Pick me || Larry

Baby, we could be enough. (Extra)

"Fíjese que cuando sonríe se le forman unas comillas en cada extremo de la boca.
Esa,
su boca,
es mi cita favorita."

Mario Benedetti.

Harry parpadea.

Louis está muy tenso como para removerse en la silla a ese punto.

Ellos siguen sentados, robando descaradamente la silla especial para los recién casados y Harry todavía es un peso suave y cálido en su regazo. Su respiración parece atascarse, pero, al contrario de una persona que está ahogándose o algo así, su piel de porcelana sigue increíblemente pálida a excepción de los rayos de luz dorada golpeando sus fracciones.

Harry vuelve a parpadear.

Aclarándose la garganta, Louis se lanza a un, — ¿Harry? —dubitativo.

Por el tono desesperado de su voz (o lo que sea) él parece despabilarse. El vaho que envolvía sus ojos parece despejarse como si lo hubiera soplado y su respiración fluye entrecortada desde su garganta.

Harry se remueve en la silla con un ondeo, pasando la lengua rosada por sus labios y Louis no puede dejar de pensar en lo hermoso que él es, con el anillo todavía (y ahora quemando, pesando y a punto de estallar) colgando de su mano y con un ahora posible rechazo de su parte, pero, qué va, él está un poco demasiado enamorado y no hay mucho que pueda hacer en contra de eso.

Cuando habla, la voz de Harry es aterciopelada y un poco aguada, como si estuviera intentando tomar todo de sí para no gritar o saltar lejos del toque de Louis, todavía incómodamente alrededor de su cintura.

— ¿Puedes pasarme el vaso de allí, por favor? —pregunta, tratando de sonar casual, aunque tiene su voz suena estrangulada.

Louis quiere volver a resguardar el anillo en su bolsillo y decir "¡Todo era una broma! Te he pillado" pero ellos solo saben que no es una broma, ellos solo saben que esto es verdad y ahora el anillo parece atrozmente erróneo en la posición en la que están.

Él no sabe muy bien qué hacer con el anillo entre sus cuerpos ahora que están como ¿evadiendo? Por lo que él solo deja caer el dorso de su mano sobre el regazo de Harry, el tono ya siendo un poco normal como para sobresaltarse o algo así, y gira sobre su cuerpo en busca de un vaso.

No da con el que le había apuntado por lo que toma el primero que encuentra medianamente repleto de alcohol y lo desliza a la mano de Harry con delicadeza que, sin esperar ni un segundo, se lo manda a los labios.

El líquido espumoso hace contraste con los labios rosados de Harry mientras se cierran alrededor de la brillante copa elegante, y su garganta trabaja fuerte y extensa mientras el alcohol corre dentro, la piel cálida invitándolo a zambullirse como una piscina. Louis está particularmente ido por una de vena que apenas sobresale contra la piel cuando él vuelve a dejar la copa sobre la mesa frente a ellos.

—Ehm.

— ¿Estás pr-proponiéndome matrimonio? —escupe Harry y él, de acuerdo, es enorme, pero él luce gigante en su regazo, mirándolo con los ojos más neutros que jamás Louis haya visto, demasiados fáciles para elegir cualquier camino que él decida tomar para leer su expresión. Esa noche Harry parece una luna enorme en el centro de la habitación, estirándose solo para apretar sus pulmones y todo él en la silla.

Louis tampoco lo ha escuchado hablar tan denso y rápido en su vida lo que es, ciertamente, algo, ya que lo conoce desde los dos años.

—Ehm. —se sostiene, su mano estirándose en su espalda baja, la camisa fina ahora quemando contra su palma. Él acaricia su pulgar con su columna, casi presionando sobre la tierna piel. — ¿Sí?