Proyecto Bilderberg

Carta IV, Lluvia Artificial

Edlan se sintió triste, y dijo que no tenía hambre, pero que después comería. Los padres de Edlan se fueron a dormir, pero Karina seguía pensando en la pregunta de su hijo, y Adolfo comentó sobre el asunto y dijo: "Fabiola es la única persona que tiene derecho a explicar lo que sucedió entre ella y él". Karina suspiró, pensando en que pasaría si Edlan recuperara su memoria. Adolfo pidió paciencia, todos se habían puesto de acuerdo en no hablar nada, inclusive Violeta. Edlan buscó las fotos familiares, y notó algo extraño, todas las fotos en donde su imagen aparecía, la imagen de Fabiola aparecía apartada de la de él.

En la mañana, Edlan se subió a su carro deportivo, y se fue directamente al hospital a recoger a Fabiola para regresarla a casa. El doctor Freud estaba hablando con uno de las abogadas del hospital. Edlan se sintió intimidado al ver a la abogada. El doctor le dijo: "No te asustes Edlan, todo está bien, lo que sucede es que la operación que se realizó a Fabiola está fuera de los servicios que se le brindan a los clones". La abogada se presento: "Mi nombre es Ashley Isnol, inmigrante In-D, y necesito hablar contigo Edlan. Todo es sobre tus sentimientos con respecto a Fabiola. El doctor Freud me habló sobre tu accidente en Singapur, estoy al tanto de lo que sucede externamente, pero quiero interiorizar en ti".

Edlan no comprendía que estaba pasando, y pidió a la abogada que hablara sin tapujos. La abogada Ashley aceptó la petición, y dijo: "Las Bacterias Facultativas Humanoides pueden enamorarse de los clones, todavía es legal, pero si cruzas la línea, entonces estamos hablando de sentimientos ilegales, y dependiendo del caso algunos años de cárcel. Así que quiero saberlo todo". Edlan se confesó: "Tengo pocos días de estar aquí en el país sin mi memoria, es verdad, estoy enamorado de Fabiola".

La abogada le presentó un documento a Edlan para que lo firmara, y éste exigió una explicación. La abogada estaba preocupada por Edlan, y le dijo: "Escucha con atención, el hospital es responsable sí dejas embarazada a la clon que te regalaron tus padres; ¿Fabiola está enamorada de ti?". Edlan respondió que no lo sabía, y que evitaría causar cualquier daño a Fabiola y a su familia. La abogada sonrió, y convenció a Edlan de que firmara el documento para quitar toda responsabilidad al hospital. Edlan regresó a casa con Fabiola.

Estando en casa, Fabiola se alegró de estar de nuevo en su habitación, y se sorprendió de encontrarla pintada de su color favorito que era el morado lila. Edlan se moría de la curiosidad, y pidió a Fabiola que le recordara del accidente que sufrió cuando tenía nueve años de edad. La sonrisa en el rostro de Fabiola se borró, y dijo: "El color lila es muy hermoso, gracias por pintar mi habitación, pero no quiero recordar nada". Edlan sujetó las manos de Fabiola, y le dijo: "Faby, Fabiolita, yo quiero saber que pasó, es tan grave recordarlo". Fabiola miró hacia el techo, y dijo: "Yo, no quiero recordarlo".

Edlan insistió mucho, hasta se puso de rodillas para suplicar vehementemente. Fabiola respiró hondamente, y dijo: "Yo quería agradarte, y tomé tu uniforme para lavarlo, después descubrí que tu uniforme se había encogido". Fabiola guardó silencio, dejó de mirar el techo, y le pidió a Edlan que se saliera de su habitación. Edlan preguntó qué tenía que ver el uniforme con el accidente. Fabiola respondió que la golpearon. Edlan sintió una furia que recorría cada nervio de sus entrañas, y se imaginó que sus padres la habían maltratado; y dijo: "Adolfo Santori, él te golpeó, y voy a hacer que pague por lo que te hizo".

Fabiola se asustó y al instante dijo: "No fueron tus padres". Y Fabiola puso sus dedos índices en el pecho de Edlan, y se quedó callada. Edlan se sintió derrumbado en su interior, y pidió que le señalara la parte de su cuerpo que la había lastimado. Fabiola lentamente puso sus manos en la pierna derecha de Edlan, y comenzó a llorar. Edlan abandonó la habitación, se fue a buscar la sierra eléctrica que tenía de recuerdo, el enojo le había cegado a tal grado que quería amputarse la pierna, cuando la sierra eléctrica estaba lista, comenzó a gritar. Fabiola escuchó los gritos de Edlan, y salió al jardín para encontrarlo inconsciente y sangrando sobre el pasto; él se había amputado la pierna que ella le había tocado.

Fabiola llamó a emergencias, y un helicóptero llegó a la casa para llevarse a Edlan al hospital más cercano. Los padres de Edlan llegaron al hospital, los doctores los tranquilizaron al decirles que todo estaba bajo control. Las Bacterias Facultativas Humanoides podían regenerar sus miembros amputados en un par de semanas. Adolfo Santori estaba preocupado, el comportamiento de su hijo era demasiado irracional, así que pidió que lo internaran en un hospital siquiátrico, mientras estuviera sin pierna y esperando su regeneración.

Edlan soñaba que estaba en una silla como espectador ante una gran pantalla, y comenzó a ver un documental: "Proyecto Bilderberg". En el documental se mostraba los siguientes acontecimientos; tres países (Arabia, Israel y China) se unieron para crear un plan de exterminio poblacional, especialmente con las masas pobres y consideradas menos capaces para desarrollar nuevas tecnologías. Primero se consiguió crear una nueva especie humana BFH (Bacterias Facultativas Humanoides) para habitar en un nuevo país, pero para el nuevo país se necesitaba un lugar estratégico, y se escogió a América Central y el Caribe. Se utilizaron bacterias THW para realizar el primer trabajo de eliminación poblacional en toda América Central y el Caribe, dejando una zona contaminada e inhabitable.

El segundo trabajo fue derribar el muro fronterizo entre México y EEUU, y cambiar las leyes para que todo mundo pudiera vivir en EEUU. Con la ayuda de las BFH se buscó a voluntarios para realizar la desaparición de EEUU. Una multitud de BFH había evolucionado para convertirse en armas nucleares vivientes, a través de la absorción de uranio y plutonio, el objetivo eran que explotarán en la falla de San Andrés y el poderoso volcán de Yellowstone. Cuando EEUU daba la bienvenida a todos los habitantes del mundo, un grupo selecto formado por ricos e intelectuales, era llevado a un refugio preparado para la catástrofe que iba a suceder. Otras BFH explotaron en puntos específicos donde pudieran causar el mayor daño posible para el exterminio de la población. El tercer trabajo fue permitir la entrada de humanos a las zonas contaminadas.