Capítulo 36: Eso quiere decir...

Start from the beginning
                                    

—Jade, no vayas a comenzar con tu ir y venir de nuevo, porque...

Pero ya no puedo escuchar la voz de Angie, todo a mi alrededor se paraliza, hasta mi respiración se ve interrumpida. Allí, al frente de mi casa, se estaciona mi auto y no es nadie más que Grayson el que baja de él. Creo que Angie sigue hablando, pero su voz se apaga poco a poco en cuento se acerca a la ventana a ver que me tiene tan hipnotizada.

De repente, salgo de mi asombro cuando me veo siendo empujada por Angie hacia la puerta de entrada.

—No te quedes allí parada como estatua, ve a encontrarte con tu chico.

—Ok, ok. Solo quédate aquí—digo antes de abrir la puerta y salir.

—No veo porque sal...—corto su voz cerrando la puerta. A veces habla mucho.

Tomo un gran bocado de aire para llenar mis pulmones antes de atreverme a girar y enfrentar a Grayson. Claro que no esperaba tenerlo a centímetros de mí en cuanto doy media vuelta.

—Yo... Hola—¿en serio? ¿Es lo único bueno que se me ocurrió decir?

—Hola—dice Grayson, mirando mis ojos fijamente.

Dicho eso, un gran silencio cae sobre nosotros. Yo simplemente no puedo hablar, mi cerebro y mi boca no se ponen de acuerdo.

Tenerlo frente a mí después de todo lo que ha pasado me deja paralizada. Sin embargo, el si logra romper el silencio en el que nos encontramos envueltos.

—¿Por qué no me dijiste la verdad?

—¿De... de que me hablas? —tartamudeando o no, por lo menos es un progreso que pudiera decir algo coherente.

—Jade...—se pasa la mano por la cara como signo de exasperación—Me mentiste. Me hiciste creer cuando desperté del coma que nunca estuviste allí, que te habías largado como si no te importa, y de pasó hiciste que todos a mi alrededor mintieran igual. Tal vez el accidente te hizo revivir el accidente de tus padres, pero sobreviví, y nada de lo que pasó fue tu culpa. El alejarte de mí solo me hizo un muerto en vida. ¿Era eso lo que querías?

—¡No!...Yo...—las lágrimas corren por mi cara y el nudo que tengo en la garganta me impide hablar, pero como puedo lo hago—Yo solo sentí en ese momento que todo lo que amo lo destruyó... Y tienes razón, estar en ese accidente, verte en él, me hizo recordar el accidente de mis padres... Cuando mis padres murieron fue una muerte instantánea, me aseguraron que no sufrieron, pero...Verte en esa cama de hospital fue lo peor que he vivido, verte en coma me destruyó...Así que pensé que alejándote de mí estarías mejor, que no tendrías que lidiar con mis continuos cambios de humor. Pero me arrepentí... En cuanto escuché tu voz al llamarme del teléfono de Sam me arrepentí—comienzo a hipar—. Pero tú... Me dijiste todas esas cosas tan horribles... No me dejaste hablar... Yo...

—Dios, soy un imbécil—inmediatamente soy envuelta por sus brazos en un gran abrazo. Y es justo eso lo que necesitaba, estar entre sus brazos y tenerlo lo más cerca posible—No sabes cuánto lo lamento... Por todo, por decirte todas esas cosas que no merecías, por no defenderte hoy de Sarah, por...

Y... No lo dejo terminar, pues rompo el abrazo en el que aún nos encontrábamos, para luego rodear su cuello con mis brazos y callarlo con un beso.

Es un beso lento, dulce y delicado. Un beso en el cual puedo sentir, por muy loco que suene, todo el amor que hay entre nosotros. Es de ese tipo de besos en el cual te entregas por completo a las sensaciones sin prisa alguna, solo explorando y memorizando todo lo que vas sintiendo con dicha demostración de afecto.

Claro que nos vemos en la necesidad de parar con el beso, en busca de aire para respirar.

—Eso quiere decir...—Grayson me mira con el ceño fruncido, pero a la vez con un chispa de esperanza en sus ojos y una pequeña sonrisa en sus labios. Y sé lo que está pensado, así que no lo hago sufrir tanto por una respuesta y completo lo que trata de decir.

—Sé lo que estas pensado... Y sí—le digo con la sonrisa más grande que puedo plasmar en mi rostro—. Eso quiere decir que te perdono por todo, pero solo si tú me perdonas a mí también.

—¡Ahhh!—Grayson grita de improvisto mientras me carga y comienza a darme vueltas como un loco— Por supuesto que te perdono. ¿Cómo no hacerlo? —deja de girar para poder tomar mi rostro en sus manos y mirarme fijamente— Te amo de una manera inconmensurable e inexplicable, que no hay manera que no te pueda perdonar, porque sé que me amas como yo a ti y no harías nada para lastimarme... Solo no vuelvas a creer que me haces un bien alejándote de mí, porque sin ti yo me siento incompleto.

—Prometo no hacer algo como eso nuevamente. Como me dijo Angie hace un instante, una de las bases fundamentales para que una relación funcione es tener una buena comunicación, así que de ahora en adelante seremos comunicativos entre nosotros para no tener que pasar por esto nunca más.

—¿Así que ya todo está arreglado entre nosotros? —Me pregunta con una sonrisa en la cara, y yo solo puedo asentir con una sonrisa igual de grande.

De repente la puerta de la casa en abierta de manera repentina y vemos a Angie salir de ella.

—¿Qué clase de pregunta es esa Grayson?—pregunta Angie con los brazos cruzados— Mas les vale a Ambos haber arreglado las cosas, porque ustedes dos han tenido más drama que una telenovela y solo les aclaro que esto es la vida real. Los amo, pero les aseguro que si se vuelven a separar por una tontería, vamos a tener serios problemas aquí.

—¿Terminaste? —le pregunto mientras Grayson y yo la vemos con una mirada divertida en nuestras caras.

—Si. Ahora si me disculpan, voy a mi casa a llamar a mi novio para decirle como nuestros mejores amigos por fin se arreglaron. Bye. Los amo. —y vaya que quería irse rápido para llamar a Sam, puesto que lo último lo grita cuando está a punto de entrar a su casa. Bueno... Aunque vive justo al lado, tampoco es un largo camino que recorrer.

Me giro a mirar a Grayson.

—¿Quieres entrar?—le pregunto, haciendo un gesto con mi cabeza para apuntar la puerta de mi casa.

—Me encantaría— dice mientras me carga entre sus brazos.

—¿Si sabes que así es como carga el novio a la novia cuando están recién casados y van a entrar por el umbral de la puerta de su casa? —le pregunto.

—Por supuesto. Solo estoy practicando, porque ahora más que nunca sé que un día me quiero casar contigo Jade Ann Thompson.

Como respuesta, y mientras lo ayudo a abrir la puerta para entrar a la casa, lo beso como si la vida se me fuera en ello, pues yo también estoy segura que un día me casaré con Grayson Scott Miller.

Fría como el hieloWhere stories live. Discover now