El principio del Armagedón

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—Repliéguense —ordeno Batman observando con horror como los animales a pesar de ser en extremo enormes tenían una velocidad inverosímil.

Oliver no espero a escuchar mayores indicaciones, corrió como alma que lleva Pifas esquivando los árboles que se le atravesaban al paso. En otra circunstancia los portentosos sotos hubieran resultado ser su salvación, pero después de ver como trepaban por la fachada del edificio sin mayores dificultades era mejor no tentar a la suerte subiéndose a uno.

—Maldito Luthor —siseo el rubio arquero lanzando una flecha hacia la fachada del primer edificio que tuvo a su alcance en busca de dejar atrás al animal, no evitaría que siguieran persiguiéndolo pero al menos le daría un poco de ventaja.

Por su parte Bruce y Jasón habían dirigido sus pasos hacia el costado del laboratorio y tras una desesperada patada conjunta, lograron abrir una de las puertas laterales. Una vez dentro atrancaron el acceso y continuaron su desenfrenada carrera porque era más que obvio que eso no detendría a los animales por más de unos cuantos segundos.

—Y ahora... ¿A dónde? —cuestiono Red Hood mirando con desconcierto los cuatro pasillos que se bifurcaban en diferentes direcciones.

Bruce lo medito un segundo antes de señalar el segundo pasillo de la izquierda, Red Hood asintió y comenzó a correr muy consciente de que Bruce tomaría otro diferente para acelerar su búsqueda.

La verdad estaba sorprendido, Bruce había regresado a ser casi el mismo de antes, en actitud se podría decir que era el Batman que todos conocían, pero Jasón lo conocía demasiado bien como para no notar esa languidez de su constitución o la falta de alguna arruga en su rostro. En pocas palabras Bruce tenía como 24 años y al parecer era el tope de su desarrollo.

Jasón meneo la cabeza para dejar de pensar en su tutor y comenzar a concentrarse en la tarea que tenía delante porque ciertamente era descomunal, pero si le sumaba el resollar a su espalda de aquel canino infernal que se aproximaba a toda velocidad se convertía en casi imposible.

Paso a paso podía escuchar la proximidad del animal y ya sin dudar amartillo su arma, si esa cosa asomaba el hocico le volaría la dentadura completa.

Una luz al final del túnel le hizo apresurar aún más su carrera. Al final una sala completamente desprovista de todo, lo esperaba. De hecho se podía apreciar palcos elevados como si eso fuera una especie de circo romano.

—¡Pero qué demonios! —exclamo el ex-Robín

—Bienvenido Red Hood —se escuchó en los altavoces. —Espero que la muerte no te haya enfriado el instinto de supervivencia porque te aseguro que lo necesitaras si quieres durar más de tres segundos contra mis cachorros.

Jasón apretó la mandíbula y tenso cada musculo de su cuerpo, su mano izquierda por instinto busco la navaja que llevaba al cincho. Esa voz la conocía y no le gustaba nada que estuviera involucrado, porque eso quería decir que podían haber caído directamente en una trampa.

—Debí saber que se trataba de ti... después de todo, ¿Quién puede tener tan mal gusto con las mascotas? Pero vamos da la cara.

El primer animal entro justo por donde él lo había hecho segundos antes y dos más fueron liberados de trampillas que Red Hood no había notado hasta que fueron abiertas.

—Quizás sean feos pero lo compensa su lealtad, una cualidad de la cual careces pequeño petirrojo.

—Savage... —bramo Jasón sintiendo la ira consumirlo apenas un segundo antes de que las bestias se lanzaran contra él con las fauces por delante en busca de arrancar algún pedazo suculento de carne.

Batman vs SupermanWhere stories live. Discover now