Capitulo 15

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Guardo el libro en mi bolso, tenía pensado comentarles a mis amigas lo del libro, pero una parte de mi quería esperar, lo cual lo tomé como mejor opción. En mi mente hice una lista de las personas. Tenía que ser de mi clase, pero ¿quién? ¡Podría ser cualquiera! todos estuvieron en la biblioteca.

En mi mente se repetía una y otra vez los versos del poema.

Entré a la clase, rápidamente el profesor nos puso a trabajar en unos ejercicios. Miré a todos mis compañeros. Sorpresivamente no vi a Caleb. Pero no le tome mucha importancia (o no quería admitirlo)

Luego de un arduo trabajo logré terminar el trabajo. A mi lado una chica todavía estaba en una laguna mental. Atrás habían algunos chicos con su celular, hasta estaba una chica dormida.

Rodé los ojos. Tal parece que era la única persona que lo había terminado.

Me hundí en el asiento, saque el libro, que había encontrado, y leí un rato más.

El timbre sonó, todos se levantaron, yo espera que todos salieran.

Salgo, los pasillos estaba casi vacíos, decidí, que era mejor dejar el libro donde lo había encontrado. Les mando un mensaje a mis amigas que me esperen. Camino con más energía, había un lindo clima, los pasillos estaban iluminados por la luz que atravesaba las ventadas.

Me dirijo al bibliotecario, un señor con algunas canas y ya con algunas arrugas, evidenciando su edad.

―Hola, señor Broms ―dijo luego de leer su nombre en una placa. El señor levantó su vista hacia mí.

―Buenas tardes ¿se le ofrece algo?

―Sí, y no ―digo buscando en mi bolso. ―hoy encontré un libro, de poemas. Este de aquí. ―Se lo mostré ―Parece que le pertenece a alguien. Me lo llevé pensando que encontraría al dueño, pero no tengo ni idea, de quien es.

Lo puse sobre el mostrador, lo abrí y busqué los poemas. Se los mostré, él los miro, pero sin leer.

―Eh, hola, buscaba un libro, pero no logro encuen...

Me giré, y me topé con esos lindos ojos verdeazulados. El me examinó, y luego miró el mostrador, donde tenía el libro. Luego me miró de nuevo

―¿De dónde lo sacaste?

―¿Disculpa?

―El libro, ¿qué haces con él? -se aproximó listo para tomarlo, pero lo corrí a tiempo.

―¿Cómo? ―¿porque actuaba así? A la defensiva.

―Es mío. Que no sabes a no tacar cosas ajenas ―se acercó más, estiró su brazo y me arrebató libro de las manos. Yo lo miré sorprendida, eso sí que no lo veía venir. El dio la vuela y se marchó enseguida, y por segunda vez en el día quede como una completa idiota.

Miré al bibliotecario, el parecía totalmente absorto de todo, así que sin decir nada me di la vuelta y salí.

»Idiota, maleducado...« refunfuñe, por lo bajo.

¿Por qué se había enojado tanto? ¿De verdad era de él? ¿Por qué me sentía así? Yo no tenía nada que ver con esto, yo no tenía por qué soportar sus estupideces, y su terrible actitud.

Llena de coraje, sigo caminando por los pasillos. Llego a la entrada del cole, y bajo las escaleras.

Tyler estaba recostado en la pared viendo su celular, pero estaba tan absorta en mis pensamientos que no lo había notado

Lo que nadie diceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora