Infierno Interno

Lunes

Lunes, invierno, No_Michael, Resaca. #PorFinNoVirgen. Qué más puedo pedir. 

Podría estar devastada pero aquí estoy, tumbada en la cama contando las horas para que se acabe el día que apenas empieza. No está mal. 

Me levanto y caigo directamente dentro de mis vaqueros. No puedo, están vomitados y apestan. Falda. No, que es invierno. Vaqueros, tenis, blusa, sueter, abrigo, gorro, guantes. Agua en la boca, el bocata sobreviviente y afuera. Hace un frío que pela. Uno, dos, tres... la esquina, el perro, el coche, el agua, la mujer de rojo, el frío, la puerta manchada, la ventana rota... reparada ahora, el tranvía, la sombra de él, el frío, el frío, maldito frío. La esquina de nuevo, la puerta del cole, las escaleras, el despacho que evito, la loquera que lo sabe, la clase del loco... Estamos todos locos. Todos. 

La silla... 

La "vida" de nuevo...  allá vamos...

-No existe ninguna razón objetiva para ser feliz en este mundo. -Suelta el enano loco. Lo van a botar. Pienso. 

-¿Qué significa objetiva? -pregunta uno. 

-Significa que es común a todos nosotros. Que no depende de tu opinión o de tu interpretación, sino que es lo que es. Es lo que hay.

-Objetivamente hablando, usted está muy loco, profe. Todos ríen. Yo estoy de acuerdo. 

-Error. La locura, lo que se entiende por locura, es una construcción social, institucionalizada, si quieren, pero es una idea más o menos reciente.

-¿De qué va esta clase? -pregunta otro.

-De Psicología -responden desde otra esquina. 

-¡Pero si tocaba mates! -Replica.

-¡Cállate y déjalo hablar! -Anota el que lo ha llamado loco. -Me da igual si tocaba trigoparanoicometría. Que esto mnola más. Venga, va! 

Silencio incómodo. 

-Tocaba mates -dice el profesor-, pero no les estoy metiendo gato por liebre. La locura, les decía... tiene mucho que ver con números. 

-Por fin uno que dice algo sensato. Quédese, profe, quédese, por el amor de Dios! 

El enano busca cómo arreglarla. Está improvisando, lo sabe, los sabemos todos, pero existe un acuerdo tácito que dice que nadie quiere ver números. Nadie quiere los malditos números en esta clase pero si queremos seguir hablando sobre la locura en la hora de mates hay que invitarlos... e inventarlos. Pienso rápido. 

-He leído que existen operaciones matemáticas que nunca nadie ha resuelto, y que probablemente algunos científicos hayan muerto locos intentando resolverlas. ¿Es eso cierto?

Brillante. Estoy orgullosa de mí.

-Cierto. -me debes una, pienso-. Y eso nos lleva al punto de partida, de lo que hablábamos antes de que llegaras. 

-¿No le va a decir nada por llegar tarde? 

-Cállate, sapo.

-¿Por qué alguien querría arriesgar su salud mental y su cordura por resolver una ecuación matemática irresoluta hasta entonces?

-Porque está loco, es obvio.

-Porque no lo quieren en casa. 

Risas.

-La locura es relativa. Hemos dicho.

-¿Porque eso lo hace feliz? -pregunta una chica.

-¡Exacto! Y la felicidad, como la locura mal entendida y no diagnosticada, tiene cierto componente de relatividad.