LA GUERRA DE ALTAIR

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Esta historia sucedió unos años después de que el despiadado André muriera en la batalla de Resat, el planeta demonio del sistema solar. Dicha historia tuvo lugar en el sistema de Altair, Un sistema con dos estrellas de la misma masa. Sucedía que en el planeta Litox, poblado por los enanos, se iba a producir una sangrienta guerra. Esta guerra estaba producida por los Crotac, habitantes de Tricorde. Eran una raza de piel roja y verde y de una altura considerable. Tenían unos tres metros de altura. Al pueblo orgulloso y fuerte de los enanos nadie los podía ayudar en ese sistema olvidado por unos y desconocido por otros. Ese sistema solo era conocido en esos momentos por Luminex, el guerrero humano de la Tierra. Un Crotac llamado Tecatu avanzaba decidido a la batalla. Dirigía a todos los Crotac y algunos guerreros de Mefistia que estaban poblados por plumas azuladas Tecatu no comprendía porqué su rey los havia mandado a matar a los enanos. Era incomprensible. Tecatu desenvainó su espada de su armadura azulada. El general de los enanos iba vestido con armadura plateada, su cara estaba reinada por una barba blanca. El general enano se puso delante de Tecatu y ordenó:

-Deteneos.

Ningún Crotac se detuvo la batalla era inevitable. Los enanos ya sacaban de su funda las hachas afiladas muy pacientemente. Cuando el filo de las espadas de los Crotac ya estaba a un milímetro de chocar contra los escudos de los enanos Tecatu gritó:

-¡Detened vuestras espadas cargadas de odio!

Algunos Crotac gritaron más por miedo que por lealtad:

-¡Eso es traición a nuestro Rey!

Tecatu respondió a estos gritos generales:

-Será traición pero no pienso matar a unos enanos sólo porque me lo manden. ¿Si el rey os mandara cortaros vuestras cabezas con vuestra propia espada lo haríais?

Todos comprendieron las razones de Tecatu y no discuteron más. Los enanos felicitaron al general Crotac por su decisión, pero de repente, de una montaña cercana, se oyó una risa:

Muy bonito pero necesito este planeta para obtener poder.

Todos se giraron era el rey Crotac:

- ¿Sorprendidos? Maté a vuestro rey y me metí en su cuerpo.-dijo con una sonrisa malévola mirando a los Crotac.

Los Crotac se giraron y dijeron con ironía:

-¿Tú sólo?

Al lado del falso rey aparecieron unas figuras. Eran cientos. Eran personas con cuerpo humano pero, con la cabeza, la piel y las garras de pantera. Estos mostraron sus colmillos afilados y sus espadas onduladas:

-Somos los Tizacs-dijo el Rey riendo- provenimos de la nebulosa oscura.

Con un movimiento de la mano el rey hizo entrar a su ejército en combate:

-Arqueros lanzad las flechas.-Ordenó Tecatu desenvainando su espada.

Las flechas impactaron en las cabezas de los Tizacs que se dirigían al ejército combinado. Eran muchos y pronto los filos de las espadas y de las hachas chocaron en el aire. Tecatu veía muy pocas posibilidades. Avanzó decidido a un Tízac y le cortó la cabeza con su espada. Un enemigo s ele puso a la espalda pero con un floritura se lo quitó de encima. De repente una voz se alzó al lado de Tecatu:

-Dragones venid en una causa justa.

Era Krox el rey de los enanos. Su llamada tuvo efecto y del cielo aparecieron unos Dragones con armadura. Eran dragones de Dragonix. Estos se abalanzaron a los monstruos y les arrancaron la cabeza a muchos de ellos. Tecatu aprovechando la confusión se abalanzó a los monstruos y mató a algunos. Pero pronto se vio rodeado por Tizacs y no pudo evitar ser herido en un costado. Una llamarada de un dragón quemó a los monstruos y los mató. Hera Krox que iba montado en un dragón:

-¿Puedes luchar?-preguntó el rey.

-Lucharé hasta la muerte.-fue la respuesta del guerrero.

Tecatu giró la cabeza y vio al rey Crotac ahora transformado en Tízac. Sin dudarlo y con todas sus fuerzas saltó hacia él.

-Si es el estúpido de Tecatu-bromeó el monstruo

-Has hecho tu sentencia de muerte.

El general se abalanzó impulsando su peso en la espada hacia el Tízac, pero la bestia le mordió en una pierna. Tecatu con una patada se lo quitó de encima y le clavó su espada en el pecho. A pesar de esto el Tízac lanzó a Tecatu por los aires y le puso el filo de la espada en el cuello:

-Está muerto-dijo el enemigo.

De repente de detrás del rey apareció un luz cegadora y de ella una figura humana.

-No tu estás muerto- dijo el humano cortando la cabeza del Tízac con una espada en forma de rayo. Era Luminex el guerrero de la luz.

Este se giró rápidamente y clavó su espada otro Tízac. Al poco rato todos los enemigosestaban muertos. Todos gritaron de alegría. Cuando Krox le preguntó a Luminexpor qué los había ayudado este dijo:"La justicia no olvida". Los Crotac y los enanos vivieron en pazdurante la eternidad. Esto no hubiera pasado si la avaricia y la codicia no seapoderasen de la gente. Por desgracia es así. Unos matan por beneficio otrospor justicia.    

FIN

Relatos de leyendaWhere stories live. Discover now