Hoseok no podía describir lo que sintió en ese instante, sólo estaba muy seguro que debieron haber subido el aire acondicionado, porque su piel se sintió mucho más caliente en ese momento. Puso sal en el dorso de su mano, lamió, se tragó el tequila de un solo sorbo y chupó el limón tratando de no hacer ninguna morisqueta graciosa en esos segundos cuando se volteó hacia ella.

- Lo siento, pero él está felizmente comprometido -contestó mordaz, parándose de la silla y acercándose a la chica, tan cerca que podía oler su perfume, agachando la mirada porque él era más alto-. Y si te preguntas con quién, lo tienes frente a ti, preciosa -guiñándole el ojo, Hoseok se alejó despidiéndose con la mano y una socarrona sonrisa-. Bye, bye~.

<< Mierda, ¿Qué fue eso? >> pensó estupefacto cuando le dio la espalda a la chica, luego de ver su rostro boquiabierto, rompiendo en risas mientras cruzaba la pista de baile, sonriendo aún más cuando se encontró con la mirada de Taehyung, sus ojos afilados escrutando su cara mientras bailaba más despacio que antes y se detuvo cuando llegó a su lado.

- ¡Taehyung, no vas a creer lo que le dije a esa tipa! -se rió Hoseok, doblándose mientras se tapaba la boca-, ¡Te vas a morir de la risa!, ¡Si hubieras visto su cara de hámster sorprendido!

- ¿Qué estabas hablando con ella? -refunfuñó Taehyung, haciendo que Hoseok dejara de reír de a poco, secándose sus pequeñas lágrimas-. No te permito hablar con nadie más que conmigo esta noche, ¿Queda claro, profesor Jung? -dictaminó el escultor, un poco mareado y agarrando a Hoseok de la camisa, acercándolo más, pero no lo suficiente como para que pudiera notar los centímetros que los separaba de sus labios.

- Sus deseos son ordenes para mí, profesor Kim -contestó juguetón, volviendo a sonreír divertido y emocionado cuando otra canción volvió a sonar por los altavoces haciéndole saltar-. ¡Oh, de verdad amo esta canción cuando estoy en la ducha!

Taehyung borró su expresión fulminante volviendo a reír, cantando la canción que la mayoría estaba bailando, divirtiéndose sin importarles quedarse en ridículo, tal como ambos en ese instante gesticulando y riéndose como dos locos uno del otro empapados del sudor por el calor del infierno en ese lugar que los hacía sentir tan volátiles y vivos.

- ¡YES I WANT SOME NEW FACE! -canturreaban a coro-, ¡NEW FACE NEW NEW NEW FACE!

Hoseok, en toda la noche, estuvo perdido en el tiempo. Cantando, bailando, riendo, con Taehyung a su lado y algunos que otros desconocidos sumándose a su diversión, entre trago y rebanadas de pizza que fueron a comprar cuando les dio hambre, comiéndolas en una banca del parque de patinaje, sin ningún alma a su alrededor, sólo las luces de la ciudad, un cielo estrellado y una luna que hacía de foco para ambos. En medio de todo los anécdotas divertidos que contaban, algunos algo tristes en la vida del escultor, y otros no tan divertidos de la vida del profesor Jung, terminaron echándose de espaldas en el frío cemento -en sí porque el escultor se había mareado y había decidido usar el piso como cama-, poniendo las bufandas como almohada y tratando de ganarle al otro en contar más rápido estrellas que el otro. Un juego en el que si perdías contando menos, tenías que contar algo vergonzoso que no le habías dicho a nadie.

Cuando Hoseok perdió, confesó:

- Una vez, cuando tenía nueve años, le robé mil won a una profesora que me agradaba, quería comprarle un chocolate, porque le oí decir que quería uno, pero que no podía comprar porque estaba a dieta. Como yo no tenía dinero, decidí usar el suyo porque pensaba que así no iba a romper su dieta si ella no lo hacía, pero me pilló justo cuando lo estaba sacando de su cartera. Ni siquiera me dejó explicarme, sólo me retó en frente de toda la clase y me pegó en las palmas con una regla. Era bastante estúpido.

Tócame. HOPEV.Where stories live. Discover now