Adolescentes... con mala suerte.

Típico en la escuela

Adrien llegó al salón de clases con su estómago molestandole, miró a los lados y no había nadie.

-¡Bien! Aún no llega nadie así que si puedo.

Se largo un pedito y suspiro aliviado.

-Sé libre pedito, y enorgulleceme.

Al fin se sentía mucho mejor.

-Hola Ad...

Adrien palidecio y Marinette que llegó por primera vez en su vida temprano, fruncio el ceño, se tapó la nariz y miró a Adrien con enojó.

-Puerco.

Y se fue mientras el rubio sentía ganas de llorar.

Que la persona que te gusta sea la primera en oler lo que se te sale, era lo peor que podía pasar.
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La maestra estaba por dar las clases por concluidas y Adrien levantó la mano para hablar.

-¡Profe, se olvidó de pedir la tarea que nos dejó ayer!

Todas las miradas se dirigieron al sonriente rubio.

-Gracias Adrien. Alumnos, traigan sus tareas.

Pidió la maestra siendo Adrien el primero en dársela mientras todos lo miraban con odio.

"No inventes Agreste, eres un desgraciado."

Pensamiento de un molestó Iván.

"Te pasaste hermano."

Pensamiento de Nino.

"Te voy a denunciar con la policía de la amistad."

Pensamiento de Kim.

"Esto no es amistad gente bonita, esto es traición."

Pensamiento de Mylene.

"Tonto Adrien, yo estaba por decir éso para que la maestra me felicite."

Pensamiento de un celoso Max.

"Aquí muere el amor y el respeto."

Pensamiento de una decepcionada Marinette.

"Voy a poner una culebra en tu casillero."

Pensamiento de Alix.

"Finge que buscas tu tarea y luego dices que se te olvidó en la mesita de luz."

Pensamiento de Nathaniel que revisaba su mochila.

"Vas a ver Adrien, te voy a acusar con tu papá."

Pensó Rose mientras Adrien sonreía sin saber que al terminar las clases sus compañeros le borrarian ésa sonrisa de por vida por ser un traidor.
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Nino estaba comiendo papas fritas hasta que no muy lejos vio a Adrien hablando con Marinette.

"¡Rayos! Mejor me como esto rápido antes que llegue el taragon!"

La mirada del rubio se dirigió hacía su amigo y fruncio el ceño antes de acercarse corriendo.

-¡Nino, sé lo que piensas así que deja de comer éso y déja un poco para mí!

El moreno se puso a correr.

-¡Cómprate las tuyas hermano! ¡Eres millonario!

-¡No! ¡Yo quiero las tuyas!

Al final Nino fue atrapado y tuvo que compartir sus papitas.
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Las clases transcurrían con normalidad y a Alix le saltaba los nervios por haberse sentado atrás de Chloe.