Lo que nadie dice

Capitulo 9

Tras levantarnos a la mañana siguiente (lo cual a todas nos costó un mundo), nos pusimos a ordenar un poco el cuarto de Sam, botamos la basura, doblamos las cobijas, limpiamos un poco, y acomodamos una que otra cosa.

Desayunamos y nos alistamos, aunque el agua no nos ayudó mucho con nuestras ojeras, mi pelo estaba todo enmarañado, pero no le podía hacer competencia a Alice, ella sí que tenía un nido en su pelo.

Entre risas, el tiempo paso volando, y con ello llegaron los nervios de Sam.

Yo me encontraba feliz, aunque debo admitir que en muy en mi interior, sentía que esto sería una historia de amor de película, era muy tierno. Sam, en cambio, pasaba de un lado a otro haciendo comentarios, nerviosa (aunque sabía que no tardaría en demostrar su entusiasmo), y luego estaba Alice, bueno ella seguía igual.

Alice estaba con un semblante sereno y a la vez divertido, de ver a sus dos locas amigas.

La hora se estaba acercando, pero me percaté de que Sam había dejado me murmurar, parecía hasta enojada, pero tenía un semblante serio. ¿No estaba contenta? Al fin y al cabo tenía la posibilidad de recuperar a su amigo, o más.

Me pareció raro que no estuviera brincando igual que yo o peor que yo y eso me preocupó, ella y yo siempre hemos sido un poco locas en cuanto se hablaba de algún chico.

¿Por qué no estaba feliz? ¿Abra cambiado de opinión?

Mi sonrisa se esfumó, mi rostro cambio de uno de diversión y alegría a preocupación.

―¿Samantha que pasa?

―No es nada, solo estaba pensando, solo que... no sé.

―Sam, vamos ―la animé con una sonrisa, pero al parecer no dio ningún resultado, ella solo permaneció en silencio, con la mirada pedida. ―¿Qué ocurre? ―pegunto, mi rostro estaba totalmente serio, esperando que Samantha contestara. Su repentino cambio de humor hizo que el ambiente se convirtiera un poco incómodo. Esto no daba una buena señal.

―¿Hay algo de lo que todavía no nos hayas contado?

Por un momento llegué a pensar lo peor, al igual que Alice.

―Si Luke te hizo algo, te juro que lo mato ―sentenció Alice, mirándola a los ojos, como si estuviera prometiéndoselo. Alice siempre ha sido así con nosotras dos, siempre nos trata de proteger.

―No es eso. ―la tranquilizó. Pero su mirada no cambió.

―¿Cambiaste de opinión? ―me aventuré, tratando de entender. Esa pregunta era muy estúpida, ya que cuando mencionaba el nombre de Luke, sus ojos se encendían con una cierta chispa, que de hace mucho tiempo no la veía en ella, y se notaba que ella quería intentarlo. Era demasiado evidente, lo seguía queriendo, a pesar de haber pasado años.

De ser sincera yo veía a Luke como un buen chico, en clase se veía bastante aplicado, y no parecía ser del tipo de chico problemático, no como Caleb. Él es un gran chico (aunque yo no lo conocía del todo), exactamente uno como el que Samantha se merecía, y no un imbécil cualquiera como el último. Ella merecía alguien mejo que su anterior novio.

―¿Entonces?

―A decir verdad, tengo miedo... Es que no quiero que sea igual que él, no sé si Luke a cambiando ―un nudo se formó en mi garganta, miré a Alice sin habla, ella fruncía el ceño, pensativa. Como pensando en sus palabras, en que decirle. Pero finalmente habló:

―Samantha, no pasa nada y si él te hace algo, aquí te vamos a estar apoyando, a y claro no creas que él va a salir ileso, aquí tienes a unas chicas ―me señalo a mí y luego se señaló a ella misma ―perfectamente capaces de dar una golpisa ―dijo, con un atisbo de sonrisa, Samantha soltó una débil risa.