- Me gusta el Jazz -contestó-. Y también me gustaba la música que pone Nam a veces, como a Kendrick Lamar o a Drake, aunque siempre que lee escucha lo mismo que yo -volvió a encogerse de hombros-. Tampoco tengo gustos musicales específicos. 

Vio de reojo como Taehyung asentía, siempre con una sonrisa apacible en su rostro. Hoseok odiaba la sensación absorbente que provocaba Taehyung en él, en lo torpe que podía hacerle sentir de repente; no se sentía bonito como en las películas de romance, se sentía desesperante, pero sin embargo, no podía alejarse. No tener el control sobre algo, para Hoseok, era tan desesperante como meterse al mar sin saber nadar. Y la sensación se le estaba haciendo tan adictiva como...

<< Suicida >> pensó. Consideraba que ese término era preciso para su condición y perdiéndose en sus pensamientos, escuchó la voz de Taehyung otra vez arrastrándole a la realidad.

- Digamos algo que no imaginaríamos del otro.

Hoseok apagó la parrilla cuando se cercioró que la carne estuviera a su punto, tomando los cuencos en donde estaba el arroz frito con Kimchi y dejándolo en cada plato correspondiente. Al darse la vuelta, encontró a Taehyung a sólo un paso de él, sonriendo con burla al casi provocar un respingo a su cuerpo y a su pobre corazón un infarto. Poniendo los ojos en blanco por la expresión traviesa del escultor, le tendió los cuencos a las manos extendidas de Taehyung hacia él.

- Tú primero.

Taehyung asintió, caminando hacia la mesa mientras Hoseok llevaba otros cuencos pequeños como la salsa picante y acompañamientos como el tofu.

- ¿Te imaginarías que estuve a punto de entrar a medicina?

- ¿Cómo? -exclamó Hoseok sorprendido, casi cayéndose el tofu de sus manos sino fuera porque puso los cuencos rápidamente en la mesa. No pudo evitar soltar una carcajada incrédula cuando Taehyung sonrió con suficiencia- No, definitivamente no. No te veo con una bata blanca y un estetoscopio al cuello, actuando todo serio cuando tengas que dar un diagnóstico como el herpes bucal o tengas que revisar alguna picazón en los amigos de aquí abajo -bromeó, haciendo que Taehyung soltara una carcajada-. Si fueras un doctor, a lo sumo serías un pediatra. Te imagino con niños alrededor, mientras te hacen trencitas en el cabello y te ponen flores detrás de las orejas.

Taehyung se sentó en el asiento frente a la mesa que daba la espalda al mueble de la cocina, cruzándose de brazos y mirándole con el mentón alzado con un gesto tan ofendido como juguetón.

- Voy a ignorar que acabas de imaginarme como un hippie -entrecerró los ojos, para luego sonreír con una solemnidad graciosa cuando Hoseok alzó las manos con rendición-. Tal como Miguel Ángel, aunque en una edad temprana, siempre me ha atraído mucho el cuerpo humano... y también el de los animales -el profesor le miró atento, sentándose frente a él y apoyando los antebrazos en la mesa. Jamás podría perderse una historia de la niñez de Taehyung, porque adoraba la forma en la que lo contaba, con ese brillo en los ojos y su sonrisa tierna. Era como retroceder en el tiempo y ver realmente la inocencia de esos tiempos en sus facciones suaves y la melosidad de su voz rememorando los recuerdos de niñez-. Cuando era pequeño, después de mi obsesión por los hombres lobos y humanos reptiles, mi padre me dijo que había crecido mi obsesión por conocer cada nombre de las partes del cuerpo humano, ya que en ese entonces me fracturé el dedo meñique al caerme de la bicicleta y fue la primera vez que fui con un doctor. Recuerdo que mi padre me compró enciclopedias de anatomía de tanto que le insistí, porque mi madre era enfermera y tenía libros sobre ello, pero ella no dejaba que los tocase. Mi padre trataba de explicarme lo mejor que podía el nombre de cada hueso de mi mano, las falanges, los metacarpianos, los carpos -enumeró señalando su mano y mirándola con una sonrisa nostálgica-, siempre nos reíamos del pisiforme, un pequeño hueso que está bajando por el dedo meñique al final del carpo, que son los que conforman la palma. Nos reíamos porque así le decíamos cuando queríamos ir al baño, yo le decía << Papá, voy a hacer pisssssiforme, ya regreso>> -imitó con el tono más agudo que pudo, haciendo reír a Hoseok y que lo mirara con un brillo intenso de la más pura ternura-, yo apenas tenía siete u ocho años y como no entendía nada, al final terminaba dibujando las imágenes de las enciclopedias. 

Tócame. HOPEV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora