"El internado". -Blasnior- <EN PAUSA>

Solo son travesuras

Llegamos al enorme campo donde se encontraban los caballos. Nos pusimos todos en fila hasta que la directora hablo:
- Bien muchachos, lamento decirles para los que ya saben que tendrán que volver a escucharme. Para los nuevos se los presento: sus fieles compañeros durante los programas de equitación.- sonrió mientras señalaba la tranquera
Todos miramos atentamente a cada uno de ellos. Romeo nos llevaba a Dante y a mi de chicos a cabalgar, así que algo de idea tenia sobre el tema.
- Bueno pónganse todos el fila.- habló el instructor.- los nuevos atrás de todo por favor.-
Y así lo hicimos, uno por uno iban subiendo a los caballos y galopaban dos o tres vueltas al campo y volvían. Yo solo pensaba: aburrido, aburrido y mas aburrido.
- ¿Esto es lo mas divertido que se les ocurre? ¿En serio?.- me gire para hablarles a los chicos
- Piensan que puede ser peligroso hacer mas que esto, nos tratan como pendejos de 5 años.- respondió Bruno
- Vieja aburrida.- dijimos los cuatro al mismo tiempo. Todos reímos.
- A ver si sos tan piola, ¿que se te ocurre?.- hablo Blas con una voz provocativa y burlona
- No me desafíes, Quevedo.-
- Sos fiel a romper las reglas ¿no? Dale, hace que le agarre un ataque.- señalo con la cabeza a la directora
Levante una ceja y mire a mi alrededor. Solo eran hectáreas y hectáreas de verde y arboles.
Estábamos atrás de todo así que aproveche para alejarme un poco del grupo sin que nadie lo notara, excepto los chicos.
- ¿Que haces boludo? Vení acá.- dijo Andy en voz baja
- Si me desafían, respondo. Miren y aprendan.- guiñe el ojo
Blas me miraba con una sonrisa de oreja a oreja. Eso era lo que quería lograr. 
Desate con cuidado a uno de los caballos y me subí a el.
- ¡A ver quien me atrapa!- grite para salir galopando rápidamente, mientras me alejaba del grupo. Escuche las risas de todos a lo lejos. Vi como Blas repitió la misma acción. Desato uno de los caballos y se subió, antes de que el instructor lo pueda agarrar.
- ¡Pero que significa esto! ¡Vuelvan acá!.- escuche que decía la directora por el megáfono.- ¡ABEL HACE ALGO!- repetía mirando al director asustada. Los chicos nos aplaudían y nos silbaban, el resto solo reía.
Luego de unos minutos nos encontrábamos los dos perdidos en el bosque. Frene mi caballo y el rizado hizo lo mismo a la par mía.
- Te juego una carrera hasta mmm.... allá.- señale un tronco caído. Blas comenzó a cabalgar sin previo aviso.
- Ehh eso es trampa.- dije para galopar detrás de el. Ambos caballos corrían contra el viento sin parar hasta que nos chocamos con el tronco.
- Como siempre, nadie me gana.- dijo victorioso
- Saliste antes men, así no.-
- Para boludo, me re canse. Hace mucho no hacia esto.- habló para luego bajarse del caballo.
Lo seguí para sentarme junto con el abajo de un árbol. Nos quedamos callados unos segundos escuchando solo el ruido de la naturaleza.
- ¿Extrañas tu casa?- pregunté para romper el silencio
- Te soy sincero, no. Extraño solo a mis amigos, tenia muchos allá.-
- Y...¿A tus viejos? O ¿a tu novia?
Otro silencio se formo de repente. Por alguna razón me arrepentí de preguntar eso.
- Perdón no...-
- No, esta bien. No tenía novia.- se acomodo para hablar mejor.- y con mis viejos nunca me llevé bien, jamas me aceptaron. Creo que esa fue una de las razones por las que me metieron en este lugar de mierda.-
Lo mire sin entender mucho.
- ¿Como es eso? ¿Que era lo que no aceptaban?.-
Nadie decía nada, yo solo esperé su respuesta. Giro su cabeza para mirarme a los ojos, con esa mirada profunda que lo caracterizaba. Podía jurar que sentí mi cuerpo temblar con solo su mirada. Se acerco a mi lentamente, y por alguna razón yo no me aleje. Doblo su cabeza sin dejar de mirarme. Y me besó.
Nuestros "chicos malos" interiores fueron desapareciendo en ese beso. Nadie podía imaginar que dos personas así podrían estar besándose de tal manera.
Estaba en shock, pero aunque así no lo frené . Al principio un beso lento, y de a poco fuimos abriendo nuestras bocas dando paso a que nuestras lenguas jueguen entre si. Logré mover una de mis manos y tomarlo de la nuca para acercarlo mas a mi cuando escuchamos los galopes de tres caballos a lo lejos.
- !Los encontré, directora!-