9- Preparativos

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Nos han hecho bajar a todos del autobús, porque "casualmente" habían dos autobuses pinchados. Total, que nos han juntado a todo en el parking del instituto. Los alumnos se han agrupado en pequeños grupos por las diversas zonas. Identifiqué a Matteo entre la multitud, estaba riéndose con su grupo de amigos. Él era el típico rubio de ojos azules, musculoso y con una risa ladina siempre. Vamos, el típico guaperas. Hoy iba en camiseta de tirantes deportiva y unos pantalones cortos idénticos a esta.

>Muy mal Lina, está mal mirarle el culo a la gente.

Aparté mi vista para observar a Trini, esta estaba observando con atención el grupo de Matt. Entreabrí mis labios para soltarle cualquier frase de ligoteo pero me interrumpió antes.

-Calladita estás más guapa- me sonrió con la mirada aún perdida. Ni que tuviera ojos en la nuca la tía.

Caminé unos pasos en dirección al grupo de Matt, pero no podía avanzar más. El tiene un aire un tanto intimidante y me estoy planteando si de verdad vale la pena esto. Soy consciente de que me voy a humillar acoplándome como si nada para ir a una fiesta. El plan era que al subir cerca de él en el autobús, pudiera soltarle alguna frase a lo aesthetic cuando nombren la fiesta y así poder ir y además quedar como una diva. El problema es que los profesores han decidido que o se van todo o no se va nadie, por lo tanto la mayoría de alumnos han llamado a sus padres para recogerlos, digo la mayoría porque no es mi caso. Trini llamó a su hermana mayor y esta nos recogerá a las dos en su coche.

Respiré profundamente, ¿por qué será que nada me sale como lo planeo? No sé como voy ha hacer para acercarme a él, solo necesito que me hable y el resto surgirá por si solo. Observé a Matt detenidamente desde mi sitio, está tan metido en su conversación que no nota nada a su alrededor. Simplemente mueve sus manos animado y contando algo que parece entusiasmarle mucho. Sonreí inconscientemente. Enseguida algo se me cruzó por la cabeza, o más bien alguien. Él es frío, y más está lleno de vida. Son como los polos opuestos. Me acerqué a un coche aparcado que tenía muy cerca y dejé caer el peso de mi cuerpo sobre él. No había nadie y yo solo quería apartarme del centro para al menos observar desde aquí. Sequé mis manos del sudor en la falda, estaba demasiado nerviosa con toda la situación. Quería hablarle a Matt pero a la vez no quería ir. Pero tengo que ir por Trini, ella es mi única amiga aquí. Pero es que me siento patética ahora, no puedo hacer nada. No quiero humillarme delante de todos los alumnos que aún estaban en el parking. Mientras mantenía a mi mente en un debate constante Trini apoyo su mano en mi hombro.

-Lo siento mucho tía, no podremos ir. Hemos pinchado las ruedas para nada- solté quitándome el peso de encima. No podía mirarle a la cara, seguro que está muy decepcionada. Pero ella intensificó su agarre en mi hombro. Yo cerré los ojos fuertemente.

-De verdad que lo siento, es que Matt es demasiado intimidante. No puedo, no puedo ir y decirle que quiero ir a su fiesta. Pensará que soy una arrastrada, entiéndelo por favor- solté todo lo que contenía.

-Avenida Mari Cruz, número 15- mis ojos se iban a salir de sus órbitas.

¡Esa voz no era de Trini! ¡La mano en mi hombro no era de Trini! Enseguida me tapé la boca con las manos, estaba completamente atónita.

-Eres un chica unicornio demasiado mala- retrocedí apartándome de él y del coche. Estaba muerta de vergüenza y él no hacía más que burlarse de mí. Lo sabe, sabe que he sido yo y podría perfectamente decirlo. Este es mi final, nunca más haré caso a las ideas de Lina. ¡Son pésimas! Pero por favor santa virgen de los unicornios, sálvame de esta.

-Ojo por ojo, diente por diente. ¿Debería actuar?- dijo Santiago. Esa maldita sonrisa de dios todo poderoso volvió a adornar su rostro de porcelana. Nuestras miradas mantenían una guerra entre sí, la mía altiva por el orgullo y cegada por el miedo, la suya juguetona y en busca de venganza. Sé que busca joderme y sé que lo hará en cuanto se le presente la oportunidad. Es verdad que lo podría haber hecho mucho antes, pero es lo suficientemente inteligente que busca salir con las manos limpias. Sonreí porque sé que no hará nada ahora, es pacífico y frío, como un iceberg. Y al contrario a mí, sé que el lo planeará detenidamente sin apresurar nada, es como si en su mundo no existiera un reloj, siempre se toma su tiempo. Yo en cambio soy toda impulsos y por eso siempre ando hasta el cuello de problemas.

ℕ𝕆 ℚ𝕌𝕀𝔼ℝ𝕆 𝕍𝕀𝔸𝕁𝔸ℝDonde viven las historias. Descúbrelo ahora