- Podría estar bien, además estaríamos separados de cualquier persona que pueda reconocerte y podríamos hablar tranquilamente. Sería solo una semana.

- La verdad es que me encantaría, además ahora estamos en proceso de escribir y componer nuevas canciones y supongo que ahí contigo podré inspirarme.- No pude evitar sonreír.

- Perfecto. ¿Paso mañana a recogerte hacia las 8:00?

- ¿DE LA MAÑANA?- Gritó en mi oído.

- ¡No me dejes sorda, hombre!

- Lo siento, lo siento, pero es que me he asustado.- Me reí de lo tonto de la situación, por un momento parecía como si nada hubiese pasado en realidad, como si fuésemos la pareja feliz y alocada que éramos antes.

- Pues lo siento pero hay un viaje de unas cuatro horas hasta ahí y quiero por lo menos aprovechar la tarde.

- Vale, vale... veré lo que puedo hacer... ¿Oye y tú estarás todo el tiempo surfeando?

- Bueno la mayor parte, pero tendré tiempo para descansar y no hacer nada, ¿por?

- Es que veo un poco raro que el novio de una surfista famosa no sepa ni nadar y pensé que aprovechando esta ocasión podrías... esto... ¿enseñarme a nada?- Preguntó vergonzoso, y me lo imaginaba rascándose la nuca con la mirada fija en el suelo y la cara roja.

- Sería un placer enseñarte a nadar.- Dije divertida.

- De acuerdo. Bueno tengo que preparar la maleta he intentar dormir un poco que mañana me toca pegarme el madrugón del siglo.

- ¡No seas exagerado anda!- Reí.- Hasta mañana Zayn.

- Buenas noches preciosa.

Últimamente todas las llamadas telefónicas nocturnas acababan con una atontada Marel tirada en la cama y con una boba sonrisa pegada en la cara. Enserio, a veces me daban ganas de darme golpes en la cabeza hasta que se me olvidase hasta mi nombre.

Pero no podía contener mi felicidad, sentía cómo mi corazón volvía a latir a mil por hora.

(...)

Después de haber dormido un par de horas por la emoción, me levanté a regañadientes y me metí en la ducha sin ni siquiera abrir los ojos. Después de limpiarme mecánicamente, salí de la ducha y me puse lo que por la noche había sacado, que consistía en unos pantalones vaqueros ajustados y de tallo alto, una camiseta también pegada y corta con el dibujo de Mickey Mouse enseñando el dedo corazón, un cárdigan negro con detalles étnicos en blanco y unos botines cortos negros. Cogí una chamarra verde militar por el frío, dejé el pelo suelto tapándolo con un gorro negro de lana, me maquille lo justo cogí la bolsa y salí de casa metiendo todo en el coche y yendo en dirección a la casa de Zayn no sin antes pasarme por un Starbucks.

Paré el coche delante de la casa de Zayn, justo delante de donde se encontraba él junto a una maleta mediana. Estaba con los ojos cerrados y con la cabeza caída ¿era posible que ese hombre se quedase dormido de pié? Di un fuerte bocinazo, haciendo que el medio muerto diese un salto enorme para acabar medio agachado, con una mano en su rodilla derecha, la otra en el corazón y respirando con dificultad. Yo no pude hacer otra cosa que reírme del espectáculo que dio, menos mal que era bastante temprano y nadie podía verlo. Metió su maleta en el maletero y se metió en el coche, sentándose en el asiento del copiloto con cara de ofendido mientras que yo seguía sin poder parar de reír y con lágrimas a punto de salir de mis ojos.

- No tiene gracia, podrías haberme matado.- Dijo intentando disimular una sonrisa sin mucho éxito, ya que en la comisura de los labios se veía la sombra de una de sus preciosas sonrisas.

Only with youWhere stories live. Discover now