3/2~ rosa nocturno

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Era tarde, pero Seungkwan y yo seguíamos hablando.

Se notaba mucho en el cuando su alma era diferente, incluso si no pudiera verla, todo en el cambiaba, su forma de hablar, sus gestos... todo.

No me desagradaban para nada estos cambios, era como tener cada día un chico diferente.

Kitty se había quedado dormida en mi pierna, y no quería moverla mucho porque podría despertarla, me daba pena hacerlo siendo tan pequeña.

Sin embargo el gran problema llegó a la hora de dormir.

– Yo dormiré en el suelo, duerme tu en la cama –

– No, no voy a hacerlo así, es tu casa, tu duermes en la cama –

Estuvimos discutiendolo cinco minutos, tratando de no alzar la voz y molestar, hasta que llegó la hermana mediana de Seungkwan.

– Dormid los dos en la cama y solucionado, sois amigos, no pasa nada –

Ambos apartamos rápidamente la mirada, la chica se había ido, pero el daño ya estaba hecho y no había vuelta atrás.

– Su..supongo que habrá que hacerlo así –

Yo solo asentí, sabía lo cabezota que podía llegar a ser mi amigo y que aquella no debía ser tan mala idea.
Era incomodo porque la cama era pequeña y ambos estábamos muy cerca, pero cabíamos más o menos cómodamente y era suficiente.

Aunque en algún punto de la noche la tensión entre los dos se fue.
Mi amigo de pelo teñido acabó por acomodarse apoyándose en mi pecho y por inercia lo abracé, estába más cómodo de lo que iba a aceptar en voz alta.

– Hansol... ¿Estas despierto? No puedo dormir –

Yo estaba apunto de dormirme, así que hice algún sonido raro, que ni yo se como sonó para responder una especie de "si".

Seungkwan se rió suavemente de aquel sonido, y su risa resonó en la oscura habitación y no evité sonreír.

– Me tomaré eso como un si –

Suspiré, mi mente parecía no querer desconectar del todo, quería seguir despierto, quería seguir hablamdo con él.

– Yo...¿Puedo decirte algo...? Un secreto, no se lo he contado a nadie, pero creo que puedo confiar en tí –

No dije nada, asentí, aún sabiendo que probablemente no me vería, pero el pareció entenderlo de todas formas.

– Yo... estube saliendo con una chica en Jeju, donde vivía antes –

Me veía venir lo siguiente, creía saber lo que diría después, por alguna razón he oído muchas historias que comienzan así.

– Ella, estuvimos saliendo como... ¿dos años? Ya no me acuerdo...
La cosa es, siempre me he sentido mal por ella, nunca me gustó realmente, la engañe durante mucho tiempo. –

Me mordí el labio evitando reír, me había imaginado otra cosa y me sentí tonto por tratar de adivinar, ambos nos habíamos sentado apoyándonos en el cabecero de la cama, y yo ya estaba lo suficientemente despierto como para reaccionar cuando se dirigía a mi.

– Ella no se enfadó cuando se lo dije, pero yo me he estado sintiendo una mala persona todo este tiempo –

La poca luz que había me dejó ver como el rosa de su alma se oscurecía, mezclandose con el gris, un color que realmente odiaba, odiaba ver triste a la gente, sobre todo si opacaba un alma tal dulce y pura como lo era el rosa.

El estaba llorando, y sus hipidos se escuchaban por toda la habitación, y comencé a ponerme nervioso.
Traté de calmarlo de alguma manera, abrazarlo y dejar que llorara, no sabía que decir y tenía miedo de molestarlo, de ponerle más triste.

– Lo peor es que eso no es todo –

– Puedes contarmelo si quieres, no te obligo a nada –

Hubo un silencio sepulcral por unos momentos, él estaba esperando a que las lágrimas dejaran de salir para seguir hablando, yo esperé pacientemente el tiempo que necesitase.

Le prometí que no lo juzgaría, fuera lo que fuera, y que podía confiar en mi.

– Yo... +

Trató de hablar pero parecía nervioso, se separó de mi y me miró a los ojos, como si quisiera librarse de un crimen horrible y confesarmelo.

– Ella nunca me gusto, porque a mi no me gustan las chicas, pero era muy pequeño para saberlo –

Sonreí, le agarré del brazo y lo acerque a mi para abrazarlo otra vez, para demostrarle que no era nada malo.

– Seungkwan, eres un tontito... ¿Como podría ser eso tan malo como para que me alejara de ti? –

– No serías el primero –

Reí, el parecía un niño pequeño ahora mismo, hizo un puchero con los labios, y evitó mirarme.

– No soy como los demás –

Se separó solo lo suficiente para tener contacto visual de nuevo conmigo, confundido.

– Guardaré tu secreto si tu guardas el mio, también quiero confiarte algo –

Me pareció ver que sus ojos brillaban mientras asentía tan rápido como podía y sonreía, aún como un niño pequeño.

– Veo el color del alma de la gente, y puedo saber como ellos son realmente –

El parecía estar en shock, pero acabo sonriendo aún más, se emocionó tratando de no gritar.

–¡Eso es genial! – Comenzó a exclamar entre susurros – ¿Como es mi alma?¿Y la de mi madre?¿puedes ver también la de Kitty? –

Seungkwan era el primer amigo al que se lo contaba y no me miraba raro, no creía que mentía, que tenía algún tipo de delirio de grandeza, que me creía y me aceptaba.

– Te lo explico mañana, buenas noches Seungkwan –

– Buenas noches Vernon –

COLOURS ~VERKWAN~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora