Capitulo 8: En marcha.

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 Frankie se había quedado de piedra. Él aún no había sido notificado de la noticia, pero estaba bastante seguro de que su hermano tenía cosas más importantes que hacer –Cómo follarse a la hija del rey- antes que contarle a él las buenas nuevas.

¡Maldito fuera!

¿Cómo alguien de su edad y con sus estudios podría ser tan idiota? ¿Es que no había tenido en cuanta el daño que podría causarse a sí mismo y a su esposa? ¡Incluso a toda la familia! Los Ballas habían sido amigos de los Van Helmont por muchos años, eran como parte de la familia. ¡Su madre era la madrina de Nolan!

Caminaron decididos a salir del palacio para buscar a Brooke. Lili se sentía muy mal por tener que hacerlo, pero creía que lo adecuado era que ella lo supiese primero antes de tener que contárselo al rey. Era su amiga, Lili se lo debía.

-¿Tienes que avisarle a alguien que te vas?- Preguntó la rubia.

-No, no van a extrañarme por un rato. ¿Qué hay de ti?-

Probablemente debería. Pero si le contaba a su padre lo que iban a hacer, corría el riesgo de que detuviesen.

Así que sacudió la cabeza a ambos lados y sonrió.

-Saben que estoy contigo… -

Frankie se permitió sonreír y olvidar el malestar que le estaba causando aquello.

-Entonces saben que estás segura. No hay nadie que te proteja mejor. Ni por todo el oro del mundo.- Tomó la mano de la chica dentro de la suya, observando cómo encajaban perfectamente.

Ella se sonrojó y también bajó la vista al punto en el que se entrelazaban.

-Oh, pero miren ¿Qué tenemos aquí?- La inconfundible voz de Charlotte los sobresaltó a los dos por igual. Ella podía armar una oración con la dosis justa de desdén o reproche. Esta vez había sido lo primero.

Se voltearon hacia ella, quien lucía bastante molesta. Y mucho más protegida. Frankie quería reír. Alioth era exagerado a veces. Esos eran demasiados guardaespaldas para una sola persona.

-Charlie, ¿Cómo estás, pequeña?- Saludó él, recalcando la última palabra. Conocía bien el carácter de la muchacha, pero dado que la conocía desde que era un bebé, la adoraba, y casi la entendía.  Crecer en un mundo como el suyo no era fácil, Frankie creía que su mal carácter era una forma de protegerse a sí misma.

-No tan bien como ustedes, veo. ¿Te quedarás aquí, Lili?- Miró a su prima que parecía estar más concentrada en el hombre que tenía al lado que en todos los demás. Char odiaba que no le prestasen atención. –He oído que papá quiere que tus hermanos se queden aquí. Según él estamos más seguros todos juntos. ¡Ni siquiera quería dejarme ir a la escuela! ¿Puedes creerlo?-

-Te han disparado, Char. No es algo para tomarse a la ligera. ¿Sabes el susto que me llevé al ver eso por televisión?- La regañó.

La mirada de la castaña se suavizó.

-Lo sé, lo sé… Pero…-

Lili había dejado de escucharla. De nuevo.

-¡Eres tú!- Exclamó sonriente. -Eres el héroe, ¿Verdad?-

Estaba mirando a Max quien se encontraba un paso detrás de la princesa.

-Sí, lo es. ¿No lo conocías?- Preguntó Frankie. –Era el guardaespaldas de Arlet, Alioth lo recompensó poniéndolo a cargo de nuestra querida Char.-

Bésame o Dispara. #Descontrol en la Realeza 3Where stories live. Discover now