Jarabi (#1 Mc Reyes Demonios)

Epílogo

Capitulo Editado 

Killian

Cuatro años después

Estos cuatros años fueron los más maravillosos de mi vida. Me casé con una estupenda mujer, mis hijos ya tienen cuatro años. Asim y Aleska se casaron, tienen dos hijos, Jared y Moe; Asink se casó con una mujer llamada Sabrina, tienen un hijo Kal. Ahora mismo trato de hacer el almuerzo para Eros y Deo, pero no puedo, porque se la pasan peleando y tengo que intervenir. Arlette se fue a atender la tienda de Sarah; ellas se hicieron muy amigas al igual que Marlene y eso me alegra mucho. Sarah tuvo una hija llamada Mackenzie. Marlene también tiene una hija llamada Aria; son muy juguetonas. Interrumpen mi pensamiento cuando uno de mis hijos empieza a gritar como condenado a muerte.

—Papá, Eros quiere romper mi juguete. Dile que no lo haga —grita Deos. Ruedo los ojos mientras me subo las escaleras y me dirijo hacia la habitación de ellos; entro y miro a Eros tratando de romper el juguete.

—Eros, no hagas eso, hijo, ¿no ves que tu hermano quiere jugar con ese juguete? Encima es suyo, no tuyo —le digo.

—Pero, papá, él me empezó a molestar primero —acusa a su hermano.

—Quiero saber a qué hora viene su madre —susurro para que no escuchen. Escucho que abren la puerta principal.

—¡Ya llegué! —grita mi Bella y los pequeños se miran entre ellos felices y se van corriendo hacia la escalera.

—No corran en las escaleras, niños, es peligroso —les grita Arlette.

—Hola, Bella —le saludo mientras me acerco a ella para darle un beso.

—Hola, vida —me responde.

—¿Cómo te fue con Sarah? —pregunto.

—Bien. Te quiero decir algo, vida. Hoy en la noche... —me susurra en el oído. La miro confundido y asiento; le abrazo por su cintura.

—¡Mamá!, Deo no me deja jugar con mi juguete tranquilo —grita Eros.

—Déjalos, Bella, estuvieron toda la mañana así —le cuento encogiendo los hombros; rueda los ojos y se va hasta donde están ellos. En eso viene Deo llorando hacia mí.

—Papá... —dice sollozando. Me pongo en cuclillas y con mi mano revuelvo su cabello.

—¿Qué pasa, campeón? —le pregunto.

—Mamá es mala —me dice.

—Claro que no, campeón, ella es muy buena, te reta porque te quiere, campeón. Lávate la cara y vamos un rato al club, ¿está bien? —le digo y él asiente. Se dirige corriendo al baño. En eso me encuentro con Arlette.

—Voy un rato al club, Bella, me necesitan allá —le digo.

—Está bien, vida —dice.

En la noche

Entro en la casa y observo que está todo decorado con cosas de bebé. Veo después que Arlette viene con una caja.

—Ábrela —me dice. La abro mientras miro a Arlette.

Hola, papi:

Vengo de nuevo, ¿me dejarías entrar en esta familia?

Tu futuro hijo o hija.

—Me haces el hombre más feliz del mundo —le digo cuando me acerco a Arlette, la beso y abrazo.

Cuatro meses después

—Hoy podremos saber cuál es el sexo del bebé, estoy muy ansioso por saberlo. Ahora mismo estamos en el consultorio de la ginecóloga. Escuchamos el nombre de Arlette y entramos. La doctora pone el gel en el vientre de Arlette.

—Felicidades, tendrán una hermosa niña —dice y yo empiezo a ver todo negro.

Una niña, la niña de mis ojos, será mía, de ningún otro hombre.