Capítulo 12: Lugares secretos y oscuros.

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Cuando Ema frenó frente a la entrada el palacio, Robert ya estaba de pie aguardando su llegada, y un hombre vestido con un traje negro tradicional, se ofreció para guardar su auto en un lugar apropiado.

Ema le dio un vistazo a Rob, su naturaleza desconfiada le decía que no debería entregarle la llave al desconocido, pero la tranquilidad en el príncipe, le indicó que debía de ser lo correcto, quizá el mismo lo había enviado.

Así que asintió, se bajó y dejó que él hombre se encargara de aquello.

-¿Has estado esperando por mucho tiempo?- Preguntó terminando de subir las escaleras que la conducían a las antas puertas delanteras. El lugar era impactante. Ella había pasado horas y horas escondida observando todo, pero nunca había estado tan cerca.

-No, todo está bien. – Sonrió él con lo que ella creía que era una sonrisa encantadora. Aunque no había mucho de Robert que no le resultara atractivo. – ¿Has encontrado fácil guiarte hasta aquí? –

-Sí, claro. No es difícil, es el palacio real, después de todo. –

Él se inclinó para besar su mejilla, haciendo que sintiese una sacudida. Ese enamoramiento por Robert no iba a ayudarle mucho. Tenía que buscar una forma de hacer que él se sintiese de ese modo, no ella.

-Entremos, nunca sabes cuándo pueden estar filmando o sacando fotografías. –

Diablos, ella sí que lo sabía. Había pasado demasiado tiempo en eso, y no exactamente en el mismo lado que él.

Ema estudió todo a su alrededor con el mayor disimulo posible. En especial, cuando entraron a la parte en la que Rob dijo que vivía la familia. La seguridad  reforzada era tangible, y supo que a pesar de los rostros impasibles de los guardias, estaba siendo estudiada desde todos los ángulos posibles. En esos días, una cara nueva no era bienvenida.

Estaban a punto de subir las escaleras que conducían al segundo piso, cuando una voz proveniente de estas mismas llamó su atención.

-Oh, espero que seas valiente.- Susurró el príncipe.

-¿Qué?- Por poco jadeó.

-Estás a punto de conocer a mi hermana menor. –

Oh.

Bien.

No sabía que era peor, si eso, o conocer a la misma reina. O incluso, ver a Arlet en persona. Todavía no estaba segura de ser capaz de controlarse si se la cruzaba. Era algo que sus instructores y cómplices le habían advertido.

Ella se había dedicado a estudiar a toda la familia en detalle. Y sabía quizá, muchas cosas que no debería. Era por eso, que tenía que medir cada una de sus palabras y expresiones para no delatarse. Se suponía que no los conocía, o no recordaba a algunos.

Incluso a la joven a la que le había disparado. Por equivocación, pero de igual manera… Charlotte era odiosa,  grosera, altanera y muchas cosas más, ninguna de las cuales podía ser clasificada como algo bonito.

Excepto claro, que sí era bonita. No tenía la belleza de su madre ni de su hermana mayor, pero era bella sin dudas.

-Ella no puede ser tan mala…- Susurró Ema. Se habían detenido en las escaleras, al parecer él estaba contento de poder presentarla, y no creía conveniente hacerlo en el medio de las escaleras.

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora