Capítulo 8.

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"Hmmmpf."  La cara de Harry golpea fuerte la almohada mientras se arrastra hacia la cabecera.

"¿Y a dónde crees que vas?" viene la voz tranquila y firme detrás de él.

Antes de que Harry pueda responder, siente que sus tobillos son agarrados firmemente, y de repente, está siendo arrastrado a lo largo de la cama. Otra vez.

 "Maldición, Louis," gime mientras siente la lengua de Louis abriéndose paso a su interior por lo que se siente como la quincuagésima vez en la última hora. Descansa su frente sudorosa en sus antebrazos y trata de respirar.

Aparentemente, Louis realmente está metido en el asunto del castigo del que se habían reído en San Luis. Únicamente, resulta que preferiría estar en el extremo de darlo.

Todo había comenzado más temprano en la noche cuando Louis estaba revisando el correo en su cocina mientras Harry se sentaba en el mostrador, cavando distraídamente en el frutero.

Acaban de regresar de una cita donde fueron sumamente fotografiados en Michael's, donde comieron sopa de guisantes de primavera y ensaladas wedge, y en MoMA, donde fingieron estar muy interesados en la exhibición de Degas, mientras que en realidad solo susurraban cosas sucias  en oído del otro.

"¿Qué mierda es esto? ¿Qué es Cielo?" Louis le preguntó a Harry mientras luchaba por abrir el sobre.

 "Yo que sé," Harry se encogió de hombros, pasando por alto una manzana para alcanzar un puñado de uvas.

 Los ojos de Louis escanearon el papel brevemente, confundido. Entonces, la comprensión apareció.

"¡¿Me estás jodiendo?! Harry, esta es una factura por $744.12 de ese club al que fuimos. Dice que por platos rotos. ¡¿Que demonios?! ¡No rompimos ningún plato!"

Harry se detuvo a medio masticar, con los ojos muy abiertos.

Louis tomó su teléfono y comenzó a marcar, con indignación hirviendo en su voz. "Haré que uno de los Sams lo arregle. ¿Puedes creer eso, Harry? ¿Están tratando de cobrarme $750 por platos rotos? "

Harry saltó del mostrador y besó a Louis, con fiereza y pasión, tomándolo por sorpresa y haciéndole dejar caer el teléfono.

Louis no protestó, hundiéndose en el beso y permitiendo que Harry lo voltee y lo levante en la isla. Mientras envolvía sus piernas alrededor de la cintura de Harry, la voz de Sam Clifton entró a través de la línea.

"¿Hola? ¿Hola? ¿Louis?"

"Mmmmm," gimió Harry ruidosamente en la boca de Louis, su mano ciegamente alcanzando el teléfono para alejarlo.

"¿Louis? ¿Eres tú?"

Louis intentó separarse del beso y recuperar su teléfono, pero Harry lo hizo retroceder, y fue incapaz de resistirse. Finalmente, Sam Clifton se dio por vencido y terminó la llamada.

"¿A que se debió todo eso?" Louis preguntó, sin aliento, cuando Harry finalmente lo dejó alejarse por un momento. Sus caras estaban tan juntas que sus narices casi se tocaban,  y Harry todavía podía sentir la punzada del beso en sus labios mientras miraba a los ojos azul cielo de Louis. Maldita sea, era tan difícil mentirle a esos ojos.

Harry se mordió el labio. "Podría haber roto algunos platos esa noche."

"¡¿Qué?! ¡¿Cuándo?!"

that sounds fake but okay Where stories live. Discover now