Capitulo 25: Relaciones.

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–Resplandeciente Nina, como debería ser siempre. Ahora sí voy a irme a trabajar, necesito hacer rendir el tiempo el doble desde que se ha multiplicado todo lo que tengo que hacer. Brad –pasó al lado del joven y le dio una palmada en la espalda–, recuerda lo que hablamos.

Después de haber esperado a estar solos en el salón, Brad se volvió hacia ella apuntándola con un dedo.

–Tú, suéltalo todo. Sé lo que andas haciendo. ¿Quién es ese misterioso nuevo amigo que ha hecho rabiar a Robert?

–Yo no diría rabiar, Brad –comentó sentándose en el sofá–. Pero creo que lo ha molestado un poco. ¿Te ha dicho algo?

–Ayer a la hora del almuerzo estaba muy alterado. Y a eso tenemos que sumarle la acalorada y reveladora conversación que tuvo con Dina.

–¿Reveladora?

–Ah, sí. Muy reveladora. Pero estás tan hermosa y feliz Nina que no vamos a hablar de eso ahora. Y yo no quiero sonar como Rob o tu hermano, pero ¿Quién es ese chico? ¿Estás segura de que no es ningún aprovechador, o algo peor?

Nina soltó un suspiro, pero no dejó de sonreír.

–Bueno, a diferencia de la innombrable, fui yo quien se sentó junto a él. Estaba intentando evitar a Rob. Y bueno, no lo sé, Walden es increíble, es divertido, muy guapo y si pongo un poco de mi parte, logra que olvide a Robert por un rato.

El rubio hizo una mueca y pasó un brazo alrededor de sus hombros después de sentarse junto a ella. –O estás peor de lo que creía, o él no es tan bueno como dices –comentó–. Pero en fin, fue un buen paso el tuyo. Conocer a alguien más. Alguien fuera de nuestro círculo. Por lo menos te mantiene entretenida, lo necesitas.

–Sí, supongo que sí –murmuró desganada–. Anoche me llevó a cenar.

Bradley alzó las cejas y soltó un silbido. –Eso fue rápido. ¿Cuándo pensabas contármelo? ¿Y qué tal te fue? –La miró con una sonrisa que ella había muchas veces en su cara cuando se pavoneaba de sus conquistas y supo cual sería la siguiente pregunta–. ¿Qué tan...?

No lo dejó acabar.

Le dio un golpe en el pecho y se puso de pie.

–¡Bradley Thomas Roberts! –exclamó para diversión de él–. Ni siquiera lo pienses.

–Oh, vamos. Suéltalo. Yo no juzgo a nadie, ¿Acaso no me conoces?

–Es porque te conozco demasiado que no voy a hablar contigo sobre eso.

–Te has sonrojado –le apuntó y ella no pudo negarlo.

El timbre la salvó de tener que responder o decir algo más sobre el tema.

–Debe ser Robert –murmuró dirigiéndose a la puerta para abrir.

Brad lo confirmó enseguida al oír la voz de su primo. ¿Qué rayos? ¿Qué hacía él ahí? ¿Y por qué parecía que Nina lo estaba esperando? ¿No se suponía que iba a mantenerse lejos? Ella tenía que aprender a ser un poco más fuerte.

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora