•Capitulo 4•

990 110 18
                                    

Lalisa
Me alejo pero en un movimiento rápido, Taehyung me lanza a la cama.

-¿Quién crees que eres para golpearme? - pregunta colocando su mano en su mejilla.

-La misma pregunta te la hago a ti, no tienes ningún derecho sobre mi - agregué.

Ríe.

-¿Quién dice que no? Pagué por ti, estás en mi casa y ahora mismo puedo hacer contigo lo que yo quiera, me perteneces -

-No te pertenezco - dije con voz firme.

-¿Creés que no? -

Taehyung ríe y en un movimiento rápido sube a la cama y junta sus labios con los míos. Intento alejarlo pero su agarre era más fuerte por lo que decidí optar por girar mi cabeza haciendo que este dejara de besarme.

-No sigas por favor - dije con mi respiración un poco agitada.

-Esto es por lo de antes - dice separándose un poco - cada vez que vayas en contra de mi palabra iré en contra de la tuya -

Taehyung hace un movimiento para alejarse pero antes vuelvo a golpear su mejilla.

-Estas yendo en contra de mi palabra al no dejarme ir, idiota -

-Dos golpes en un día - niega - no debiste haberlo hecho -

Luego de sus palabras Taehyung vuelve a juntar sus labios con los mios, esta vez mordiendo mi labio inferior lo cual me hizo hacer gestos de dolor por lo fuerte que lo hacía. Después de unos segundos se separa colocándose de pie con su rostro completamente serio.

-No quiero volver a lastimarte, así que pon de tu parte - se dirige hacia la salida - será mejor que duermas para que me despiertes antes de que el sol salga, por cierto tus padres enviarán tu ropa - dice cerrando la puerta de la habitación.

Al sentarme en la cama comencé a sentir el ardor en mi labio inferior, me dirigí al espejo y al ver mi reflejo noté una gran hinchazon de color rojo en el labio.

-Maldito bastardo, te haré la vida imposible - susurré.

Las horas pasaban y no conseguía conciliar el sueño, el ardor en mi labio me despertaba de vez en cuando y el estar en un lugar con un hombre que no conocía me ponía nerviosa lo cual para mí fue difícil tratar de mantenerme dormida. El sol se estaba comenzando asomar por la ventana haciéndome saber que ya había amanecido.

Me levanto y salgo de la habitación; mi estomago me avisaba que necesitaba comida así que decidí dirigirme a la cocina. Esta era bastante amplia, el blanco y el dorado la hacían ver tan limpia que daban ganas de quedarse todo el día en ella.

Analicé las cosas que podía prepararme y me decidí por unas tostadas acompañadas por una crema. Al girarme me di cuenta que no estaba sola en la cocina, Kim Tae-Hyung estaba de pie observándome con una mirada totalmente seria.

-¿Por qué no me levantaste? - continúa - ¿por qué no limpias la casa? -

-Hay cosas más importantes, mi desayuno es uno de ellos - respondí tomando un jugo del refrigerador.

-Al parecer lo de anoche no te quedó claro -

-Hay muchas armas en esta cocina que no dudaría en usar - continúo - mi labio me duele demasiado, ayer me trataste como una cualquiera y aún así quieres que te trate cómo un rey - niego - te has equivocado conmigo - digo comiendo una tostada.

Taehyung me mira disgustado.

-Mis acciones son las consecuencias de tus acciones - continúa - no sé porqué te cuesta hacer lo que para cualquier persona es normal hacer, no te estoy pidiendo que vendas droga o que me complazcas sexualmente -

-Perdí el apetito, no puedo seguir desayunando cuando tengo algo asqueroso frente a mis ojos - digo saliendo de la cocina.

Taehyung me toma del brazo evitando que siguiera avanzando, intento golpear su mejilla pero logra ser rápido y evita que mi mano aterrizara en su mejilla.

-Ninguna mujer me ha golpeado, has sido la primera y créeme que me molesta - se queja - mi mejilla duele como no tienes idea, que sea la última vez que tus manos vuelvan a tocar mi rostro - dice empujándome.

El timbre sonó lo que indicó que alguien había llegado a visitarlo; intento adelantarme pero me detiene.

-Tus padres trajeron tu ropa temprano, no tienes nada que hacer cerca de la puerta -

Preferí no decirle más nada y dirigirme hacia las escaleras.

-¡BEBÉ! - grita una mujer.

Al girarme noté a Taehyung besandola y cargandola en sus brazos, como si fuera un hombre completamente diferente.

-¿Qué planeas hacer hoy cariño? - pregunta la mujer.

Taehyung levanta la mirada hacia mí y vuelve a fijarla en la chica.

-Rosé... princesa ¿Qué te parece si hacemos una fiesta aquí? - la besa - puedes traer a tus amiguitas -

Decidí simplemente ignorar su respuesta y dirigirme hacia la que sería mi habitación la cual tenía una maleta en la entrada, tal vez era la que habían enviado mis padres con mi ropa. Me dirigí al baño y arrojé la ropa por todos lados; deseaba mucho ducharme y olvidarme de todo, sentir el agua deslizarse por todo mi cuerpo era completamente relajante.

-Pronto seré feliz - susurré entre lágrimas.

Sentir la misma sensación que sentía cuando me duchaba en mi casa fue algo verdaderamente agradable, lo estaba necesitando ya que esta nueva vida me hacía sentir cada vez peor.

Luego de una larga ducha, me coloco una sudadera y recojo mi cabello en una coleta. Si Taehyung quería que limpiara su casa lo haría, tenía que hacerlo sentir el mismo dolor que yo sentía cuando estaba con él de alguna u otra forma tenía que hacerlo sentir cómodo conmigo para hacerlo sufrir.

Al salir de mi habitación me dirijo hacia la cocina limpiando cada rincón; el refrigerador, la mesa y muchas cosas más hasta haberlo dejado completamente limpio.

-¿Quién eres? -

Al darme vuelta noté a Taehyung con la chica, ambos me miraban de pies a cabeza.

-Soy Lalisa, la linda cenicienta que fue vendida a este hombre para que le hiciera las cosas que no es capaz de hacer - respondí con una risa fingida.

Mi plan era hacerlo sentir cómodo conmigo pero no soportaba tenerlo cerca sabiendo todas las cosas a las que se dedicaba.

-No le prestes atención cariño, es una chica que nunca ha recibido amor y quiere llamar la atención - dice Taehyung.

Me sacudo la sudadera y coloco mi frente en alto para enfrentarlos.

-¿Al menos conoces el significado de amar? - sonreí - tener sexo con mujeres no es amor, es un simple deseo que no has podido controlar y no necesito hacer nada para llamar la atención de las personas; sin decir nada he llamado tu atención y la de tu chica - continúe - ¿Por qué otro motivo me compraste? ofrecer todo el dinero por una persona no es muy común y tú, chica. Valorate un poco -

-¿Quién te crees que eres para hablarle así a mi bebé y a mí? - pregunta la chica acercándose a mí.

-¿Yo? - reí - no me creo nadie, yo soy Lalisa Manoban la única mujer por la que tú "bebé" ofreció demasiado dinero -

...
No te pierdas el próximo capitulo 😘

No te pierdas el próximo capitulo 😘

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Preciosa Insignificancia #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora