Capítulo 1

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El día de su primera boda la naturaleza había brillado en todo su esplendor. Hacía un calor insólito para ser enero, el ambiente era muy agradable y la suave brisa hacía ondear su pelo.

Era como si el mundo entero se hubiese detenido para presenciar la unión de dos almas.

Naruto resopló, ganándose con ello que su futuro marido le mirase con una ceja enarcada.

¿Qué tiempo hacía el día de su segunda boda?

Malo.

El cielo estaba nuboso y soplaban vientos de tormenta provenientes del norte. Hacía frío y el aire congelado se colaba en el salón con ráfagas insistentes.

Era como si el mundo entero supiera la incertidumbre que le causaba el hombre que tenía al lado y al que quedaría unido para siempre tras pronunciar los votos.

Un escalofrío le recorrió la columna a pesar de que ambos estaban de pie frente a la enorme chimenea del salón principal.

Sasuke frunció el ceño y dio un paso hacia el doncel como si intentase protegerlo del viento que levantaba las gruesas cortinas que cubrían las ventanas.

Naruto no pudo evitar dar a su vez un paso hacia atrás y alejarse de nuevo de él. Le ponía nervioso y a él eran muy pocas las personas que conseguían intimidarle.

El guerrero frunció todavía más el ceño y después centró toda su atención al frente.

Naruto miró a su alrededor con la esperanza de que ninguno de los presentes hubiese presenciado el intercambio. A su pueblo no le gustaría ver que tenía miedo de su marido. Aunque se lo tuviera.

Madara Uchiha, el mayor de los hermanos Uchiha y el primer hombre con el que se suponía que iba a casarse, estaba de pie al lado de su hermano, con los brazos cruzados. Parecía ansioso porque la ceremonia terminase cuanto antes.

Itachi Uchiha, el hombre con el que casi se casó después de que Madara contrajese matrimonio con Minato Namizake, también parecía impaciente y miraba constantemente la escalera como si fuera a echar a correr en cualquier momento. Era comprensible, porque Deidara, estaba en el dormitorio de ambos, en el piso de arriba, recuperándose de una herida que había estado a punto de acabar con su vida.

A la tercera va la vencida, ¿no?

El rey Tobirama no se había puesto en pie para la ocasión. Seguía sentado junto al fuego, mirando con aprobación cómo el sacerdote seguía adelante con los trámites necesarios.

A su alrededor, y también sentados, estaban los lores de los clanes vecinos. Todos habían acudido allí para presenciar la unión entre los Uchiha y los Uzumaki, una alianza que se sellaría con el matrimonio de Naruto con Sasuke, el hermano más joven y el último que quedaba soltero de los Uchiha.

Era importante señalar que Sasuke era el último candidato, porque si algo salía mal y también se estropeaba esa boda, ya no quedarían más Uchihas con los que poder casar a Naruto, y a esas alturas el orgullo del doncel ya no podía soportar otro rechazo.

Desvió la mirada del monarca al grupo de lores y después hacia su padre y su cara de pocos amigos.

El hasta entonces Lord de los Uzumaki estaba sentado unos metros separado del resto de los guerreros y en su rostro había una perenne mueca de amargura.

Por un instante, las miradas de padre e hijo se encontraron y el mayor le enseñó los dientes.

Naruto no lo había apoyado para que siguiera siendo Lord.

Nunca te enamores de un UchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora