Tomorrow; Min YoonGi

Capítulo 6

Los días pasaban rápidos, entre el trabajo y las noches acostado en el sillón de la sala, mi vida se hacía más monótona cada día. La única razón de mi existir era SunHee, y se fue de mis manos. Ella empezó otra vida, con otro hombre con quien tenía un hijo.

Como siempre dejaba escapar todo lo bueno de mi vida. Pero esta vez era diferente, era más dolorosa, pero al mismo tiempo extraño.

Extraña la manera de actuar de ella, ni siquiera se inmuto cuando me miro aquel día cerca del parque con su ''hijo'', ni cuando me salvo de ser arrollado por un auto, a media crisis existencial. Por alguna razón ella siempre me hacía salvarme de mi mismo, pero no fue por mucho tiempo.

Conocía a SunHee, la conocía muy bien como para saber cuándo mentía, siempre que trataba de mentir, sus cejas rectas y espesas se levantaban, sus hermosos ojos no podían estar en un punto fijo, y sin mencionar su lengua, que siempre terminaba mojando sus labios. Ella no metía al mencionar que no sabía quién era yo en aquel momento.

Yo quería pensar que solo estaba fingiendo, pero no; ella decía la verdad o tal vez había cambiado tanto que ya no era la misma de antes.

Me frote el pelo con desesperación por pensar a diario en todo aquello, mientras tome de la botella de agua.

- Oye, ¿Qué te traes? Tienes un buen rato sentado en el comedor y ni siquiera has tocado tu comida. – oí una voz ladina. – solo quedan trece minutos y se termina la hora del almuerzo. – se sentó Jimin enfrente de mí, colocando sus regordetas manos en la mesa.

- No tengo hambre. – solté sin más.

- ¡Vamos hombre! Tienes que comer, el sol esta abrazador, aunque sea invierno, no vas a poder resistir si no comes nada. – Jimin trato de convencerme.

- Que te interese un carajo.

- ¡Oh, disculpa! Solo trata de ayudarte. – mostró  sus manos en seña de inculpabilidad.

- No... no estoy de humor. – dije bajando la mirada a la comida, y jugando con ella con los palillos metálicos.

- Vamos, puedes hablar conmigo de lo que sea. – dijo el chico con una sonrisa, que escondió sus ojos hinchados.

- Solo cállate. – musité mientras me llevaba el primer bocado a la boca, y este resignado acato lo que sin mucha empatía había dicho.

- ¡Hey¡ ustedes, salgan al área de construcción. – nos gritó un tipo de mediana edad, que llevaba un casco azul en la cabeza, y la típica vestimenta que traiamos casi todos los que trabajábamos aquí.

Lo conocía de vista, sabía que era uno de los más veteranos de aquí, y era un trabajador fiel de la compañía de construcción.

- ¿Qué pasa? – le contesto Jimin.

- Llego uno del CEO, nos quieren afuera.

Después de esto, el hombre salió del comedor, y Jimin y yo fuimos detrás de él.

- ¿Es normal que venga alguien del CEO? – pregunté.

- Si, a veces vienen a revisar como la obra, por lo regular son los hijos del dueño de la compañía. – dijo desinteresado.

Al salir, algunas nubes en el cielo cubrieron el sol cálido. Nos arrimamos a donde estaban todos amontonados y en círculo. Antes de llegar a ellos, vi un carro negro, parqueado a unos cuantos metros de donde estaban todos reunidos.