Español || Fillie (EN EDICIÓN)

20

Tan solo había pasado un día desde que Finn había terminado con Madison y, desde entonces, Madison no lo había vuelto a mirar. Todo parecía estar saliendo bien, quizás por fin Millie y Finn podrían estar juntos.

Estaban en la última clase de el día, la clase de Español. Finn estaba sentado a un lado de Millie, como de costumbre.

—El día de mañana habrá un examen. Esté valdrá el 60% de su calificación en este, el último, semestre. —Anunció la profesora.

Finn se quedo completamente paralizado. Si, quizás estos últimos meses que Millie lo estuvo ayudando había aprendido mucho, pero aún no se sentía listo como para hacer un examen.

Millie noto los nervios de el pelinegro y tomó su mano.

—Todo estará bien, Finnie. Estoy segura que tu nota será de las más altas. —Le susurró la castaña.

Al finalizar la clase, todos salieron disparados a tomar las cosas de sus casilleros, para después salir del edificio. Ya en la salida, Millie decidió preguntarle a Finn:

—¿Quieres que estudiemos hoy en tu casa? —Preguntó la chica con una sonrisa.

—Si, lo necesito.

De camino a casa de Finn, jamás hubo silencio, ambos hablaban de cualquier tema. Minutos después, llegaron a casa de Finn.

—¿Tienes hambre? —Preguntó el chico.

—No, estoy bien. —Respondió la castaña sonriendo.

Subieron a la habitación de Finn y Millie comenzó a buscar su libreta.

—Sabes, comienzo a odiar esa libreta. —Bromeó Finn, haciendo reír a la chica.

Una vez que encontró su libreta, leyó cada una de las paginas y en algunas de las hojas, doblaba la esquina, para no perder la página.

—Bien, hace unos meses, me di cuenta que los exámenes que hace la profesora de Español, son siempre los mismos. Si, quizás las preguntas son formuladas de una forma distinta, pero siempre está preguntando lo mismo. —Dijo la chica. —Entonces, encontré en mis notas cosas que vienen en el examen.

—¿Crees que saque una buena nota?

—No lo creo, estoy segura de ello. Finnie, tu nota subió desde que entiendes un poco más el idioma. Te has estado esforzando mucho por aprenderlo y estoy segura de que tu nota será la mejor. Todo estará bien, comencemos a estudiar, ¿si?

El asintió.

Llevaban más de 3 horas estudiando, por suerte, ese día Millie lo tenía libre. A pesar de ser temas que, el pelinegro, ya había estudiado antes, no lograba comprender nada. Su negatividad se lo impedía. Millie intentaba ayudarle, pero el se negaba.

—¡Esto es imposible! Déjalo, Millie. Voy a reprobar.

—No, no lo harás, Finn.

—Es que no tiene sentido. Llévanos estudiando el mismo tema por más de una hora.

—Tomemos un descanso, ¿si? Vallamos a comer algo o dar un pequeño paseo para que tu mente se despeje. —Propuso la chica con una sonrisa. —Anda, vamos.