Capítulo 16 (parte 3)

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Abro los ojos de golpe respirando agitadamente. Una fina capa de sudor recubre mi frente. Trato de calmarme. Sólo ha sido un sueño. Una horrible pesadilla donde en el bosque alguien me mataba. No logro distinguir el rostro de la persona, siento que conozco a esa persona.

Respiro tranquilamente, en esta cama estoy a salvo. No estoy perdida en ningún bosque.

La luz de la luna ilumina la extraña habitación. ¿Cómo he llegado hasta aquí? Recuerdo ir en el coche llorando y... Los recuerdos se desvanecen, pero las lágrimas vuelven de pronto volviendo a ser consciente de lo que ha ocurrido.

Me levanto de la cama y recojo la toalla sobre la que estaba tumbada. Camino hacia una puerta y doy gracias al señor de que sea el cuarto de baño.

Me desnudo y veo mi rostro pálido en el espejo. Mis ojos están rojos de llorar y mis mejillas sonrosadas. Irónicamente así es como era antes de conocerles, pero ahora lloraba porque ya los había perdido.

Me meto en la ducha y dejo que el agua borre el rastro de barro de mi cuerpo. Dejo mi mente en blanco, y por una vez me olvido de todo. Sólo quiero ser feliz.

Cuando salgo de la ducha encuentro ropa limpia sobre una cómoda y me seco rápidamente necesitando sentir el suave tacto de las prendas cubrir mi cuerpo. Cierro los ojos sabiendo que tendré que hablar con ellos pero no sé si estoy lista para hacerlo.

James se encuentra sentado en la cama, con la mirada gacha en el suelo. Cierro la puerta del baño tras de mí y él alza la mirada. Su rostro está triste, como si lo del bosque nunca hubiera ocurrido. Como sino hubiera visto un lado de él completamente enfermizo.

—Quiero irme.— digo cruzándome de brazos.

Él no se muestra sorprendido, todo lo contrario. Asiente con la cabeza estando de acuerdo con mi decisión.

—Cielo...—me mira dubitativo y pronuncia un lo siento en bajo. Ya no tiene derecho de llamarme de esa manera nunca más. — No podemos dejarte ir, no de momento. En cuanto acabe todo esto serás libre de irte a casa. No queremos que nada malo te ocurra.

Le miro desafiante, no creyéndome nada de lo que me está diciendo, y el sonido de mi móvil me distrae momentáneamente.

Me dirijo hacia este y en cuanto veo el nombre de mi madre en la pantalla las lágrimas vuelven a mis ojos. Ella sólo quería que ellos me hicieran feliz, que yo fuera feliz. Nunca la había visto tan contenta en mi vida, no puedo hacerle esto a ella.

Toca mi mejilla con suavidad y yo me muerdo los labios sintiendo como los ojos también se me empañan a mi.

—James, no puedo más.— exclamo enfrentándome a sus ojos azules grisáceos. Noto como su mano tiembla en mi mejilla y me mira dubitativamente. Dejo de sentir el tacto de su mano en mi mejilla y trastabilla unos pasos hacia atrás.— Se acabó. — sentencio finalmente.

James se sienta de nuevo en la cama y se agarra la cabeza cabizbajo. Me quedo quieta sin saber que hacer, que decir.

—Alba, s...— se le quiebra la voz y me siento horrible cuando me enfrenta con su mirada. Parece tan vulnerable, indefenso. — Nunca... nunca antes me había abierto a nadie. Siempre me ha asustado que algún día pudiera sentir algo por alguien. Y ahora que sé lo que siento por ti, no puedes dejarme. No quiero estar solo sin ti. No quiero que me vuelva a llevar la oscuridad. Eres la luz de mi vida. — exclama atravesándome con su mirada.

Me muerdo los labios dubitativa y me acerco despacio hasta él. Me mira con los ojos empañados y varias lágrimas recorren su mejilla. Sin poder evitarlo alzo mi mano a su mejilla y limpio las lágrimas delicadamente.

James me agarra y me coloca sobre su regazo. Posa sus manos en mis caderas y una triste sonrisa se dibuja en mi rostro. Apoyo mi frente contra la suya. No puedo seguir haciéndome esto a mí misma.

—¿Siempre te las ingenias para que termine cerca tuya eh?— dijo tristemente acariciando su mejilla.— No puedes enamorarme más con tus palabras. Ya no tienes derecho, James.—exclamo mirándole a los ojos.

James me mira confuso y veo como por un instante se debate internamente con él. Cierra los ojos y en el momento que los abre veo determinación en su mirada.

—Déjame decirlo en voz alta.— Le miro con el entrecejo arrugado, y en el momento que sus palabras surten efecto en mi cabeza niego rápidamente con la cabeza.

—No lo hagas, James. Tuviste la oportunidad de tenerme, pero la dejaste escapar. Crees que me quieres, pero más adelante te darás cuenta que yo no era la adecuada. Lo nuestro solo será un bonito recuerdo que jamas olvidaré.—exclamo dejando que una lágrima resbale por mi mejilla.— Ambos sabíamos que esto tenía el tiempo contado,es imposible que durara. Tú y...— la voz se me quiebra y tengo que respirar tranquilamente para poder continuar.—... Christian sois realmente complicados. Los dos tenéis problemas que yo no soy capaz de solucionar.

Nos quedamos en silencio sintiendo nuestras respiraciones aceleradas. Bajo mis manos hacia su cuello y cierro los ojos con fuerza.

—Tú eres nuestro problema.— pronuncia James a escasos centímetros de mis labios. Abro los ojos y le miro sorprendida por su respuesta.— Tienes algo que nos hace sentir cosas que nunca nos imaginamos que alguien como nosotros podríamos sentir. — exclama posando una mano en mi mejilla.

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