CAP 4

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Disclaimer: Hola a todos, espero que disfruten el siguiente fic tanto como yo lo hice escribiéndolo; los personajes no me pertenecen, sino a sus respectivos autores, sólo los uso para fines recreativos.

Disclaimer kay: recuerden que ni a mi ni a la creadora de la historia nos pertenecen los personajes usados de la película Moana
Sino que sin de la compañía de Disney

Muchas gracias a todos los que me han dejado comentarios o se han tomado el tiempo de leer mi trabajo.

Saludos!

Capítulo 4: Después de la tormenta

El pueblo entero se reunió alrededor de la choza en la que se encontraba Moana; muchos temieron lo peor durante altas horas de la madrugada y velaron fuera del lugar haciendo fogatas; no tanto por el frío, sino como una forma de que tal vez en sueños, la hija del jefe supiera que su gente la apoyaba.

Durante la tormenta algunos pobladores aún se encontraban fuera, resguardando botes y animales esperando que el mal clima no durara demasiado cuando fueron testigos de la tragedia.

En medio de la tempestad y la obscuridad de la noche, un gran halcón había soltado a su presa desde lo alto, para después alejarse planeando del lugar. Cuando vieron a la victima caer no prestaron mucha atención y se estaban dirigiendo a sus hogares cuando uno de los trabajadores dio la voz de alarma. Un relámpago iluminó la isla dejando ver que la víctima era una joven que ahora estaba envuelta en barro y llena de heridas. Rápidamente la gente que se encontraba cerca levantó a la mujer y la llevó a un lugar seguro. La sorpresa fue mayúscula cuando después de lavarla reconocieron a Moana.

Tuvieron que esperar a que la tormenta apaciguara un poco para poder notificar al Jefe Tui y a Sina de que su hija había sido encontrada en medio de la tormenta llena de heridas. Ambos se sorprendieron y horrorizaron, ya que Moana hacía pocas horas estaba tranquilamente en su habitación preparando las cosas para la pesca del día siguiente. Ellos se dirigieron a la choza y ahora estaban junto con el resto de los pobladores esperando noticias de la salud de Moana.

Motunui se encontraba en silencio cuando los primeros rayos del sol tocaron la isla. La lluvia resbalaba por las hojas y flores del lugar haciendo que éstos brillaran; unas aves mañaneras rompieron la falta de sonido, dirigiéndose al mar, cuando una curandera salió de la habitación donde se encontraba Moana. Todos los que se encontraban afuera levantaron la mirada con esperanza y algunos con miedo.

Sina y Tui se acercaron sin decir nada, pero sus ojos suplicaban que la noticia fuera buena.

-Ella está bien, sus heridas no son graves-

Los padres de Moana soltaron un suspiro de alivio y el jefe Tui se dirigió a su pueblo para hacerlos partícipes de la noticia.

El pueblo entero aplaudió, muchos incluso se abrazaron y otros saltaron de felicidad con la noticia. Poco a poco se fueron retirando del lugar y apagando las fogatas para poder reanudar sus actividades y reparar los daños que la tormenta había generado. Muchos pobladores también se acercaron para abrazar a Sina y externar la felicidad de saber que su heredera y futura líder estaría sana dentro de poco.

Cuando la mayoría se hubo ya ido, Tui volteó para agradecer a la curandera, sólo para encontrar que esta tenía una expresión triste y seria; algo que lo extrañó, ya que al parecer era la única que no estaba feliz con la noticia.

-Jefe Tui, Sina, hay algo que me gustaría comentarles-

Tui miró a su esposa.

-Claro, ¿qué es?-

Los tres entraron en la choza y vieron a Moana durmiendo con una manta al cuello. La curandera se acercó y con cuidado levantó la cobija. Tenía una herida alrededor del cuello y rasguños en su torso.

-Estas heridas no pudieron haber sido producto de la caída, alguien fue quien la lastimó; los rasguños fueron hechos por el halcón para evitar que su alimento se cayera...pero el cuello, fue por una cuerda, alguien la intentó ahorcar...- Dijo con tristeza.

Tui sintió cómo su sangre se hervía ante las palabras de la mujer; su hija había sido víctima de un intento de asesinato en su propia isla y él no pudo estar ahí para protegerla. Apretó los puños mientras su respiración se hacía más intensa.

Sina se llevó las manos a los labios para no gritar ¿Quién podría odiar a Moana?, ella se preocupaba por todos y hacía lo imposible por ser la gran líder que Motunui merecía. ¡Todo el pueblo la amaba!

De repente Moana suspiró y se movió mientras estaba en la cama, haciendo que todos olvidaran sus pensamientos y se pusieran a la expectativa de que se despertara. Al ver que no sucedía volvieron a lo suyo, no sin antes escuchar la palabra que Moana pronunció entre sueños en voz baja.

-...Maui...-

Entonces Tui salió hecho una furia y en silencio de la habitación. Sina lo siguió.

-¡Tui!, ¡TUI!-

Éste volteó a la voz de su esposa.

-¿A dónde vas?-

-¡A enseñarle una lección a ese Maui!-

-¡¿Qué?!-

-Sina, ¡él es el responsable de esto! No sé si él lo hizo o en una de sus locas aventuras metió a Moana en todo esto, pero no quiero que se vuelta a cercar a mi hija-

-Maui es un amigo de la isla, no le haría daño...-

-Él es un semidios, no puede estar llevándose a Moana a este tipo de cosas sólo por diversión, ella es solo una niña, humana e indefensa ¿¡y si fue él quien la soltó desde lo alto?! –

-Tal vez fue para protegerla...-

-¡¿y qué me dices de su cuello?!-

-Tui, él ha estado con Moana solo en tantas ocasiones..., si realmente le hubiera querido hacer daño, oportunidades ya tuvo, y con sus poderes de semidios no hubiera fallado...- dijo tristemente Sina.

Tui meditó un momento las palabras de Sina.

-No lo sé, pero no quiero volver a ver a ese...ese...¡ser! merodeando por la isla, iré por los soldados-

Sina no podía creer que fuera Maui, era cierto que a veces se iba de aventura por las islas con Moana y que muchas veces era imprudente, ya que trataba a Moana como una igual, sin tomar en cuenta que ella sólo era humana y no tenía poderes especiales para defenderse; pero no sería capaz de hacerle daño.

Sina se plantó frente a Tui y lo detuvo de los brazos para que no pudiera continuar avanzando. Esto sorprendió a Tui, ya que su esposa siempre había sido una persona tranquila y no tendía a poderse en su contra.

-¡Tui! Por favor no te precipites hasta oír lo que Moana nos tenga que decir, ¡prométeme que no le harás daño hasta escucharla!-

Tui vió a Sina a los ojos; amaba a esa mujer y también a su hija, pero realmente no podía quedarse con los brazos cruzados y todo ese odio en su interior. Movió un hombro hacia atrás para zafarse de sus brazos y siguió caminando.

-Iré con los soldados a recorrer la isla...y reparar los daños de la tormenta-

Sina ganó y sonrió ligeramente, sabía que no le haría daño a Maui hasta que Moana diera su versión; se quedó parada viendo cómo se retiraba.

-Gracias Tui- dijo, lo suficientemente bajo para sus adentros, pero también para que él pudiera escuchar.

Tui logró escucharla y algo en su interior se calmó un poco... realmente sí amaba a esa mujer.

EL HEREDERO Where stories live. Discover now