[AU] my angel ;; yoonseok & yoonmin

🌻[Capítulo 29]🌻

Parte narrada

Jimin se encontraba en su verdadero hogar, recuperándose de la noche tan agitada que había tenido la noche anterior. Mientras tanto revisaba cada lugar de la casa, ahora recordando perfectamente cada cosa que había ahí. Le pareció raro que los padres no tuvieran un tipo de santuario pequeño en la casa como para velarlo, también no haber visto ninguna notícia de su suicidio, tal vez luego de todo a nadie le importó su muerte o puede de que sus padres estuvieran tan afectados que prefirieron no poner nada.

Ahora que él lo pensaba ¿Cómo era posible que todavía no haya desaparecido al igual que Taehyung? El pelo de Jimin ya estaba bastante oscuro como para seguir oscureciendose, sus memorias habían sido recuperadas y la misión ya estaba completada ¿Que más faltaba?

El sonido de la puerta abriéndose hizo que Jimin saliera de sus pensamientos confusos. Al dirigirse hacía ahí encontró a su madre tratando de cargar lo máximo de bolsas de compras que le alcanzaban sus manos.

-Te ayudaría pero...-

-Si Jimin estuviera acá me ayudaría- Interrumpió la mujer al ángel mientras llevaba las bolsas hacía la mesa.

Termino dejando las bolsas sobre la mesa de la cocina sin cuidado alguno. Si, definitavemente esa seguía siendo la misma de siempre, pensaba Jimin al observar la actitud tan impaciente con la que siempre lidiaba su madre. Ella da un largo suspiro tratando de recuperar la energía perdida por haber cargado todas esas bolsas, para luego dejar reposar su cuerpo en el sofa de la sala de estar. Jimin va tras ella y logra ver que sus ojos estaban llenos de cansancio y tristeza.

-Soy una mala madre ¿No? -llegó a decir en un tono bajo

Jimin pudo notar que al borde de sus ojos poco a poco se estaban asomando sus lágrimas. El decidió apartar su vista y mirar la biblioteca de ella, esa biblioteca era completamente de ella y de nadie más, cuando el estaba con vida su madre siempre le prestaba algún que otro libro de ahí.

De un salto se levantó del sofá y con pasos rápidos se acercó a él para agarrar el libro favorito de ella. Entusiasmado volvió a su lado y dejó el libro en la mesa del frente.

-Te gustaba leerme ese libro aunque no entendiera -dijo Jimin con una sonrisa nostálgica.

-Me gustaba leerte ese libro aunque no entendieras -le dijo ella al Jimin de la foto que tenía entre las manos- Nunca pensé en vos... No merezco llamarme madre.

El ángel recae de nuevo al ver que ni el libro favorito pudo levantar su animo, y volvió a verla de nuevo en ese estado tan decaído, nada que ver cuando él estaba vivo, ella siempre con su postura recta y siempre siendo tan fría con todos, ahora su postura estaba erguida y estaba tan pero tan frágil que con sólo un pequeño toque se podía romper.

-Creo que los dos fuimos malos en nuestros deberes... Yo fui un mal hijo al no haberte dadp nunca darte una oportunidad para cambiar, siempre odiandote por todo y nunca hablarte de la manera de como me hacías sentir. Nunca te paré, aunque vos nunca tuviste la piedad de pararte
tampoco. Sabías que sufría, sabías toda esa mierda por la que pasaba y aún así... Realmente no te importo. No aprendiste a escucharme y a entenderme -Jimin dio un largo suspiro y se paro del sofá - Pero... es demasiado tarde para andarse lamentando de todo ahora, mamá. no es sano hacer eso, ya paso más de un año. -lentamente él se fue retirando de la sala.

Al llegar hasta la puerta, Jimin se queda por un momento pensando si irse de ahí o no. No sabía exactamente cuanto tiempo le quedaba para finalmente desaparecer. Quería por lo menos ir y ver a Jungkook por última vez. Y la verdad era que no quería quedarse con su madre y depremirse aún más. Jimin no lo dudo más, abrió la puerta y salió de ahí para dirigirse hacía el parque en donde el chico azabache siempre se encontraba leyendo libros o escuchando música.

Mientras iba caminando, Jimin recordó a Yoongi, comenzó a preguntarse como le habrá ido en su cita, aunque estaba segurísimo de que le había ido bien y las dos almas gemelas habían terminado siendo pareja. Le dio curiosidad fijarse en su celular pero por un lado no quería hacer debido al miedo de darse cuenta de que todos ya lo habían olvidado.

Sin que se diera cuenta él ya estaba en el parque. Empezó a fijarse por los alrededores del lugar tratando de encontrarlo, temía por la idea de no poder encontrarlo ahí, justo ese día. Pero ahí estaba él, leyendo un libro con sus auriculares bajo un árbol, Jimin totalmente emocionado se acerca hacia él.

-¡Jungkook!... Ah cierto - dijo de forma desaminada recordando que solo era un ángel no visible- Sé que no vas a poder escucharme, ni verme pero...-se acomoda para sentarse al lado del azabache quien seguía leyendo su libro.

Jimin acercó su mano hacía la de él, sintiendo su contacto frío. Por un minuto él pensó que el menor había reaccionado hacía esta acción, pero solo le había parecido.

-Me alegra verte, creciste tanto desde la última vez que te vi-dijo mientras sonreía -Gracias por haber sido el mejor amigo que tuve en mi vida. Nunca te mereci, fui una mierda de amigo ¿No?- las lagrimas del mayor estaban comenzando a aparecer en sus ojos y su voz comenzó a sonar entrecortada -Perdon por dejarte, perdón por haber roto nuestra promesa de separarnos - él dejo su cabeza apoyado en el hombre de Jungkook, el dolor inmenso que estaba sintiendo en ese momento por no poder estar juntó a él era insoportable.

Jimin se arrepentia cada segundo de nunca haberle dicho a él de como se sentía, aún si se sintiera una mierda diciendole todo y sentirse una carga. Seguro Jungkook le iba a repetir una y otra vez que no se sintiera de esa forma porque no lo era, si tan solo se hubiera abierto con él todo habría sido menos pesado y Jimin seguro habría logrado llevar mejor la situación. Pero la realidad es qué él  se había tragado todo ese dolor para si mismo, y al no aguantarlo termino borrandose de la vida de todos.

Ahí es cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo era lo mismo que hacía su madre, lamentarse por algo que paso hace más de un año. Jimin sintio que ya era tiempo de irse y como último adiós, le dio un pequeño beso en la cabeza al menor y poco a poco comenzo alejarse de su lado. Sintiendo como su corazón se estrujaba a cada paso que daba para alejarse de aquella persona que tanto adoraba.