Carta para mi Amada

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Para aquella dama:

Sabes, hace bastante que no te escribo una carta, pero tu mejor que nadie sabe que mi trabajo ademas de difícil acapara todo mi tiempo. Me prometí a mi misma jamás olvidar tu rostro ¿Pero cómo podría? a pesar de que nos conocimos por primera y ultima vez en aquella puesta de largo, si no mal recuerdo, ese baile lo organizaba tu familia... Una noble familia y yo una persona humilde que agradece que no supieran quien era; pero admito que no me gustó ser el centro de atención y que todas las miradas estuvieran fijas en mi, parecía que me fueran a devorar, me desconcentraban de mi único trabajo que me vi forzada a aplazar por el único deseo de bailar ese vals que empezaron a tocar contigo, tenia que hacerlo ya que esa era mi ultima noche ahí sin contar que para poder volver tendría que esperar el tiempo que no tengo y si todo salia bien no tendría la necesidad de regresar. Lo cual hasta entonces no me preocupaba.

Me hechizaste o leíste mis pensamientos, lo que hubieras hecho no importaba, te acercaste a mi como si fuera tu objetivo desde un principio, aparentabas ser alguien muy dulce que incluso  llegué a creer que fuiste engañada y te llevaron a la fuerza; pero bastaron ver tus ojos y darme cuenta de lo equivocada que estaba pero lo repito, no me interesaba ya que... No importa.

Pero no todo es felicidad, después comenzó aquel misterioso incendio y lamento mucho que todos los presentes y familiares tuyos fallecieran, pero tú sobreviviste. El fuego me obligó a huir del sitio y el enterarme que seguías viva revivió muchas emociones en mi interior, dos predominaban que juntas no llevan a nada bueno. Odio pensar el como pude enamorarme de ti, por tu dulce y discreta mirada fría. Ni recitando todos los rezos que aprendí de la Santa sede puedo sacarte mi cabeza ni mucho menos cambiar tu destino.

Pero no te preocupes, sé que tarde o temprano volveré a tú país, no me queda mucho para terminar esta misión, si algo estoy segura es que nos volveremos a ver y por fin terminaré lo que empecé.


Siempre tuya Applejack

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—Applejack, ¿Que rayos haces? —exclamaba molesta una chica de su misma edad con la diferencia de que su cabello era multicolor y hacia un esfuerzo para sujetar una cuerda completamente tensa— Deja de escribir y ayúdame con esto. —al momento la cuerda se rompe liberando a una gran bestia que sin perder tiempo se abalanza hacia Applejack con obvia intención de matarla.

—¡Cuidado! —Advirtió al ver a la bestia demasiado cerca de su compañera quien se encontraba de espaldas escribiendo su carta ignorando al animal que se acercaba.

Simplemente bastó un disparo para que la bestia cayera muerta al suelo y Applejack frente a este con un arma en la mano.

—Sabes Rainbow —habló Applejack guardando su arma y alejándose del cadáver del ser que yacía en el suelo, sin antes tomar la carta —extraño aquellos años donde el Vaticano nos daba misiones sobre exorcismos, cazar hombres lobos y Vampiros, pero ahora solamente nos dedicamos a deshacernos de demonios que toman apariencia animal. —dicho esto, la criatura se empezó a deshacer en una bruma oscura que una suave brisa se llevó.

—Si es sobre eso, ya te lo dije Applejack, después de fallar hace años en el exterminio de todos los vampiros de aquella fiesta en Transilvania decidieron por unanimidad relevarnos de ese puesto. —comentó Rainbow un tanto triste recordando esos momentos— pero podemos redimirnos —exclamó contenta al recordar algo y sacar un papel de su bolso de viaje que llevaba— Twilight me mandó una carta desde el Vaticano donde nos dan la misión de volver a Transilvania ya que últimamente todo se está descontrolando, así que iremos a imponer el orden y de paso vamos a los restos del castillo y nos encargamos del sobrante. Lastima que no nos recibirán con una fiesta esta vez.

—Si Pinkie Pie te oyera... —sonrió Applejack al recordar a su alegre amiga— pero al menos no seremos la cena Rainbow.

—Eso debería decirlo yo, que fui perseguida por los vampiros, no tu que te divertiste en el baile con esa vampiro.—La señaló acusatoriamente pero cambiando su semblante por recordar algo— Admito que la bomba de luz que nos dio la cerebrito funcionó y fue la razón que saliéramos con vida, no le digas que dije esto, pero eso fue lo que realmente exterminó a los vampiros —rogó Rainbow juntando ambas manos con una mirada suplicante.

—Tranquila, no diré nada. Pero nosotras tuvimos trabajo aún asi, unos pocos se salvaron.

—Aunque no esperaba que la luz provocara un incendio. Si no nos mataban los vampiros nos mataba el fuego.

—Ya lo creo, hora de empacar Rainbow; nos vamos a Rumania. Tengo que remendar mi error —susurró esto ultimo dando la vuelta provocando que la larga y oscura capa que llevaba ondeara, mientras se acercaba a una de las cabañas del pueblo donde se hospedaban caminado con la mirada fija en el suelo y con un pensamiento que no la dejaba tranquila.

Por mi culpa... Ella sobrevivió

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Risas para nada discretas se oían por los pasillos de aquel magnifico palacio, dos jóvenes vestidas elegantemente tomadas de las manos corrían por el segundo piso sin rumbo fijo, una con un plan trazado perfectamente en su mente y la otra leyendo sus pensamientos. Ambas sabían sus verdaderas intenciones... Una cazadora de seres oscuros enviada por el vaticano y una vampiro. Una peligrosa combinación y aún conociendo esto seguían corriendo entre risas decididas a tentar al destino e ir mas lejos. Entrando a una de las tantas habitaciones y cerrando la puerta dejando el cuarto a oscuras, todo se resumía a un simple movimiento que la rubia fue la primera en hacer.

Acercándose lentamente pero con pasos firmes, acortó la distancia entre ellas juntando sus labios en un dulce beso que fue intensificándose a tal punto de sentir un ligero sabor metálico en su paladar producto de una mordida hecha a su labio inferior, aquel momento grabado a fuego en la mente de ambas fue interrumpido por una explosión en la planta baja provocando que ambas se separaran, pero una con el corazón latiendo a mil. Rápidamente la rubia abandona la habitación sin explicación alguna; sin percatarse que era seguida. Sin darle tiempo a su perseguidora de hacer algo, se adentra en las llamas del primer piso y perdiéndose entre las flamas naranjas que cubrían el sitio y empezaban a escalar a los pisos superiores.

En ese momento, solo había espacio para una pregunta en la mente de ambas:

—¿Cual es tu nombre?



N-e-i1Chan

One-Shots | MLP: FiM #Wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora