Pero hoy era diferente, hoy HoSeok era cualquier extranjero que tentaba contra su Adalid. Hoy HoSeok transformó, al ir otra vez a Fénix, el último recuerdo de su viejo amigo en uno nuevo, uno en donde a él lo odiaban genuinamente y están dispuesto a matarlo.

Sin embargo, Namjoon no intentaba matarlo, solamente tenía ligeramente su antebrazo sobre su cuello perdiendo de a poco el aire, pero no era la suficiente presión para matarlo o dejarlo inconsciente; Namjoon probablemente preferiría la tortura, nunca una muerte tranquila. — No te debo nada, no tengo porqué hablar— contestó airado, dolía intentar reír, pero se las arregló para hacerlo y que Namjoon pudiera detestarlo más. —Yo me debo a Yoongi, no a ti. Matame, Yoongi sabrá qué hacer después, conmigo o sin mí él sabrá como hacer sus planes funcionar, no pienso arruinarlo.

—Hoseok— pronunció apretando más, diciéndole entre líneas que podía hacerlo, podía matarlo.

Cuando una filosa daga tocó su cabeza, Namjoon giró cuidadosamente encontrándose con Yoongi amenazándolo no sólo con el arma sino también con su mirada. Namjoon regresó a ver al hombre amoratado que aún tenía ganas de sonreír, el guerrero era mucho más temerario que eso; tener un arma apuntando su cabeza, no era la primera vez y eso no haría que menguara su ansiedad de matarlo.

El Adalid Jimin atravesó la puerta y tan rápido como lo hizo sintió el escozor en su brazo, se detuvo abrumado y miró la sangre que empapaba su ropa. —La próxima va directo al corazón, Namjoon. Suelta a HoSeok.— Yoongi hablaba terriblemente en serio, Namjoon se frustró al descubrirlo.

—Namjoon, es suficiente. — Jimin no tenía miedo, pero la idea que tenía no era matarlos si ellos buscan lo mismo. Namjoon apretó más y hoseok comenzó a moverse con más intensidad, frunció su entrecejo furioso y soltó el cuello de Hoseok sin antes darle un golpe en el estómago.

Jung se dobló agarrando su estómago, buscó ansiosamente el aire y trató de que su tos se estabilizara para que parara el ardor en su garganta. Yoongi tomó su mano y lo ayudó a levantarse —No queremos problemas, adalid.

—Lo sé, Hoseok tiene una historia en Fénix, lamento decir que las heridas no se han sanado.— Namjoon corrió a ponerle una banda que había improvisado con la tela de su ropa.

—Agradecería que mantuviera al margen a sus guerreros, Hoseok no es de Fénix y el a ver sido desterrado hace una década lo ha exonerado. Él ya pagó su deuda.

Namjoon miró a Hoseok enseguida que las palabras de Yoongi se escucharon —Jamás serás perdonado, HoSeok, jamás.

—No vine por tu estúpido perdón, no vine ni por ti ni por Jimin.— Yoongi lo detuvo cuando intentó caminar hacía Namjoon.

—HoSeok es parte de mi clan, HoSeok es mi gente y mi pueblo. Sé que entiendes eso, Jimin— asintió dándole la razón. — Por lo tanto, estaré honrado de que no se metan con él o de lo contrario, es como si se metieran conmigo directamente.

Volvió asentir, se quejó un poco cuando Namjoon apretó la herida con el listón de ropa. No era demasiado profunda, pero sí una herida perfecta para que la sangre corriera a mares. Jimin miró a Namjoon y él asintió con seriedad —Tienes mi palabra, HoSeok no será atacado por ninguno de mis hombres.

—Vaya— Jin venía entrando al lado de Taehyung, detrás de él caminaba Jungkook empujandolos. —Creo que aquí también hubo un espectáculo del cual me he perdido. ¿Podrías decirle a tu guardia que suelte mis muñecas, las de Taehyung también?

—Jungkook, por favor— de inmediato el chico se acercó a cortar las cuerdas, se detuvo por un momento al mirar el destello de algo brillante. Se agachó a sacar de adentro de la bota de Taehyung un cuchillo. —Bueno, yo creo que Jungkook tenía razones suficientes para mantenerlos atados.

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⏰ Última actualización: Oct 08, 2018 ⏰

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