Le sue impronte nella neve...

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Si a Nakiri Erina le preguntarán si gusta leer mangas shojo ella mentiría, diría que no le gustan y qué eran una pérdida de tiempo, pese a leer las nuevas ediciones cada semana.

Definitivamente, si había algo que Erina amaba con su vida eran las irreales historias de amor de sus preciado libros.

Sin embargo hacia un par de meses había logrado apreciar con sus propios ojos lo que, según ella, era el hilo argumental de la historia de amor perfecta.

~💌~

Luego de pasar el segundo examen los rebeldes decidieron celebrarlo recorriendo Sapporo, se dividieron en pequeños grupos para poder ir a todos los lugares que llamaban la atención de cada uno. Pese a que Erina en un inicio no le llamaba la atención del todo tenia que admitir que se divertía bastante hablando con todos. Particularmente con Megumi, después de todo sabia que al inicio había sido muy dura con ella.

Inicialmente habían ido con Aldini Isami, Mito Ikumi y Tadokoro Megumi a ver los alumbrados, pero luego de un par de confusas declaraciones de parte de Ikumi quedo sola con la chica de las trenzas.

Entre más la miraba más estaba segura de que era el arquetipo perfecto para la protagonista de un Shojo. Una chica dulce, hábil y fuerte, que a diferencia de ella tenía un instinto que la impulsaba a ayudar a los demás de una forma más maternal.

- Gracias por el té de la otra noche, fue realmente agradable Tadokoro-san. También por prestarme tus mangas, no debí conservarlos por tanto tiempo...-

- No fue nada... ¿Sabes Nakiri-san? De alguna forma me alegra que tengamos gustos parecidos.- sonreía con sinceridad, ese era un rasgo que a ella le costaba realizar- después de todo eres realmente brillante e increíble... Aspiro llegar a ser como tú algún día.

Luego de eso empezó a tartamudear y a disculparse por ser tan "insolente" según ella al aspirar ser similar a ella. A Erina le quedaba claro que el único problema real de Megumi era la falta de confianza en sí misma.

Hablaron largo y tendido hasta que ciertos chicos, que en medio de sus competencias habían desaparecido, se acercaron a ellas y las sorprendieron invitándoles a comer en un buen restaurante que habían encontrado por el centro de Sapporo.

Erina realmente no entendía como era que esos dos no salían... Apenas entraron al restaurante Takumi movió la silla para que Megumi se sentará y luego la acomodo, con ella hizo exactamente lo mismo pero por mera cortesía.

Luego al momento de ordenar priorizó la orden de ambas chicas tratando de disimular un poco las ganas que tenía de darle gusto a su amiga de ojos dorados.

Un momento en particular generó un momento un tanto incomodo para ella, pues el italiano le ofreció una pieza de lo que estaba comiendo en su momento a la azabache ¡Con sus propios palillos! Prácticamente la había alimentado como en sus mangas.

Un beso indirecto, según ella.

Ya finalizando su cena en el momento de pagar la cuenta vio con una claridad abismal las ganas del rubio de hacerse cargo de los gastos de ambos, aunque al final Erina los hubiera invitado a todos como recompensa por pasar los exámenes.

Luego pasaron a un par de tiendas más solo a dar un vistazo, desde tiendas de ropa hasta tiendas de recuerdos. En una de tantas divisó al italiano mirando accesorios para dama cerca a la caja.

Él era el otro arquetipo ideal para la historia en su mente, un chico amable, atento, caballeroso y, algo que no podía negar, bastante guapo que solo tenía ojos para una chica.

Se acercó a él y lo encontró revisando los diversos collares que había, parecía indeciso entre un lindo collar plateado con una piedra rosa y un collar dorado con un pendiente azul cielo.

- Si quieres impresionarla deberías elegir uno que se parezca más a ella - dijo acercándose al rubio.

El italiano la miró de reojo con sorpresa pero solo atino a sonreír.

-¿Te parece? Yo creo que se vería hermosa con cualquiera... Aunque de todas formas será difícil que lo acepte.

- ¿Porque lo dices Aldini-kun?

- Porque aún no nota que me muero por ella - sonrió melancólico - y créeme cuando te digo que he hecho de todo para que lo noté.

- Te creo... Realmente siento que el único problema que tiene Tadokoro-chan en esta situación es que no cree que tú podrías gustar de ella

- Lo se, personalmente no entiendo cómo no nota lo maravillosa que es - dijo tomando un collar plateado con el pendiente de un girasol, lo miro satisfecho a la vez que tomaba unas ligas para el cabello azules con unas marcas bordadas en las mismas. - pero seré paciente, no me alejaré de ella hasta que se enamore de mi.

El chico se fue a pagar, Erina vio de lejos como pedía que envolvieran con cuidado los objetos que anteriormente había seleccionado.

Realmente quería ver de primera mano el desarrollo de esa historia.

Al salir en la nieve vio como el italiano entablaba plática con su eterna enamorada y divisó las huellas que dejaban en su andar a la vez que le entregaba una pequeña bolsa de papel, notando que solo le había dado las ligas para el cabello.

Suspiro frustrada.

Las huellas del chico siempre alcanzaban a las de la chica, se cruzaban, se enlazan o simplemente iban a la par. Le recordaba la historia de cierto hilo rojo...

Le gustaba apreciar sus huellas en la nieve.



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Me acabo de dar cuenta que erina funciona como un anagrama de reina.

Al tuo fianco.Where stories live. Discover now