desesperación 1

27 0 0
                                    

Hace unos meses que ya no duerme,no porque no quiera, es que no puede. Hace unos meses que ya noes la misma, que su espíritu alegre y positivo la abandonó. Ya nadie la visita, y se siente sola, que le falta algo. Cuando se mira al espejo solo puede ver a un muñeco hecho polvo, con un gran agujero en su interior. Un agujero negro, de esos que lo absorven todo y no sabes nunca hasta donde llegan las cosas. Se mira la cabeza y ve una niebla espesa, que no le deja ver ni sus pensamientos , ya no le molesta, se ha acostumbrado a vagar por aquel bosque interminable. Lo único que le hace seguir con vida es su perr, que como si fuera una aparición angelical, la consuela durmiendo por las noches a su lado. Gracias a eso no tiene miedo, la oscuridad ya no la aterra como antes. A ella de pequeña no le gustaba su casa, decía que era muy grande, demasiado, y le recordaba a la mansión abandonada de la colina de su pueblo, en la que todo el mundo se colaba. Hasta que pasó eso. Pasó algo que a muchos impactó, pero no tanto como a ella. En esa tetrica casa siempre reinaba la oscuridad, nunca nadie iba de noche porque decían, que era tal la oscuridad que podía engullirte. Ella no quería creer en fantasmas, pero claro, fue a mirar en la casa de sus peores pesadillsa para no pensar más en eso. Y como si un farolillo alumbrara su camino, fue, veloz,con el miedo a flor de piel. Fué ahí cuando justo antes de llegar a la casa, tuvo un accidente, con un caballo negro. Ella lo vio en medio de la calle y freno la bicicleta tan de golpe que se cayó y justo en ese momento paso una furgoneta, de cristales tintados y la atropelló. Al despertar, estaba mareada, mucho, y logró ubicarse en un hospital. Cuando ya estaba más tranquila escuchó que venía del pasillo el sonido de una pelota de basquet, botando lentamente, ahí se dio cuenta de uqe no había nadie, pues, era de noche, estaba todo apagado y no habían ruidos, sólo aquel golpe y los pitidos de las máquinas, eso la ponía más nerviosa aún. Se intentó leventar de la cama, pero no pudo. No podía moverse y notaba como si alguien estuviera encima suyo. De repente, aquel peso desapareció y el ruido de la pelota fue aminorando, como si la hubieran soltado. Ahí fue cuando se despertó, sobresaltada, llena de sudor frío, con su perro ladrándole.

Por fin había conseguido dormír, pero, el hecho de haberlo hecho la puso más intranquila. Ahora se sentía vigilada, observada día y noche, por algo inexistente. Se sentía atrapada, en sí misma, dentro de un cuerpo inerte, que no puede hacer nada más que mantenerse en pie. Por primera vez la niebla de su cabeza desapareció, y el único sentimiento que llenaba su ser era la desesperación.

(era un trabajo de clase en el que teníamos que meter una serie de palabras, asique si veis que da giros muy randoms, es por eso)

night thoughtsDär berättelser lever. Upptäck nu