- Lo siento, sus ojos me hipnotizaron. - dijo ruborizándose, lo que demostró que cada palabra era cierta.

- Aceptas...

- Acepto. - lo interrumpió firmemente. - Ella es la mujer de mi vida.

Sentí un alivio sin igual. Mi sonrisa crecía sin que pudiera controlarla. Podía sentir los flashes de las cámaras, pero no me molestaban. Ella me había dicho sí, aunque estaba segura de su respuesta, mi tonto y enamorado corazón estaba loco dentro de mi pecho, desbordando una emoción que quería ser mostrada en lágrimas. Pero los sostuve tanto como pude.

- Srta. Karla Camila Cabello Estrabao, ¿aceptas a la Srta. Lauren Michelle Jauregui como su legítima y única esposa? - el juez preguntó pacientemente.

Al igual que ella, cuando la miré, mi cuerpo y mi mente parecieron dejar de funcionar un poco. Pero suspiré y pronto respondí con una voz falla por las ganas de llorar:

- Sí, acepto.

Lauren me miró con tanto cariño que podría derretirme allí mismo. Sonreímos con complicidad y dirigimos nuestra atención al juez.

- Seguidamente procederemos con los juramentos e intercambio de alianzas.

Mis ojos se abrieron con desesperación. ¡Las anillos! Estábamos tan aturdidos con el viaje repentino, las decisiones tomadas en el calor del momento que olvidé completamente ese detalle. Pero Lauren sonrió y miró a Chris quien se acercó con una caja de terciopelo rojo en sus manos. Sólo entonces me acordé de mirar al resto. Dinah y Ally lloraban juntas mientras los demás nos sonreían.

- Obviamente pienso en todo. – Lauren comentó ante mi sorpresa - Nuestra boda tiene que ser perfecta porque tú eres perfecta.

- Eres una tonta. - murmuré emocionada.

Ella depositó la caja abierta sobre la mesa del juez. Las anillos dorados eran hermosos, pero lo mejor de todo era que cada una tenía un pequeño símbolo de rayo clavado en ellos. No tenía idea de cómo Lauren logró encontrar esos anillos o cuánto había costado, pero ver algo tan nuestro como el significado de la tormenta en algo que llevaría hasta la muerte, me dejó más emocionada y casi incapaz de contener las lágrimas. El juez le pidió que tomara el anillo, pude evidentemente ver su mano temblar sosteniendo ese tan pequeño objeto, pero cuando tomó mi mano y dejó el anillo cerca de mi dedo, lo hizo firmeza y sin temblar. Cuando la miré con curiosidad, sus ojos estaban más brillantes que nunca, su sonrisa era la más hermosa de todas. Podría agarrarla en ese instante por ser simplemente la persona más hermosa de este planeta.

- Repita conmigo, Srta. Jauregui. - pidió el juez. - Te tomo como mi esposa, y prometo serle fiel...

- Te tomo como mi esposa. – Repitió mirándome a los ojos y colocando lentamente el anillo en mi dedo de la mano izquierda. En un momento no escuché más al juez, sólo a ella. - Prometo serte fiel, amarte y respetarte, en la alegría y la tristeza, en la salud y en la enfermedad. Todos los días de nuestra vida.

Cuando miré mi mano, había un anillo de oro en mi dedo. Estaba temblando a cada segundo y pensaba que estaba casada con la mujer más perfecta que Dios podría haberme reservado. Sentí que la mano de Lauren levantaba mi cara y secaba las obstinadas lágrimas que se escapaban con cariño.

- Te amo. - murmuró, para que sólo yo la escuchara.

Suspiré como una tonta enamorada y tomé el anillo. El juez hizo la misma petición, para que yo repitiera los votos con él. Pero antes de que me diera cuenta, empecé a hacerlos en italiano.

- Io prendo te come mia sposa...

- Déjala que siga así. - Lauren dijo al juez que me miró confundido.

Simplemente Camrenजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें