demasiado tarde, no me quiere ver y dice que no quiere ser mi segunda opción cuando en realidad ella para mí siempre fue mi única opción, la vi y lo supe, es ella la dueña de mi existencia, pero no pude ¡Malditamente no pude soportar verla a lado de ese tipo! Soy un mal hombre, le hice daño al no saber expresar como me sentía por ella y ahora... Se fue—cuando rompió a llorar fue el momento en que supe que era hora de levantarlo, guardé silencio porque en este momento mi única pregunta es "¿Quién es esta chica que rompió el corazón de mi hermano y porqué no sabía de su existencia?"

— Quizás no era la correcta—comenté mientras lo recostaba en el sofá más grande de mi sala, David es un hombre de cuerpo grande y lo más seguro es que dormirá incomodo, pero yo no lo mandé a irrumpir mi sueño con una borrachera de los mil demonios.

— Era bueno cuando la única chica por la que me preocupaba eras tú.

— ¿Puedo saber quién es ella? —acomodé su cabeza en mi regazo mientras me sentaba donde estaba él, este momento me recordó tanto a cuando éramos pequeños y queríamos compartir historias.

— La conocí en el hospital en que trabajas, ella fue la que me comentó del empleo que luego te ofrecí. Fue simple, la vi y me tuvo, primero supe que era hermosa pero en ese momento solo la vi como un conducto para alejar a mi ex novia loca, después, la conocí y no quise nada más que pasar tiempo a su lado, hace unos meses me dijo que me amaba y yo simplemente hui sin saber que en ese tiempo mi ex iría a ella con mentiras que creyó, Maia lo es todo para mí y me mata que no sea consciente de ello.

Me congelé en ese momento ¿David hablaba de mi Maia? ¿La única Maia con la que me gusta pasar tiempo?

— David ¿Estás hablando de Maia Moore?

Eso llamó su atención centrándose solo en mi expresión de sorpresa.

— La conoces—afirmó— ¡Es tu amiga! ¡Hermanita! Tienes que ayudarme a...

Lo detuve antes de ilusionarlo, como amiga y hermana estaba en un punto crucial, no iba a renunciar a las únicas dos personas con quienes me llevaba bien en este nuevo inicio solo por su romance fallido, él fue un idiota y ella una insensata por no escuchar y yo no tenía nada que ver con ello.

— Sí, la conozco y por eso te pido que no me metas en tus problemas, ella a parte de ti es a la única a quien le hablo y no quiero que me la quites por esto.

Comprendió lo que le dije, pero sabía que no se daría por vencido, en silencio ambos quedamos dormidos hasta que unos golpes en la puerta me hicieron despertar nuevamente, ¡genial! ¿Qué diablos tiene el mundo con querer derribar mi puerta? Y para terminar no había rastro de mi hermano.

Ya en un estado demasiado irritado abrí la puerta de golpe y me encontré nuevamente con esos ojos color marrón pertenecientes a Adam Miller, ambos nos quedamos sorprendidos cuando noté que su mirada recorría mi cuerpo tragó sonoramente y me di cuenta del error ¡Mierda! No tenía mi bata puesta quedando solo con mi horrible y vergonzosa pijama de franjas azules.

— ¡Adam! —sentí a mi hermano detrás de mí cuando me besó la coronilla de la cabeza— Pasa por favor hermano, y gracias por venir.

Vi la duda en Adam, pero terminó entrando al departamento sin quitarme la vista de encima.

— David ¿Podemos hablar por unos segundos? —no esperé respuesta solo jalé su brazo hasta mi habitación — ¿Qué rayos crees que haces? ¿Ahora luces fresco como una lechuga? ¿Qué con lo de ayer? ¡Esto no se ha terminado quizás debas analizar mejor...

Ahora él no me dejó terminar.

— Hermanita solo acepté su invitación a comer a casa de su familia, y quiero que vayas con nosotros. Pensé en lo de anoche y lo que me dijiste, es verdad, aquí no conoces a nadie, créeme cuando te digo que los Miller son una familia de sueño, es lo que siempre quisimos ¡Por favor vamos! ¡No me niegues la oportunidad de presentarte más personas!

— ¡David! ¡No necesito conocer gente! ¡Necesito que dejes de aparecer en mi puerta borracho y con el corazón roto!

— Si no te caen bien nos vamos, solo me lo pides y juro que en ese instante nos vamos—odiaba decirle que no a algo por lo que no me quedó otra opción más que aceptar.

— Dame quince minutos para arreglarme.

Todo lo que nunca quiseजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें