En otras circunstancias su pensamiento racional sería dirigirse a un taxi, buscar un teléfono público y marcarle a su papá para que fuese a recogerlo, o mínimo tomar un autobús. Sin embargo, estaba demasiado sumergido en su platica interna que prefirió caminar.
Sin importar los posibles riesgos que implicaría el caminar en la oscuridad por las calles desoladas de Seúl. Sin importarle que a la mañana siguiente, bien podría despertar en el sótano de algún desconocido que abuse constantemente de él, despertar sin sus órganos u otros múltiples escenarios grotescos.
Su mente parecía hacer caso omiso a todas esas advertencias, concentrándose únicamente en cierto peliplata de sonrisa rectangular y ojos encantadores. Parecía absurdo que ha estás alturas piense en él, cuando está tan lejos de su alcance, pero no puede evitarlo.
¿Cómo habría resultado una relación con Taehyung?
Posiblemente todas las mañanas recibiría un mensaje de buenos días, lo acompañaría hasta su casa, congeniaría con sus padres, y pasarían románticas y amenas tardes juntos. Sin embargo, algo no terminaba de gustarle.
Que no era Jungkook la persona de esas escenas.
Y extrañamente, por mucho que sabía que le encantaba esa idea, sin importarle en lo más mínimo en donde se desarrollara, ya no estaba tan seguro si llevar a cabo una relación.
No por falta de amor, porque había sido capaz de dejar a un excelente partido como lo era Kim Taehyung, tampoco por falta de compromiso o responsabilidad. Era algo más...
Siguió caminando bajo el cielo estrellado, con la luna como su protectora, y de alguna manera inexplicable —tal vez suerte— se encontraba a escasas casas de la suya. Sí bien, la escuela no se ubicaba tan lejos de su colonia pero tampoco estaba relativamente cerca.
Llegó hasta su hogar, deteniéndose justo en medio de la calle, a estas horas de la noche era prácticamente imposible que algún vehículo transitara por una zona privada como lo era aquella. Apretó sus puños y por mucho que contuvo sus ganas de no voltear atrás terminó cediendo.
Miró con detenimiento la casa de Jeon Jungkook como sí hubiera sido la primera vez, incluso sus recuerdos se tomaron la molestia de recrear el momento preciso de cuando conoció a el castaño.
Sonrió dulcemente, recordando cómo a través del tiempo Jungkook había cambiado. Como había crecido. No obstante, había algo idéntico. Algo que estaba completamente seguro que jamás cambiaría. Su belleza. Dios, Seokjin lo supo desde el primer instante. Su belleza era tentadora, como el pecado disfrazado de manzana solo que en este caso yacía bajo el alías "Jeon Jungkook". Y no, no se refería a su atractivo externo.
Había algo en él, algo que podía ponerte a su total merced, bajo su dominio. Sin elecciones. Y por supuesto, Kim Seokjin no era la excepción. No era más fuerte al resto, y solo ahí, cuando abrió la puerta de su casa y se dejó caer lentamente por la pared, lo supo. Era más débil.
Por eso... no podía hacerlo.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Aunque no lo crean aquí nada es relleno, todo lo que escribo es necesario para que la historia se entienda bien, que no queda si una sola duda.
Por cierto, aquí (en el episodio) está el nombre del siguiente capítulo. 👀
Gracias por leer♥︎
Goldenshook
Pd. No sé sí es más complicado escribir un capítulo con muchos diálogos o sin ellos.
