CAPITULO V | Z A Y N

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Las personas caminan por el parque, unas riendo, otras concentradas en realizar ejercicio. 

Por su parte, una joven se encuentra sentada en una banca con sus bocetos de dibujos. Tratando de mejorar la arquitectura de los edificios tras ese parque. El dibujar la mantenía contenta, recordando lo feliz que era cuando estaba al lado de su madre. 

En esa libreta color azul, era como si creara su propio mundo. Aquel en donde no existiera ningún tipo de daño, no había personas malas, no moría nadie... uno donde pudiera ser feliz, algunos lo conocen como el lugar de Peter Pan, para ella era el mundo de Meel. 

Ve como un niño pasa con un helado, provocando cierto antojo en su interior. Deja su bocetos y se dirige al puesto de helados. Al comprar aquel helado sabor limón se dirige nuevamente a su banca, viendo como ya se encontraba alguien más.

Su mirada va en esa cabellera color negro, sus pobladas cejas y el intenso color de sus ojos. Dándole crédito también a su barba, que solo provoca pensar que guarda un enorme secreto este chico. 

—¿Puedo... sentarme?— A pesar de que en ese lugar, ya se encontraba ella sentada, tuvo la necesidad de poder pedir permiso para hacerlo. 

Él solo se encoje de hombros, fumando un cigarrillo. La chica toma asiento, su vista se vuelve posicionar en aquel edificio viejo, dándole un retoque en su libreta.

A su alrededor, los arboles se mueven, el sonido de los pájaros se puede escuchar tras el silencio de las personas en el parque. A lo lejos se puede apreciar como pasan los automóviles.

Cada mínimo detalle, ella lo dibujaba. 

—¿Ese dibujo es tuyo?— toma uno de los que estaban sueltos. En este se muestra una colina, con un columpio solo, enseguida de con él muchas nubes. 

—Sí—trata de quitárselo, pero es imposible —¿Por qué?— él joven solo lo observa con más detalle

—Yo también dibujo— dice —, me encanta.. y bueno algunos de ellos están plasmados en mi cuerpo— le muestra algunos tatuajes

—Que... que, ¿tierno?— dice al tratar de encontrar un valor sentimental en cada uno de esos tatuajes

—Mi favorito es este— se levanta su manga de la playera; viendo un acantilado y un bosque

Se encuentra admirada, son buenos sus tatuajes —a eso te refieres con "buenos" —bromea provocando una sonrisa en él

—Soy... Zayn, ¿tu eres?

—Me llamo Melanie Loughty— estira su mano, estrechando aquel chico castaño —, pero me puedes decir Meel.

—Es un gusto conocerte Meel— toma otro dibujo —¿hace cuanto dibujas?

—Desde que tengo memoria— suspira —siento que de esa manera puedo expresar mis sentimientos..

—Te entiendo, también me siento así

—¿Que sucede?—nota un cambio de animo en él, por lo que pregunta la ojiazul

—Bueno... — se recarga en el respaldo de la banca —hace apenas como cinco semanas estaba comprometido con la madre de mi futuro hijo— guarda silencio —, luego un amigo de mi trabajo tuvo un accidente parando todo

—Ajá

—Continuamos mi prometida y yo por unas semanas— dice —, hasta que su representante le exigió que terminará conmigo, al no tener fama yo; ella debería de estar con alguien que estuviera igual como ella, ¿me entiendes, no?

—En realidad no

Suspira —Soy integr... bueno era integrante de OneDi, la banda mas famosa del todo el mundo

—No los conozco—dice riendo

—¿What Make You Beautiful?— niega la chica —¿Best Song Ever?— continua sin reconocerlos —you're is perfect to me...— canta una parte de una de sus canciones

—Creo que no tengo la fortuna de haber escuchado alguna canción de ustedes— comenta —¿que tan famosos eran?

—Tan famosos que nuestras fans habían colapsado varias páginas— la mira —siento que si nos conoces, pero solo lo comentas para no parecer una loca

—Estoy cien por ciento segura de que no los conozco— le responde —¿por qué tu insistencia?

—No es nada— niega riendo —, entonces si podre hacer una conversación contigo...

—¿Cómo?—ríe —te refieres a...

—A que podemos ser amigos ya que tu no me juzgaras,  ni nada por el estilo. —habla seguro de sí Zayn —¿Sucede algo malo? Puedo ver en tus ojos algo de tristeza

—Bueno— suspira, no es el tipo de chica que le cuenta todo al primer extraño, pero esta muy segura de que no volverá a verlo así que decide contarle todo. —Cuando tenia veintiún años paso la mas triste tragedia en mi familia, fueron a robar a mi casa de Los Ángeles, la cual se encontraba mi madre, al llegar me di cuenta que estaba en el suelo llena de sangre. Comencé a gritar y a desesperarme, la tome con mis manos y la puse en mis piernas. Le hablaba una y otra vez y no reacciono— pausa —Había muerto... fue algo demasiado difícil y lo sigue siendo es algo que no podre olvidar muy fácilmente.

—¿Hace cuanto tiempo fue eso?

—Hace unos seis meses—responde —, pero es que cada noche me despierto gritando y diciéndome que yo pude haber evitado que muriera

—¿A que te refieres?

—Por que, si yo no hubiera ido al cine con mis amigas eso jamas hubiera pasado, hubiera dado mi vida por ella— una lagrima salio de su rostro y el ojicafe, solo la quito con su pulgar, la abrazo detrás de los hombros

—Tranquila, por algo pasan las cosas... créeme— trata de animarla —al principio no sabemos bien con exactitud; pero todo en esta vida tiene un motivo

El accidente | EditandoWhere stories live. Discover now