Capítulo 12: Ojos azules

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Todos los capítulos que estoy subiendo, los iré corrigiendo poco a poco, así que esperen por mí.


Narra Hyun Joon.



Al verlo por primera vez, sentí como todo mi mundo dio vueltas, como mi corazón se aceleró y en mi estómago revoloteaban miles de mariposas.


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Sé que soy una persona muy, eso nadie me lo tiene que decir; yo sí secuestre a alguien, yo si encerré a alguien, prive a una persona de su libertad y me convertí en un delincuente. Pero al verlo por primera vez sentí algo extraño dentro de mí, nunca me había sentido de esa manera.

Soy hijo de una tercera generación de empresarios ricos y poderosos, solo tengo una hermana, que para no soportar las cargas familiares me tiró a la boca del lobo cuando yo era un simple niño y huyó a Italia, donde se casó con un italiano al poco tiempo.

Desde muy pequeño sabía que era diferente, me acuerdo que en ocasiones siempre miraba más a los niños que a las niñas y me preguntaba ¿el porque de eso? ¿Por qué me gustaba tanto ver a los niños? en ese entonces pensaba que era algo malo, que sería castigado, pero me valió 3 hectáreas de vergas e hice lo que quise.

Eso me recordo a cuando tenía alrededor 13 o 14 años, comencé a experimentar con algunos compañeros de escuela (sé que que tenía que esperar un poco más, pero en ese momento la curiosidad me ganó) en ese momento, juré, afirme, creí estar seguro de que solo era una etapa, me cuestionaba demasiado, no quería pensar en eso, incluso cuando besaba a otros chicos, lo veía como un simple juego y ya, que en algún momento se me pasaría.

Cuando cumplí dieciséis años, ya estaba claro en las cosas, a partir de ese momento me quite el vendaje que tenía puesto y en navidad, mis abuelos paternos y maternos, todos mis tíos y primos, incluso mi hermana con su esposo italiano y mis sobrinitos, tome la valentía (de no se donde quiero recargar) y grité en medio de la cena navideña:

"¡Me gustan los hombres! ¡Yo soy gay!"

A los dieciséis años hice muchas cosas impulsivas (tengo que admitirlo) y esa fue la más grande de todas. Me acuerdo de los rostros que pusieron mis familiares al escucharme decir eso, algunos fueron de asombro, otros de terror, sorpresa y hasta se quedaron en shock por la noticia. Pero al fin y al cabo no les importo, lo tomaron como una broma adolescente y no me dijeron nada; pero eso sí, la que nunca lo tomo como una "broma adolecente", fue una de mis primas que comenzó a regar el chisme rápidamente por todos lados y allí fue cuando verdaderamente la olla explotó.

Psicólogos, consejeros, ayuda médica, mis padres trataron de curar mi "Problema" ya que su hijo heredero no puede tener esas preferencias. Todavía recuerdo las palabras de mi adre: "¡Él heredero de nuestra compañía no puede ser un homosexual! ¿Cómo quedaría el nombre de nosotros? Estaríamos manchados de por vida ¡No lo acepto!" eso me dolió, pero a veces la vida te da lecciones y al mi papá caer enfermo él fue el que más me apoyó hasta que murió.

Mi madre al cumplir los 20 años y como vio que yo no iba a cambiar (tampoco tenía porque hacerlo) decidió enviarme a Boston, donde más que arreglar mi vida me hizo un gran favor. Conocí a mucha gente de la comunidad, gente bastante hermosa, que me apoyaron mucho el poco tiempo que estuve estudiando allí antes de irme a el estado de California, más precisamente a los Ángeles, donde vivir allí fue lo mejor que me pudo pasar en la vida, mire cosas increíbles, experimente diferentes tipos de sensaciones y allí fue donde lo vi primera vez.

Tal vez... No sea tan malo estar contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora