Golpe

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Día 30: Golpe

A Robert le llegó de golpe el hecho de descubrir que su hija era toda una mujer.  Imaginénse como fue el golpe cuando, a un año de ser rescatada por el misterioso sujeto y de volver a casa, su niñ-ejem,pequeña mujercita le decía que encontró el amor en la persona más inesperada.

-Es el Rey de los Goblins, él me salvó-le dice-Sé que es costumbre que sea el hombre quién pida por la mano de la chica, pero yo...-

Miró a Irene, quién se encontraba igual de sorprendida. Pero en ella, había algo de empatía femenina. Ni siquiera podía tener eso con su magia dormida. Sin embargo, la mirada de su esposa, segundos después, le aclaró lo que debia hacer.

-Sarah, yo...-

Una ráfaga de viento entró por la puerta y ante él se materializo un hombre rubio, de ropa elegante oscura con un bastón en mano y sus ojos eran azul y dorado; era el hombre que salvó a Sarah.

-Señor, soy Jareth el Rey de los Goblins, y he venido aquí-se arrodilla-me arrodilló ante usted para pedirle la mano de su hija.

Sarah se vio sorprendida ante la repetina aparición del Hechicero, pero las palabras y acciones le conmovieron. No pensó que un Rey como Jareth sería capaz de ir a arrodillarse ante un brujo plebeyo como el padre de Sarah solo para pedie su mano. Pero ahí estaba, y tanto Robert como Irene pensaron lo mismo que la chica.

Robert sonrió a su hija y luego se dirigió al hechicero, que no se habia movido de su posición.

-Tienen mi bendición.

Con esas palabras, Robert ve como la mirada del hombre se ilumina, igual que la de su hija. Ella le da un abrazo y besa su mejilla con cariño, y hace lo mismo con Irene. Dice algo de decirle a Toby y quedan los tres solos.

-Es un honor-dice Jareth-No me creo merecedor de ella, pero haré todo en mi poder y mi corazón para hacerla feliz.

Muchos padres se conformarían al saber que sus hijas se casan con alguien más rico, pero ellos estaban satisfechos al saber que el hombre frente a ambos quería casarse con su hija porque la amaba demasiado. Sarah merecía ser feliz y él estaba dispuesto a darle esa felicidad.

Eso es suficiente.

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