No luché contra la lengua que invadió mi boca, tocó la mía y la envolvió. Lauren exploró mi boca, me mordió el labio y me chupó la lengua, no me dio tiempo para respirar y eso no me importó, el aire ya no era tan crucial como ese beso. Podía sentir su sabor mezclado con el del vino, nuestras bocas se movían en sincronía y a un ritmo cada vez más rápido y necesitado. No pasó mucho tiempo antes de sentir sus manos paseándose por mi cuerpo, deslizándose lentamente por mi espalda con sus manos abiertas y con una presión que demostraba que, a pesar de todo, el toque no era en absoluto inocente. Sentía como si estuviera moldeando mi cuerpo, memorizando cada caricia. Ella me besó de forma avasalladora mientras sus manos paradójicamente paseaban por mi cuerpo lentamente en sus caricias. Lauren exploraba todo lo que podía, tocó mi cintura, mi cadera, mi vientre, deslizó las yemas de sus dedos por mis brazos en una delicadeza que me dio escalofríos.

El beso se detuvo cuando la falta de aire se volvió incontrolable. Separé mis labios de los suyos y antes que Lauren hiciera algo incliné mi cara hacia su cuello y la chupé sin medir fuerza, no me importa si la marcaría o no, sólo quería su sabor contra mi boca y lengua. Sentí sus uñas rascarme suavemente desde mi cintura hasta la cadera haciendo que me pusiera la piel de gallina. Su blusa me molestaba, impedía que mi cuerpo tocara el suyo en su totalidad. Con impaciencia empecé a levantarla, separando mi cuerpo del suyo sólo para retirar esa pieza. La sostuve por los hombros para impedir que me abrazara, esta vez quería admirarla.

- Eres tan hermosa. - murmuré con deseo, mordiéndome el labio inferior.

- Me estás robando las líneas. - Lauren trató de fingir una mirada enojada, pero sonrió tímidamente.

Le robé un pequeño beso y me alejé para volver a mirar sus senos, pequeños y firmes. Se me hizo agua en la boca con un deseo insano de tocarla allí, de tener mi boca alrededor de esos pezones ya excitados. Vacilante, levanté mi mano y dejé que mis dedos tocaran su pecho izquierdo. La piel era extremadamente suave en esa parte, delicada y agradable al tacto. Vi sus pechos subiendo y bajando en una respiración más rápida y levanté la mirada. Lauren ya no sonreía, me miraba un poco seria y se mordía los labios. Eso fue suficiente para que continuara. Cubrí su pecho con mi mano y apliqué un poco de presión, masajeando en círculos.

- Tu corazón... Está acelerado contra mi palma. - comenté tontamente por sentir algo así. - Es tan suave, no es lo mismo cuando toco los míos.

Ella intentó murmurar algo, pero apreté su pecho y empecé a jugar con el pezón. Era terriblemente excitante verla así, sabiendo que era mi culpa. Pero entonces Lauren me agarró la mano y en un rápido movimiento giró su cuerpo haciéndome caer en la cama con ella sobre mí, inevitablemente entre mis piernas.

- Déjame aclararte algo. - ella dijo entrecortada. - Hoy yo soy activa, tú pasiva.

Iba a quejarme, pero ella me tomó la boca para sí, en un beso intenso que me hizo olvidar rápidamente el mundo y esa historia de pasiva. Lauren bajó un poco, lo suficiente para pegar nuestras pieles y frotarlas. Vientre contra vientre, senos contra senos. Eso inexplicablemente me volvió loca. ¡Era tan diferente! Mucho más suave, delicado y más excitante. El cuerpo de un hombre era duro y pesado, más brutal. Todo lo contrario. No evité deslizar mis manos por la espalda de Lauren, a diferencia de ella, la estaba tocando con curiosidad, explorando y conociendo.

Ella interrumpió el beso y bajó con sus labios pegados en mi piel, deslizándose hacia mi cuello, a veces pasando la punta de su lengua lamiendo mi piel, experimentando mi sabor. Suspiré largamente, sintiendo escalofríos al sentir su mano subir de mi vientre a mi pecho. Ella sabía exactamente cómo tocarme y apretarme, encendiendo todo mi cuerpo. Ya podía sentir algo de ansiedad concentrándose en mi vientre, estaba tan excitada que apenas podía controlarla. Dulce siguió bajando su boca lentamente hasta que encontró mi otro seno. La cálida lengua envolvió mi pezón, jugando y provocando hasta que me hizo gemir bajito. Sin embargo, cuando sentí su boca envolverme el pecho, la sorpresa al sentirla chuparme con fuerza me hizo sostener automáticamente su cabeza y presionar para que no se detuviera. Mi cuerpo fue invadido por una corriente de placer que sólo aumentaba cada vez que me chupaba el pecho y acariciaba al otro.

Simplemente CamrenWhere stories live. Discover now